Los más nostálgicos dirán que todo tiempo pasado fue mejor. Los más optimistas, en cambio, pensarán en lo inevitable de los avances.
En cualquier caso, vale la pena hacer un recorrido por rincones porteños que fueron mutando a lo largo de las décadas, por modificaciones arquitectónicas, construcciones nuevas o simplemente como consecuencia del paso de los años.
Una suerte de viaje en el tiempo para observar el antes y el después de distintos íconos de Buenos Aires.
1. Palacio de las Aguas Corrientes
Declarada Monumento Histórico Nacional, se trata de una de las construcciones más impactantes de la ciudad, por su imponente arquitectura y el detalle de sus formas.
¿Su finalidad? Alojar los tanques de suministro de agua corriente de la pujante ciudad a fines del siglo XIX. Las obras para ponerlo en pie, a cargo del arquitecto noruego Olaf Boye, comenzaron en 1887 y finalizaron en 1894.
Ubicado en la manzana comprendida por las calles Riobamba, Viamonte, Ayacucho y Avenida Córdoba, en la actualidad, además de oficinas administrativas, funciona en su interior el Museo del Agua que se puede recorrer de lunes a viernes. Además se ofrecen visitas guiadas por el edificio.
2. Confitería Las Violetas
En el corazón del barrio de Almagro, el café Las Violetas es un emblema porteño en la esquina de Rivadavia y Medrano. Se inauguró en 1884 con un gran evento al que no faltaron las personalidades políticas de la época. Pero fue recién en 1920 cuando se terminó de construir el inmueble de la confitería tal como se la conoce hoy, con sus vitrales franceses y pisos de mármol.
Con el correr de los años, sus mesas se convirtieron en un lugar de encuentro insoslayable para artistas y escritores. En 1998 la Legislatura porteña declaró al edificio Lugar histórico de la Ciudad.
3. Hotel Majestic
Una de las torres que sobresale entre las notables cúpulas de la Avenida de Mayo es la del ex Hotel Majestic, en la intersección con la calle Santiago del Estero. Originalmente diseñado para que funcionara allí la llamada Caja Internacional Mutua de Pensiones, con la llegada del Centenario de la Revolución de Mayo en 1910, se convirtió en un hotel de lujo en el que se alojaron algunas de las decenas de delegaciones extranjeras que llegaron al país para los festejos.
El hotel cerró hacia 1925 y en 1931 el inmueble fue comprado por el Estado. Allí se instaló la llamada Dirección General de Impuesto a los Réditos, la versión anterior de lo que hoy se conoce como la AFIP.
En la actualidad el edificio se encuentra vacío y en su fachada se están haciendo tareas de restauración y arreglos para evitar desprendimientos.
4. Estación Palermo
En Santa Fe y Juan B. Justo el tránsito es imparable y el nombre Puente Pacífico parece una contradicción.
Es que allí confluyen, desde hace años, los pasajeros de diversas líneas de colectivos, además de los usuarios del tren de la Línea San Martín y del subte D.
5. Santa Fe y Callao
Se trata de una de las esquinas comerciales más transitadas, en la que históricamente se ubicaron cafés, tiendas y una célebre empresa funeraria.
Aunque algunos edificios fueron derribados, la torre en tono pastel claro se mantiene de pie con leves cambios en su estructura.
6. Catedral Metropolitana
Situada en la esquina de San Martín y Rivadavia, en pleno casco histórico, se trata del principal templo de la religión católica del país, donde se encuentra, además, el mausoleo con los restos de José de San Martín.
La catedral funcionó siempre en el mismo lugar, que fue designado por el fundador de la ciudad, Juan de Garay. Luego de distintas construcciones con diversos materiales poco duraderos, el actual inmueble comenzó a edificarse en 1752.
En la actualidad en el interior también funciona el Museo Cardenal Jorge Mario Bergoglio que expone objetos personales que el Papa Francisco utilizó durante su actividad pastoral en Buenos Aires.
7. Confitería del Molino
La mítica Confitería del Molino, en la esquina porteña de Callao y Rivadavia, vivió épocas de esplendor y, por su estratégica ubicación frente al Congreso, fue testigo de los grandes episodios de la historia del siglo XX argentino.
En la actualidad está en pleno proceso de recuperación y expertos en restauración están trabajando para devolverle el brillo de otros tiempos.
8. Suárez y Necochea, La Boca
"¿Dónde andarás, Pancho Alsina?, ¿dónde andarás, Balmaceda? Yo los espero en la esquina de Suárez y Necochea", dice el tango Tres amigos, escrito por Enrique Cadícamo.
La mística de esas calles del barrio de La Boca, donde solían encontrarse aquellos hombres "del trío más mentado, que pudo haber caminado por esas calles del sur" y también los tangueros de la vieja guardia, es indiscutible. Pero con el paso del tiempo, la zona, que solía tener cafés y lugares de encuentro para los amantes del tango, se vio ostensiblemente modificada.
9. Plaza de Mayo y Diagonal Norte
La Plaza de Mayo es, sin dudas, el epicentro de la vida social y política argentina. Recientemente refaccionada, nació de la antigua unión de las plazas de la Victoria y del Fuerte, luego de que en 1884 se demoliera una construcción llamada Recova Vieja, que las separaba.
Fotos: Gustavo Gavotti y Archivo General de la Nación