El 2 de octubre empiezan las clases. No, no es un error. Usted está leyendo bien. El 2 de octubre los primeros 80 jóvenes de más de 16 años que no estudian ni trabajan estarán sentados en aulas impecables frente a flamantes computadoras y elementos de robótica, dispuestos a descubrir un nuevo camino. Una oportunidad generada desde el presente, para construir un mejor futuro.
Se trata de Potrero Digital, la primera escuela de oficios digitales para jóvenes en situación de vulnerabilidad social en el corazón de La Matanza, provincia de Buenos Aires. Esta escuela, que tiene como objetivo inspirar a adolescentes en situación de vulnerabilidad social para que ingresen al mercado laboral a través de la tecnología, pone el eje en la educación alternativa que nos exigen los nuevos empleos que la industria demanda. Se trata de una herramienta fundamental ya que brindará oportunidades de formación y creará una comunidad de aprendizaje de oficios digitales con una innovadora metodología de estudio.
Potrero Digital está orientado a la animación, los videojuegos y social media y cuenta con un espacio equipado para que los alumnos puedan transitar diferentes especializaciones digitales de la mano de mentores y expertos en la materia. La escuela es abierta, gratuita y formativa, cuenta con dos materias troncales: Alfabetización Digital e Inglés Técnico Digital, y cuatro tramos de especializaciones requeridas en el mercado laboral de la industria digital: Manager de contenidos digitales, Tester web, Animación digital y Programación de videojuegos.
También incluye el diseño de actividades para los más chicos. Cada sábado se realizará un Picadito, destinado a niños de 9 a 15 años en el que participarán de talleres experimentales de robótica y videojuegos con el objetivo de motivar su creatividad, interés y facilidad de descubrir mediante la tecnología un nuevo camino para el desarrollo profesional y laboral.
Potrero Digital es la respuesta innovadora que ofrece La Juanita a los jóvenes que hoy se ven imposibilitados de insertarse en el campo laboral.
Lugar germinal
La Juanita es una cooperativa de trabajo que surgió como respuesta a la crisis económica que sufrió Argentina en el 2001, esa que nos dejó rotos como sociedad. Sin embargo, en Gregorio de Laferrere un grupo de vecinos resistió a entregar lo único que ninguna crisis se puede llevar: la dignidad. Mediante la organización, la creatividad y mucho trabajo, lograron establecer las bases de un modelo diferente. La Juanita, en medio de uno de los barrios con los índices de desocupación más altos del país, donde lo único que abundaba era la carencia, encontró en el alimento básico, el pan, la respuesta para construir oportunidades. Así fue cómo la panadería se convirtió en el motor que da vida al jardín de infantes, la escuela para adultos, cursos de capacitación en oficios, el semillero de proyectos productivos, los talleres de emprendimientos sustentables y un centro de innumerables servicios.
Cooperativa La Juanita nació como un modelo de resistencia, de trabajo, de empoderamiento. Y hoy nos vuelve a dar una enorme lección. Hoy La Juanita es nuevamente el espacio de un innovador modelo de gestión: una organización social, junto al sector público –de la mano de Carolina Biquard del Fondo Nacional de las Artes– y al sector privado -de la mano de Mundo Loco, con Juan Campanella a la cabeza- nos enseñan que juntos podemos cambiar realidades.
Articular esas áreas, permitió que Potrero Digital encontrara socios estratégicos capaces de financiar el proyecto, ofrecer pasantías a los futuros egresados, aportar un sello de calidad en los contenidos, armar módulos específicos para formar a esos jóvenes. De pronto, al Potrero ingresan jugadores como Banco Santander, Banco Nación, la embajada de Estados Unidos, ICANA, Roboticar, la Fundación de Videojuegos, y muchos otros entusiastas que están calentando en el banco y pronto tendrán la oportunidad de conocer lo que la dignidad de La Juanita es capaz de producir.
Ojalá el país se pueble de Potreros Digitales que usen la tecnología como puente, que demuestren -una vez más- que sólo con el trabajo y la educación crearemos un futuro posible.