El ex ministro de salud, Ginés González García, sostuvo que Argentina, al no sancionar la Ley de interrupción voluntaria del embarazo, perdió una oportunidad histórica para evitar que un hecho trágico que se lleva la vida de miles de mujeres a diario siga ocurriendo. Además, consideró que la campaña del año que viene va a estar atravesada por el tema y que los candidatos se verán obligados a debatir y manifestar su postura en torno a la legalización o no del aborto.
Desde el gobierno nacional "supuestamente dicen que son el liberalismo, la modernidad. Y la verdad es que terminamos con que nada cambie", dijo González García. Asimismo sostuvo que los dirigentes deben responder a las demandas de los lugares que representan y no a sus creencias personales o relaciones eclesiásticas.
El ex ministro del gobierno de Néstor Kirchner y embajador en Chile durante la presidencia de Cristina Fernández aseguró que el aborto legal "disminuiría la mortalidad y la morbilidad materna" y además "eliminaría la enorme diferencia que hay hoy entre las mujeres según clase social".
-¿Qué análisis hace del final que tuvo el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo en el Senado de la Nación?
-Una frustración, un dolor. No solo por la oportunidad perdida, sino por la enorme energía disipada y sobretodo porque no se produjo nada. Quedamos igual que antes en un tema que es dramático y que todos los días tenemos una víctima. Un debate interesante de 700 personas en Diputados cuando pasó al Senado tuvo otra agresividad, otra actitud absolutamente descalificadora. El entonces ministro de Salud fue descalificado por la gente de su coalición gubernamental.
-¿Por qué cree que pasó eso, por qué no se quiere debatir o escuchar?
-Por la mentalidad conservadora de los que votaron. En vez de ver el problema y cómo se resuelve decidieron seguir en la más fácil para ellos, no para las mujeres que sufren. Creo que también hubo una actitud más agresiva por parte de las cuestiones confesionales, en una doble pinza, un poco los del credo católico hicieron lobby arriba. Los evangélicos movilizaron mucho, tienen más capacidad de acción abajo y metieron miedo, terror, que se mataba, que se usaban restos de los abortos para alimentos. Cualquier locura.
-Sin embargo, se habló mucho más de la iglesia católica y no tanto de los evangélicos que usted está mencionando ahora.
– Abajo la movilización evangélica fue muy fuerte, inclusive hicieron un acto en la Ciudad y eran casi todos varones, por lo que estaban diciendo de cuál era el enfoque. Perdimos una oportunidad como país porque todos los días hay algún hecho terrible que se hubiera evitado.
-¿Algún caso que recuerde al respecto?
-Recibí la información de una chica muerta, de 24 años, con un hijo en el Hospital de Tigre. Siempre es un post aborto que es séptico, que tiene alguna complicación. En un país donde todos los días hay mil, es obvio que la forma en la que debe tratarse esto es como lo trata el mundo desarrollado, al que quisieron descalificar diciendo que eran asesinos seriales.
-A Uruguay también le costó y pasó tres veces por el Congreso.
-Sí, es cierto. La Argentina tiene la despenalización por causales desde hace casi un siglo, lo hizo en un momento en el que las mujeres no votaban, no tenían la patria potestad ni derechos a bienes plenos. Lo que estamos hablando ahora es de que se amplíe esa expectativa y que tuviera acceso desde otro lugar y otra técnica. No es solamente si lo hacés oficialmente o sin que sea un delito, es que se ha simplificado mucho la cuestión. Hoy más del 90% de los casos se resuelve en consultorio externo, simplemente con medicación, muchos de ellos autoadministrada.
-¿Cuál sería el escenario con el aborto legalizado?
-No sólo disminuiría la mortalidad y la morbilidad materna, también eliminaría la enorme diferencia que hay hoy entre las mujeres según clase social. Eso se ve en las 49.000 internaciones por año post aborto inseguro o clandestino de las cuales muchas se mueren. Hay otras consecuencias que es la mortalidad infantil. Cuando muere una chica de estas, más de la mitad tienen hijos con riesgo de morir de 50.000 veces mayor antes de los 5 años que otro pibe en las mismas condiciones.
-También existieron abordajes solo desde creencias personales.
-No me voy a poner a discutir las creencias, pero imponerlas en función de la ley no es propio de una democracia. No lo hacen las democracias más importantes del mundo desde hace muchos años. Es perder tiempo, perder vidas, tener dolores, perder dinero, porque se demostró otra de las mentiras que decían, que esto iba a ser más caro para el Estado. No era la discusión, pero lo demostró el propio ministerio y la Asociación de Economía de la Salud. Ahí me di cuenta que la actitud en el fondo era casi perversa.
-¿Por qué?
-¿Te acordás que decían que en la conciencia colectiva no estaba puesta la conciencia institucional, que no había que culpar al médico? Los que querían que hubiera ley adecuaron todo a eso, se reunieron con las entidades y presentaron un proyecto que fue el último con las modificaciones consensuadas, inclusive con las partes que las reclamaban. Dijeron que no, no quisieron dar dictamen. Lo que no querían es que hubiera una ley. Ahora, cómo van a hacer y con qué cara van a mirar cada tragedia de las pibas que se internan y se mueren, la verdad no lo sé.
-¿Los senadores?
-Los gobernantes también. Una mujer joven como Vidal, cómo va a decir que se alivia porque no haya salido la ley ¿Qué piensa de la chica que se murió en el Tigre? ¿Está aliviada por eso? Es un horror, es muy feo. Hay muchas cosas por resolver pero ésta es una de las que cuando se legaliza se modifican todos los malos indicadores. La mortalidad materna desaparece al poco tiempo, disminuyen las internaciones, los dolores, la vergüenza, las desigualdades que hay entre mujeres.
-También habría que cumplir la ley de educación sexual integral que no se aplica, que se está desfinanciando, y que a lo mejor podría ayudar a que no se llegue a la última instancia que es el aborto.
-Cuando fui ministro con Eduardo Duhalde, con la puja de las mujeres pero yo acompañándolas, fue la ley de salud sexual y procreación responsable. Los primeros dos años fue una batalla campal. Eran tan injustos que no querían hacer que accedieran las pobres. Simplemente era en contra del programa público para que no le diera información e insumos para cuidarse, para no tener embarazos no deseados que son el origen de los abortos. Uno, en el fondo, estaba trabajando para lo mismo.
-Anticonceptivos no hay. A las personas que entrevisto que van a buscarlos, no los encuentran.
-Sí, éste gobierno abandonó mucho el plan. Y también el ministro anterior. Ahora dicen que están intentando recuperarlo, ojalá que quede como positivo. Se llenaron la boca diciendo que lo que faltaba era un programa público y educación pública los mismos que se opusieron. Ojalá quede eso como saldo favorable, pero me temo que no porque el no es metódico. Es no a la información y no a los derechos.
-La despenalización con la modificación del Código, ¿ayuda?
-La despenalización, si bien es buena, en realidad no modifica nada porque está despenalizada.
-En un montón de instancias está despenalizada…
-En todas. Ni se denuncian todos los que se hacen, ni interviene la policía en los que se denuncian, ni ningún juez emite ningún dictamen vinculado con esto. Es una ley que sólo sirve para que sea negro, para que sea clandestino, para que sea ilegal. Para que tengan miedo, para que no accedan a la información y no lo hagan como se debe hacer. Para inhibir, pero no inhiben.
-El fallo de la Corte tampoco se aplica en las provincias.
-Sí, correcto. Cuando fui ministro fui siete u ocho veces a distintas provincias antes del fallo de la Corte, en casos tremendamente con causales: chicas menores, violadas, discapacitadas mentales, tenían toda la figura y no lo querían hacer. Hubo chicas con sus mamás que las tuve que sacar de la provincia. Cada vez que haya una muerte les va a caer encima a los que votaron que todo siga igual… Y me parece que también va a ser un tema electoral y que la gente les va a preguntar usted de qué lado está.
-Se imagina este tema en la campaña del año que viene…
-Totalmente, no me cabe ninguna duda. Una Ciudad como la de Buenos Aires, el oficialismo ¿qué va a hacer? ¿va a ir con Elisa Carrió? Negada total. ¿Va a ir con Federico Pinedo? Negado total. ¿Va a ir con Gabriela Michetti? Negada total.
-Además, las encuestas reflejaban que la ciudadanía estaba a favor de que se convirtiera en ley.
-En los grandes centros urbanos siempre penetra más la información, el conocimiento, hay otro nivel sociocultural. Una ciudad como esta es el bastión de ellos ¿Van a ir con este tema diciendo lo mismo que hasta ahora? Me parece que van a buscar algún maquillaje mínimo o algún cambio de candidato. No soy el que hace la alquimia electoral de la oposición, pero va a ser un tema central.
-¿Cómo ve a la juventud en torno a la cuestión?
-Ha habido una explosión del movimiento de los jóvenes y las mujeres que es maravillosa, es el viento fresco más lindo que ha tenido la sociedad argentina y una motivación colectiva que hacía mucho tiempo no la veíamos.