"Para nuestro gobierno, este congreso tiene una significación muy profunda porque somos cultores del diálogo", dijo Avelluto, que elogió el ejemplo que dan en esto "los hombres de fe" y lamentó la lentitud con la cual ese espíritu de diálogo "se va filtrando en la sociedad civil".
"El diálogo no es una invitación que podamos rechazar", porque "las fracturas, las grietas de la sociedad nos obligan a redoblar el esfuerzo", dijo Avelluto.
"El diálogo no es para estar de acuerdo en todo sino para poner el aspecto más trascendente de nuestra condición humana al servicio del otro", agregó el Ministro, que también afirmó que la agenda, que pocos minutos antes había enunciado el presidente del Congreso, era "apasionante".
El 3er Congreso de Diálogo Intercultural e Interreligioso tendrá lugar el martes 4 y el miércoles 5 de septiembre en el Auditorio Belgrano de la Cancillería, y contará con la presencia de tres ex presidentes de la región, Luis Lacalle (Uruguay), Federico Franco (Paraguay) y Eduardo Duhalde; además de Avelluto también participarán otros dos ministro del Gabinete, Sergio Bergman, de Medio ambiente, y Guillermo Dietrich, de Transporte.
"Diálogo para una sociedad más pacífica y más justa", dijo Gustavo Guillermé, presidente de este Congreso Mundial de Diálogo Intercultural e Interreligioso, que a continuación enumeró los temas en torno a los cuales tendrá lugar las mesas de diálogo del Congreso: refugiados y migrantes; la Religión en la Política; Religión, ciencia y bioética; la democracia en América Latina, entre crisis religiosa y avance de la corrupción; trata de personas y Laudato Si, entre otros.
Guillermé también anunció que elevarán propuestas al presidente Mauricio Macri y a los participantes de la próxima Cumbre del G20 en Buenos Aires. También se entregará el premio "Manos solidarias" a personas con compromiso social: el doctor Abel Albino, Bettina Bulgheroni y Margarita Barrientos.
Otro anuncio importante fue la futura creación de un Comité de Bioética, que estará presidido por monseñor Alberto Bochatey y por el rabino Fishel Szlajen, ambos integrantes de la Pontificia Academia para la vida, y por el padre Rubén Revello, director del Instituto de Bioética de la UCA.
Y, con la finalidad de paliar la ausencia de saberes sobre religión, "paradójicoaen un mundo en el que el 90 por ciento se declara creyente", también se creará un Instituto de Diálogo Interreligioso e Intercultural.
En el acto, también hicieron uso de la palabra, Sumer Noufouri, presidente del Instituto Islam para la Paz, el rabino Ariel Stofenmacher, director general del Seminario Rabínico Latinoamericano, Benjamín de Hoyos Estrada, autoridad general de la Iglesia Mormona, y monseñor Ernesto Giobando, obispo auxiliar de Buenos Aires, quien asistió en representación del titular de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea.
"El diálogo debe ser abierto y respetuosos porque sólo así será fructífero -dijo monseñor Giobando, citando conceptos del papa Francisco, quien en sus tiempos de Arzobispo de Buenos Aires fue pionero del diálogo interreligioso en nuestro país-. Debe ser cordial y sincero, por parte de personas que aceptan caminar juntas".
El acto fue cerrado por Alfredo Albriani, secretario de Culto de la Nación, quien subrayó el honor que significaba para su gobierno albergar este Congreso.
Todos los oradores destacaron el valor de la diversidad, una característica de la sociedad argentina, y de la necesidad de que esta experiencia de diálogo llegue y contagie a todos los argentinos.
El rabino Stofenmacher cerró su intervención con una frase en hebreo que tradujo así: "Qué lindo, qué bueno, que todos los hermanos estemos sentados juntos".
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