La confesión de Robledo Puch a un pastor: “Si no fuera famoso, ya estaría en la calle”

El "ángel negro" volvió a hacerse evangelista. Cómo pasa sus días en la cárcel de Sierra Chica

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Robledo Puch hoy, en la
Robledo Puch hoy, en la cárcel de Sierra chica

Carlos Eduardo Robledo Puch no está tan solo y aburrido. Una prima le escribe cartas, por semana recibe hasta tres pedidos de entrevistas que rechaza por escrito y en su celda de la cárcel de Sierra Chica, a 12 kilómetros de Olavarría, recibe a un pastor evangélico. A ese hombre le hizo una confesión:

-Si no fuera tan famoso, ya estaría en la calle.

El llamado Ángel Negro que en 1971 mató a once personas por la espalda o mientras dormían lleva preso 46 años y medio. Su mito y figura dentro del crimen argentino volvió este año a partir de "El Ángel", la película dirigida por Luis Ortega que se inspiró libremente en la historia del joven enrulado de 18 años al que los investigadores comparaban con Marilyn Monroe por su belleza angeligal.

El famoso asesino no vio la película, aunque varios presos les pidieron a sus familiares que consigan una copia trucha para verla. Robledo tiene un DVD: es fanático de las películas de acción, sobre todo las de Steven Seagal y Jean Claude Van Damme. Una de sus favoritas era "La Supremacía Bourne", protagonizada por Matt Dammon.

"Me reconcilié con Dios", le dijo Robledo al pastor. Su relación con la religión es conflictiva. Hasta hace 12 años iba a la paroquia del penal, pero un día dejó de ir. El episodio, que Robledo contó al autor de esta nota, fue una charla que tuvo con el capellán penitenciario Pedro Oliver.

-Si algún día quedo libre, ¿usted me alojaría en su casa? -le preguntó Robledo.

-Eso no sería posible.

-Pero me enteré que usted suele alojar a detenidos.

-Pero su caso es distinto, Robledo. Si nos ven caminando juntos por la calle, pueden pensar cualquier cosa, que usted es la reencarnación del diablo y yo un hereje. Usted sabe, lo dice el dicho: "Pueblo chico, infierno grande".

"Hasta Dios me deja solo", dijo Robledo. Antes era evangelista. Y solía andar con la Biblia bajo el brazo.

"Habla mucho con el pastor, le cuenta sus dudas y sus miedos, expone sus pensamientos. Una de las cosas que le dijo es que lo perjudica que el suyo fue un caso mediático", dijo a Infobae una fuente penitenciaria.

La vida criminal de Robledo
La vida criminal de Robledo Puch sirve como inspiración para la nueva película argentina, “El ángel”

Robledo Puch es el preso más antiguo. Sus insistentes pedidos de libertad fueron negados por la Justicia, aunque el 22 de marzo de 2017 tuvo una buena noticia: le concedieron un cambio de régimen de detención: ahora goza de uno semiabierto modalidad limitada. Es decir, pasa más tiempo fuera de su pequeña celda. Según Clarín, como no quiere salir de Sierra Chica, pidió que le construyeran una casa para él.

Robledo tiene algo de razón: Arquímedes Puccio, el siniestro líder del clan que secuestraba y mataba empresarios en los años ochenta, recibió la misma pena que Robledo (reclusión perpetua por tiempo indeterminado) pero le dieron la libertad condicional y fue alojado por un pastor evangelista en General Pico, La Pampa. El mismo camino siguieron algunos miembros de los Apóstoles de Sierra Chica, el grupo de presos que protagonizó el sangriento motín de Semana Santa de 1996. "Tienen algo en contra mía, por eso no me liberan. Es por algo mediático, quieren que me muera en la cárcel. La perpetua no exista, es anticonstitucional. Si no fuera conocido, ya me habrían largado. Mi sueño es ser olvidado y vivir en otro país donde nadie sepa quién soy", dice Robledo Puch, de 60 años.

Una prima suya que decidió no cambiarse el apellido (lo que hicieron otros de sus familiares) le envía cartas. "Por el tema de la película muchos medios quisieron entrevistarlo, pero hasta ahora rechazó los más de diez pedidos que recibó", dijo una fuente penitenciaria.

El "ángel negro" sigue alojado en el pabellón 9, mal llamado en una época el "pabellón rosa". Ahora se lo denomina "pabellón que aloja a internos con diversidad sexual".

"El año pasado, después de muchos años, le pusieron una travesti como compañera. Ahora está solo otra vez. Tiene el televisor de siempre, en el que mira noticieros", dice la fuente.

Hace diez años, Robledo pensaba organizar una conferencia de prensa e invitar a más de cien periodistas. "Les voy a contar la verdad de mi caso, de la injusticia que se ha cometido conmigo", decía por entonces. Siempre se hizo cargo de los robos, pero niega haber matado a once personas. Culpó de los asesinatos a sus cómplices y amigos Jorge Ibáñez y Héctor Somoza. Pero ambos no pueden desmentirlo: murieron (Somoza fue asesinado por Robledo) antes de que la Policía detuviera a Robledo y lo convirtiera en un asesino ícono de la Argentina.

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