El pasado 8 de agosto Independiente anduvo sobre ruedas, de manera literal y figurada, porque ganó la copa Suruga Bank e hizo debutar como sponsor de su camiseta a Caminos Protegidos, una empresa controlada por el gremio de los camioneros.
El artífice del acuerdo comercial fue Pablo Moyano en su doble rol de vicepresidente primero del club y vicepresidente de la compañía de seguros, que erogará a los Rojos un total de 12 millones de pesos hasta fin de año.
El directorio de Caminos Protegidos alberga a otros dos hijos de Hugo Moyano: Huguito, el abogado del sindicato de su padre, y Paola María Isabel, la esposa del presidente de la AFA, Claudio "Chiqui" Tapia. Este año los hermanastros —son hijos de distintas madres— dejaron de lado aquel bajo perfil que con tanto ahínco supieron cultivar. Huguito recorrió algunos medios para cuestionar la multa de 810 millones de pesos que el Gobierno le aplicó al gremio, y Paola se lució en fotos con sus retoños durante el Mundial de Rusia.
El "desembarco" familiar en Independiente, en esta particular modalidad de patrocinador, también incluye a la rama política a través de Christian Marcelo Asorey, yerno de Liliana Esther Zulet, actual mujer del ex jefe de la CGT.
Se sabe que Hugo Moyano utilizó a su sindicato como una formidable plataforma de negocios, logrando edificar en muy pocos años un verdadero emporio familiar. No sería extraño que haga lo propio con el club de fútbol que preside.
Caminos Protegidos no sólo es parte del "holding Moyano-Zulet" sino que además se entrelaza con otras empresas que integran esa organización. Tiene entre sus clientes a Iarai, la gerenciadora de los sanatorios, clínicas y geriátricos de la obra social de los camioneros que maneja la blonda mujer del sindicalista.
Como sucede con Pablo en Independiente, aquí también un Moyano está tanto en la vereda del que contrata como en la del contratado, ya que Paola María Isabel aparece a la vez en los papeles de Iarai.
Se ve que estar de los dos lados del mostrador no es una excepción sino una regla del clan. ¿Otro ejemplo? Caminos Protegidos también es la aseguradora de Aconra, una empresa de construcción en la que Asorey supo figurar como directivo.
El yerno político de Moyano se hizo conocido por su paso en el Ministerio de Salud de la Nación. Entre 2007 y 2010 ocupó cargo en la ya disuelta Administración de Programas Especiales (APE), una dependencia que entonces subsidiaba con 700 millones de pesos anuales los tratamientos de enfermedades especiales, Asorey, según su declaración jurada ante la Oficina Anticorrupción, también tenía ingresos del sindicato. Todo un afortunado.
Los vínculos políticos y empresarios de Moyano quedaron a la intemperie desde que asumió en Independiente. Otro sponsor, que se luce en las mangas de la casaca, es Audifarm, una empresa de servicios farmacéuticos. Uno de sus gerentes, Marcos Daniel Hendler fue procesado por "asociación ilícita" y "defraudación" en la causa de la "mafia de los medicamentos", en la que también apareció envuelta la obra social de los camioneros y el ex titular de la APE, Hugo Sola, vinculado al gremio.
Hendler se vinculó a Moyano a través de Droguería Urbana. Revistaba como director de esa empresa, que proveía de medicamentos para tratamientos de alta complejidad a la mutual del gremio. Por ese gasto, el Estado compensaba al líder sindical con giros de la APE.
El juez Claudio Bonadío, hoy megaprotagonista en la causa de los cuadernos Gloria, siempre sospechó que el ex jefe cegetista fraguaba legajos con tratamientos ficticios, con la connivencia de Hendler, para poder recibir onerosos reintegros estatales.
Hendler no es un satélite que comercia con Independiente: fue parte de su conducción durante la presidencia de Julio Comparada como representante de socios. En esos años se supo que su droguería no sólo integraba el listado de empresas aportantes a la campaña presidencial de la fórmula Cristina Kirchner-Julio Cobos sino también que aparecía mencionada en la llamada causa del Triple Crimen.
Además de Caminos Protegidos y Audifarm, hasta hace poco los jugadores de Independiente exhibían en el frente de sus camisetas la publicidad de OCA, la empresa de correo privado que mantendría una deuda millonaria con el club.
OCA pertenece al Grupo Rhuo, el mismo que afilió a trabajadores de sus múltiples empresas al gremio de camioneros, condición necesaria para acceder al Refop, un frondoso subsidio estatal. El Grupo Rhuo lo preside Patricio Farcuh, un fanático del fútbol que en 2010 viajó junto a Pablo y Facundo Moyano al Mundial de Sudáfrica, compartiendo la tribuna con la barra de Independiente.
Al fin y al cabo fue la familia del mandamás camionero quien le tendió la alfombra para su desembarco en la mayor firma privada telepostal, luego del proceso de salida de Alfredo Yabrán, primero, y de Juan Navarro del Exxel Group, después.
Farcuh es un extravagante prestanombres al que Moyano responsabiliza de la crisis financiera de OCA. A principio de año, Moyano lo echó por la fuerza de la sede central de la firma, en Once, y asumió el pago de los salarios de sus 7000 trabajadores. No fue un ataque de altruismo sino un acto en defensa propia.
En ningún papel de OCA aparece el apellido Moyano. Pero es vox pópuli que esa compañía es parte de un proceso de acumulación del camionero, un proceso del que también forma parte Caminos Protegidos.