Dieron la sorpresa el pasado 4 de agosto en el Obelisco congregando a unas 600 mil personas para manifestarse contra la legalización del aborto; una demostración nacional que impactó fuertemente en la opinión pública de todo el país, pero muy especialmente en el ánimo de los senadores que pocos días después tenían que debatir el proyecto de aborto legal que ya tenía media sanción de diputados.
A la marcha también asistieron muchos católicos, pero el grueso del esfuerzo movilizador lo hizo Aciera, la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina, la más numerosa de las asociaciones del ámbito protestante en nuestro país.
¿Quiénes son y qué piensan estos evangélicos cuya presencia y acción superan ampliamente la atención pública que reciben? O que recibían hasta ahora.
Rubén Proietti es pastor de la Iglesia Bautista, una de las denominaciones que integran esta Alianza, y preside Aciera desde hace varios años. También es presidente de la Alianza Evangélica Latinoamericana. En esta charla con Infobae, desde Colombia donde se encuentra de gira, Proietti explica que la marcha al Obelisco se hizo a pulmón ya que, contra lo que muchos creen, no reciben subsidios estatales; también habla de los planes a futuro -entre otros, la gestación de un movimiento empresario afín-; expone la posición de Aciera sobre la Educación Sexual en las escuelas confesionales y responde a la pregunta de si tienen o no la intención de crear un partido político evangélico.
"Esto de querer usar el Código para forzar lo contrario de lo que se votó, nos habla del país que tenemos", lamenta también Proietti.
Tres días después de la histórica sesión en el Senado, Aciera envió una dura carta al senador Miguel Ángel Pichetto que en su exposición trató de "retrógrados" a católicos y evangélicos. "Señor Senador, las iglesias 'No jugamos con la conciencia de la gente', por el contrario, la despertamos, (contra) los políticos que ocultan el exterminio y eliminación de los niños por nacer bajo eufemismos tales como 'aborto, interrupción voluntaria, derecho de la mujer, modernidad, estado laico".
— ¿Qué balance hace del debate de estas semanas en torno al proyecto de legalización del aborto?
— El balance es altamente positivo, pero tal vez podríamos agregar que no debía ser una sorpresa. En primer lugar porque, lo he dicho varias veces, la cultura argentina, la historia argentina, independientemente de que está plasmado en la Constitución y en tantos acuerdos, es a favor de la vida en todos sus aspectos. Incluso lo ocurrido en Diputados fue algo reñido con la honestidad y con la realidad, porque están los videos de diputados que mostraban el pañuelo celeste y decían "estamos a favor de la vida" y que a última hora cambiaron su voto. Eso no es honesto, eso desilusiona, eso muestra que la politiquería -no la política, que es una ciencia- hace que cualquiera se venda por treinta monedas de plata, sea por temor a lo que le digan en el partido, porque le mandan o no el presupuesto… por lo que sea. Eso es terrible. Yo jamás votaría a un hombre o a una mujer que no me dé la seguridad de que va a representar lo que quiero. Y no es pensamiento único; ellos se manifestaron a favor de la vida, de las dos vidas, cambiaron el voto y produjeron esos cuatro votos de diferencia. Frente a eso, yo se lo dije al pueblo evangélico, no hemos perdido, ellos han hecho un gol sin consultar el VAR.
— ¿O sea?
— De una manera casi ilegítima. Así que eso nos animó más en la lucha en el Senado pensando que no habíamos perdido. Tampoco quiero que se entienda esto como un River-Boca; me dolió mucho que se tratara este debate como los verdes contra los celestes, cuando acá de lo que se habla es de la vida. Y no hablo como religión. Quiero que los verdes me expliquen: si la Academia de Medicina, si la ciencia médica, dice que el ser nace en la concepción, si todos entendemos -las verdes también- que la vida se gesta por el acto sexual en el que el espermatozoide con el óvulo fecundan, entonces la vida no nace por una fórmula matemática, no nace porque a alguien se le ocurrió, entonces si ahí nace la vida ¿de qué estamos hablando? Sacarse el embrión es muerte. Eso por un lado. Por otro lado, están las leyes. No entiendo cómo gente de la ley como los legisladores pueden así, abiertamente, como si nada, irse contra la ley. Esto lamentablemente nos hace replantear qué sistema tenemos o cómo funcionan las instituciones porque no tiene sentido…
La ONU se quejó por el voto del Senado… ¿Desde cuándo me van a regir la vida desde afuera?
— Ahora bien, a pesar del resultado, que como usted bien dice fue muy ajustado en Diputados y totalmente contrario al aborto en el Senado, se habló de la posibilidad de reintroducir el tema en el debate del Código Penal. ¿A qué cree que se debe esto?
— Yo entiendo que hay mucha presión, mucha influencia de afuera. Habrán visto que la ONU se quejó porque el Senado… ¿De qué estamos hablando? ¿Desde cuándo me van a regir la vida desde afuera? Ahora, esto, como argentinos, es una falta grave. Falta la moral. Falta el sentido común. Falta la honestidad. Esto de querer usar el Código para forzar lo contrario de lo que se votó, nos habla del país que tenemos, lamentablemente. No hay seriedad, no hay ninguna seguridad jurídica. Es muy grave, no sabemos dónde podemos pisar y pisamos.
— Es anti-democrático, anti-republicano incluso.
— Por eso digo: tenemos que revisar el sistema. Otra cosa: el día 8 en el Congreso, la policía estaba toda apuntando hacia el lado verde, del lado celeste no había un solo policía. Todos saben que los que predicamos la fe tenemos un comportamiento que nada tiene que ver con la agresividad de los verdes. Nosotros tenemos iglesias que han sido pintadas, diputados que han sido golpeados, amenazados. ¿Qué es esto? ¿De qué sociedad estamos hablando? Creo que a nivel de la Justicia tendría que haber una mano más firme, y del gobierno también. Porque no puede ser que en nombre de los derechos de todos algunos invadan los derechos de los otros.
— Se intentó reducir el argumento contrario a la legalización del aborto a una cuestión de moral religiosa.
— Bueno, y lo que dijo Ginés (González García) recién, que los que están a favor de la vida están a favor de la muerte. Es un estropajo. Esto es lo mismo que pasa con las redes, que cualquiera las usa para mentir, para decir cualquier cosa; es una lástima. Ahora, tenemos que pensar seriamente, porque vamos de cabeza para abajo, no hay moral, no hay conducta, no hay ética, no hay valores, vale todo.
— Salvo la última marcha en el Obelisco, que fue tan impactante que no se pudo eludir, ¿le sorprende la desproporción entre la visibilidad que se le da a la iglesia evangélica con la cobertura de los medios a los grupos pro aborto legal?
— Estamos acostumbrados. No nos sorprende porque toda la vida ha pasado esto. Ojo, no todos los medios, pero muchos hicieron una ostentación a favor del "verde" de una manera poco profesional. Pero estamos acostumbrados a que nos ignoren. Por eso habrá llamado la atención esa manifestación de un pueblo que calladamente predica los valores, los principios que hacen bien a la sociedad. Porque nosotros no predicamos para ganar adeptos, que eso quede claro: la prueba está que no tenemos ningún problema en ir juntos con los católicos en esto. Uno predica para que el hombre tenga una relación con Dios, con el Creador, y en consecuencia que su vida se alinee con los principios divinos, que no son para nada del otro mundo. Todos se agarran de lo lindo de los principios cristianos, pero no van al efecto que es el poder de Dios manifestado en la resurrección de Jesucristo. De eso hay que hablar. Se lo dije a Cristina (Kirchner) en su momento: Jesucristo está vivo, es el único Dios de todos los que se mencionan que vive, los demás están todos muertos.
¿Quién creen que contiene a las mujeres que quieren abortar, que no tienen a quién recurrir? ¿Quién creen que las socorre? Y no hablo sólo de la Iglesia Evangélica…
— ¿No hay también una cuota de ignorancia histórica en el sentido de que muchos de los principios que se consideran "laicos", que hacen a la convivencia social, en realidad tienen una raíz cristiana, o judeocristiana? No es que se construyó la república o la democracia "en contra de" sino "basada en" esos principios…
— Sí. Ni hablar, ni hablar. Por eso me da risa porque todos viven de los beneficios de la iglesia evangélica, cristiana. Pero cuando llega el momento, los intereses y el egoísmo hacen que algunos se olviden y corran para otro lado. Pero quiero subrayar que esa manifestación que tanto impactó no surge de la nada, es el fruto de la tarea silenciosa que se hace en los barrios. ¿O quién creen que contiene a las mujeres que quieren abortar, que no tienen a quién recurrir? ¿Quién creen que las socorre, a dónde buscan ayuda? Y no me refiero solamente a la Iglesia Evangélica, pero sí hablo por ella porque puedo dar fe de ese trabajo pastoral constante.
— En el comunicado de ACIERA, posterior a la votación en el Senado, ustedes sostienen que no hay nada que festejar porque persiste el drama del aborto. ¿Qué se proponen hacer en adelante?
— Decimos no hay nada que celebrar porque no hemos logramos que no se aborte más. Incluso leí que en Pacheco una chica de 24 años se hizo un aborto clandestino y murió, dejando dos hijas. Logramos que no se despenalice el aborto, que no se despenalice el desentenderse, el matar, el "sacarse" la vida de adentro del cuerpo de la mujer; pero el aborto sigue. Lo nuestro es el trabajo práctico. Lo que hacemos ahora es incentivar, tomar más en serio la prédica de la Iglesia, para que no se aborte.
— ¿Cómo se logra eso?
— Bueno, el mensaje evangélico es llegar virgen al matrimonio. Yo sé que habrá una tribuna inmensa que se mata de risa. Que se rían. Lo que quiero decir es que por el lado nuestro no se van a producir muchos abortos. Ahora, comprendemos a esa gran tribuna que piensa diferente, que se entrega al placer sin responsabilidad. Eso es lo que tenemos que combatir y estamos en eso, la prédica es ésa. Pero bueno, Dios mismo en la Palabra dice te ofrezco la vida y la muerte, escogé lo que querés. Dios nos da libre albedrío, entonces uno predica el Evangelio, muchos se convierten, gracias a Dios, se ve en el crecimiento de la Iglesia Evangélica, pero es una multitud todavía la que vive a espaldas de Dios. Entonces a ellos les recomendamos todos los métodos anticonceptivos habidos y por haber, para que sean responsables, porque cuando vas a tener relaciones sexuales no podés negar que estás en el área para que se produzca…
¿Cómo nos vamos a negar a dar Educación Sexual en nuestras escuelas?
— Eso justamente me lleva a otra pregunta que le quería hacer. En este debate surgió el tema de la Ley de Educación Sexual Integral, aprobada hace años y que no se aplica o se aplica parcialmente. ¿En las escuelas evangélicas dan Educación Sexual? ¿O se niegan a darla?
— ¿¡Pero cómo nos vamos a negar a dar Educación Sexual!? Si nosotros creemos que es uno de los elementos para combatir los abortos, porque ahí es donde se toma conciencia, si no, es una viva la pepa. Yo me imagino que el chico y la chica que van por allí y llegan hasta las últimas consecuencias muchas veces no tienen noción de lo que implica. Por eso es fundamental la educación sexual. Lo hacemos en nuestras escuelas y queremos que se haga en todos lados, porque justamente por no hacerlo, pasa lo que pasa, es una de las causas.
— Se lo preguntaba porque cuando se dice que no se aplica la ley siempre se culpa a la Iglesia, en especial a la Católica, aunque tampoco es verdad que en las escuelas católicas no se dé educación sexual, en muchas sí se da.
— Sí, yo no puedo responder por la Iglesia Católica pero los evangélicos…
No es lindo que el pastor diga ‘use preservativo’, pero tenemos que ser conscientes y decir ‘sean responsables y no produzcan vidas que después se eliminan’
— Es un argumento para señalar que los que se oponen al aborto también se oponen a la prevención. Un callejón sin salida.
— No quiero entrar en discusión, tenemos un poquitito de diferencias con la Iglesia Católica, porque ellos han hablado siempre de la planificación familiar, están en todo su derecho. Ojo, no es lindo que el pastor diga "use preservativo", pero vuelvo a repetir: tenemos que ser conscientes y estar lejos de, como dicen algunos, el pensamiento único, homofóbico, esas estupideces que dicen, porque si el 80 por ciento de la tribuna no teme a Dios, en el sentido de que lo respeta y tiene en cuenta sus principios, y bueno, frente a esa gente decimos: señores, sean responsables y no produzcan vidas que después se eliminan.
— Otro tema: la adopción. En Estados Unidos, por poner un ejemplo, está bastante arraigada la costumbre, en caso de embarazos no planeado, de dar al niño en adopción. La ley lo favorece. ¿Tienen pensado pedir o apoyar una reforma de la ley de adopción que la vuelva más ágil?
— Hace tiempo que lo hacemos y la misma declaración de ACIERA lo dice. Cuando decimos cómo combatir el aborto y cómo seguir, estamos hablando de contener a la mujer del embarazo no deseado, que haya no solo una ley de adopción para los hijos, que ya funciona, sino de adopción en el vientre de la madre que no quiere tener a ese hijo. Trabajamos por eso. Además de contener, aconsejar y ayudar a la mujer que se acerca.
— Cuando se hizo la marcha en el Obelisco, hubo comentarios del tipo "marchan con nuestros impuestos"… ¿Ustedes reciben subsidio estatal?
— De ninguna manera, predicamos lo contrario, la separación de la Iglesia del Estado. Todo lo que se hace a nivel evangélico como obra social se hace con el dinero de los creyentes. Con eso se les paga a los pastores, se construyen los templos, se desarrollan programas en diferentes lugares. Ahora, con esto no nos metemos con la Iglesia Católica. Sé que ahora hay un conflicto, pero para nosotros lo que pase con la Iglesia Católica es otro tema. No decimos que si le dan a la Iglesia Católica nos tienen que dar a nosotros, lejos de eso. Sostenemos la separación de la Iglesia y del Estado y por lo tanto no recibimos nada, salvo algunas escuelas, que reciben algo, como el grueso de las privadas. Me acuerdo que después de aquel gran evento de oración que hicimos el sábado 11 de noviembre de 1999, Eduardo Duhalde, que era gobernador, nos llamó por el impacto que le produjo, y estaba Aníbal Fernández de secretario; era el martes siguiente en la Quinta de San Vicente. Y ellos decían: no puede ser, si los católicos tienen escuelas y reciben subsidios, ¿por qué los evangélicos no van a recibir? Y desde entonces algunas escuelas reciben algo. Pero la inmensa mayoría de las escuelas evangélicas no reciben subsidios. Y las iglesias, nada.
De ninguna manera sostenemos un partido confesional
— Justamente a raíz de la dimensión de la marcha del otro día, que sin duda tuvo impacto en el ánimo de algunos senadores dubitativos, surgió la versión de que algunos evangélicos están pensando en formar un partido político.
— ¡Qué bueno que me lo pregunta y ojalá ponga mi respuesta en letras mayúsculas! No. Lo mismo pasó cuando tuvimos el evento con (el pastor Luis) Palau en el Obelisco, que Santo Biasatti, Gelblung y otros dijeron un millón de personas -nosotros no creemos que fueran tantos, pero fue una cosa muy grande- y Cristina cuando recibe a Palau le dice: "Esa multitud me quitaba el aire. Ni el partido peronista junta la gente que juntan ustedes". Entonces los periodistas me dijeron: "Ustedes con todos los que son están en condiciones de formar un partido político, ¿nunca lo pensaron?" Bueno, como Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas que representa más de 15.000 iglesias, enfáticamente digo que de ninguna manera sostenemos un partido confesional. De ninguna manera. Ahora, cada uno que hable y diga lo que quiera, debe haber alguno con sueños o delirios de grandeza, pero de ninguna manera. Ojo, por ahí se arma un partido evangélico, yo no lo puedo evitar, pero de ninguna manera va a tener la aprobación de la multitud de las iglesias. Muchas Iglesias son independientes, si no están en Aciera no respondemos por ellas, que quede claro.
— O sea para Aciera es un tema cerrado.
— Es un principio. A diferencia de años pasados, cuando de política ni se hablaba, desde ACIERA queremos que todo el que sienta un llamado a la política vaya, ejecute. Incluso tenemos como principio que el pastor que siente el llamado a la política, debe dejar el pastorado, dejar el púlpito, y seguir ese llamado. Porque en el momento en que el pastor está en un partido y va a dar el mensaje a la congregación, la está induciendo o comprometiendo con su partido. Ahí no hay libre albedrío ni libertad de conciencia. Por el libre albedrío que Dios nos dio, cada uno es responsable de lo que hace. Pero no debe dejarse manipular. Entonces, que quede claro, lo dice el presidente de ACIERA: no hay ni habrá de parte de la Alianza Evangélica un partido evangélico, de ninguna manera. Sí, evangélicos que vayan a política, están en todo su derecho y ojalá lo hagan para que puedan influir más desde nuestros principios y valores.
— ¿Qué iglesias integran Aciera? ¿La mayoría es pentecostal?
— Sí, ahora, siempre digo que no se puede ser cristiano sin ser pentecostal, en el sentido de que si no se nace de nuevo, y por obra del Espíritu Santo, no se puede ser hijo de Dios [N. de la R: Según la Biblia, en Pentecostés, se produce la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles reunidos, cincuenta días después de la Resurrección de Jesucristo]. Lo dice clarito la Palabra de Dios. Ahora bien, dentro de ACIERA, la mayoría de las denominaciones son Pentecostales, pero también están los Bautistas, la Alianza Cristiana Misionera, el Ejército de Salvación, la Unión Evangélica, los Hermanos Libres, los Nazarenos, los Menonitas, es decir Iglesias que no son de corte pentecostal. Un 75 por ciento de los cristianos evangélicos pertenecen a organizaciones Pentecostales. La más grande de todas es la Unión de la Asamblea de Dios. En Argentina y en América Latina. Acá su presidente es el pastor Enrique Strohschein. Son Iglesias muy grandes, multitudinarias. Son más de 2.000 en el país las Iglesias que pertenecen a la Unión de la Asamblea de Dios. Y también está la Asamblea de Dios. Después está la Iglesia de Dios, que también es Pentecostal, y otra que se llama Iglesia Pentecostal Misionera, etcétera. Ahora bien, todas las que están en ACIERA predican a Cristo, no hay dualidad de doctrina, ACIERA conglomera a Iglesias que tienen un mismo sentir: la obediencia a Dios, la prédica de la Palabra, anunciar que hay que recibir a Cristo en el corazón y anunciar que Jesucristo vuelve, que de eso pocos hablan. Así como vino una vez y se fue a los cielos, volverá. Al final, me está haciendo hacer un mensaje… (risas).
Lo del Obelisco fue algo que tapó la boca, que sacudió; fue la movilización de los que tienen fe
— ¿Qué cálculo hicieron ustedes de cuánta gente hubo el sábado 4 en el obelisco?
— Bueno, Clarín dijo 650.000 personas, y me parece que es un buen número. Yo lo que digo siempre es que cuando algo es multitudinario no perdamos tiempo en si fueron 100, 200 o 300. Fue algo que tapó la boca, que sacudió, que fue tapa de los diarios. Esa es la movilización de los que tienen fe. Vinieron de todas las provincias. Pero, por más micros que se renten, lo que vale ahí es el sacrificio de venir de tan lejos.
— Seguro. A raíz del debate por los subsidios, hubo gente que aclaró que pagaban de su bolsillo para venir, ¿es cierto?
— Aportaban, se traían la comida y hasta las bolsitas para levantar los residuos. Es así, ni siquiera tenemos, y eso a mí me preocupa, preferiría tenerlo y estoy trabajando para eso, un movimiento empresarial, como para decir financian todos los micros, no lo tenemos. Ahora, todo esto de la movilización nació el 5 de julio, cuando convocamos desde ACIERA a todos los referentes nacionales. Me querían mandar pastores y yo dije no, pastores no, referentes. Y vinieron de los 24 distritos, las provincias y la Capital, y ahí se tomó la decisión del 4 de agosto. Personalmente, me conformaba con dos micros por provincia. Fue sorprendente lo que llevaron, treinta, cuarenta, ciento cuarenta micros, una cosa de locos. Y sí, pagándose cada uno lo suyo. Un esfuerzo tremendo.
— ¿Por qué dice referente y no pastor, cuál sería la diferencia?
— Aclaro. En una ciudad, Salta por ejemplo, hay un montón de pastores, pero hay un comité pastoral. El presidente y el vice del comité pastoral son los referentes, son la cara de los pastores en la ciudad. En la Ciudad de Buenos Aires, tenemos un Consejo de Pastores, en la provincia, pasando la General Paz, hay una Confraternidad de Pastores extraordinaria, que está compuesta no por pastores sino por Consejos Pastorales, que a su vez agrupan a los pastores…
— Como una CGT… (risas)
— No, no, de ninguna manera, porque estos encuentros de pastoral son, número uno, para orar por la ciudad y los gobernantes. Número dos, para ver de qué manera pueden servir mejor a la sociedad ahí donde están. Número tres, para orar por la extensión del Evangelio. Número cuatro, para confraternizar y orar entre ellos. En cuanto a nuestro estatuto, queremo que salga la ley de personería jurídica, que ya está en Diputados. Hace más de 25 años que estamos con eso.
— Se refiere a la nueva ley de cultos.
— Exactamente, sí.
— Actualmente son una asociación.
— Claro. Aciera, lo dice su nombre, es una alianza. Pero como no tenemos personería tenemos que ser federación. Entonces es Faciero, Federación Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina. Eso hay que terminarlo. Y las Iglesias lo mismo, son asociaciones, son federaciones. Yo soy pastor, pero legalmente no lo soy, no somos pastores porque no estamos reconocidos como culto. Y esto tampoco tiene nada que ver con la Iglesia Católica. Es más, la Conferencia Episcopal Argentina nos ha apoyado, incluso el mismo cardenal Jorge Bergoglio cuando estaba acá… No, es un tema como el de la ley de adopción en el que venimos con un poco de atraso.
— Usted está en Colombia en este momento. ¿Qué repercusión ha tenido en el exterior este voto del Senado argentino? Porque en cierto modo fue un resultado a contramano de lo que está pasando en el resto del mundo…
— Sí, aunque Hungría ahora tomó una decisión similar. Y creo que Trump en Estados Unidos puede dar marcha atrás. Además, yo presido la Alianza de Iglesias también en América Latina, la AEL. Es increíble cómo los países de América Latina apoyaron a la Argentina. Y ahora mismo recibimos felicitaciones de muchos países, porque esto ha sido una bendición para América Latina.
—¿Qué feligresía representan ustedes?
— Ojalá haya un censo serio. En primer lugar, tenemos los números del Conicet en 2008: un 11 por ciento de evangélicos. Quién sabe cuántos seremos ahora. Por lo general se cuenta a los miembros solamente, que son los bautizados, pero no se tiene en cuenta a las familias o a la gente que concurre a la Iglesia pero no es miembro. Todo el mundo sabe lo que la Iglesia Evangélica crece. Por eso, me animo a pensar que estaremos superando los 9 millones de creyentes. Colombia tiene 11 millones; nos supera. Ahora bien, nosotros no predicamos una religión, una versión de los principios de la religión, predicamos el mensaje de Cristo, una revelación de lo que hizo Dios para llegar al hombre, para que éste pueda volver a restablecer la relación con Dios a través de Jesucristo, porque está alejado. Y eso es para todos. Así que no es que estamos defendiendo un partido, una religión, no.
Hay una reacción contra Pichetto que ni le cuento. La Iglesia Evangélica tiene más de 200 años en el país
— ¿Las cifras que me daba se refieren a ACIERA solamente o a todos los evangélicos?
— Hablo del movimiento evangélico en su conjunto. Pero dentro de éste Aciera es el grupo más grande y a la vez el más variado. Y eso es lo que le da la potencia, porque si dominara una denominación o un grupo cada día habría conflictos. Por eso nos sentimos ofendidos por los comentarios de Pichetto en el Senado. Hay una reacción contra Pichetto que ni le cuento. La Iglesia Evangélica tiene más de 200 años en el país y una enorme obra. Las primeras sesenta maestras que trajo Sarmiento eran evangélicas. Fue una ofensa muy grande la de Pichetto.
— ¿Usted diría que esa feligresía evangélica tiene alguna adscripción partidaria mayoritaria?
— No, tenemos de todo, incluso en el consejo directivo. En Aciera cuando hay elecciones llamamos a todos los candidatos de los distintos partidos, a presidente, a gobernadores, a concejales, lo que sea, y oramos por ellos para que puedan brillar donde están.
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