Domingo Faustino Sarmiento tenía 21 años cuando fue padre por primera vez. La niña, bautizada Ana Faustina, fue fruto de un romance con una joven de 17 años.
Sucedió en Chile, donde se había refugiado un año antes, debido a la persecución de Facundo Quiroga. Sarmiento daba clases en una escuela. Se enamoró de una de sus alumnas, María Jesús del Canto, de 17 años. Es bien conocida la naturaleza fogosa y enamoradiza de Sarmiento. Fruto de esta relación, el 18 de julio de 1832 nació Ana Faustina.
La familia de la joven era acomodada. "Sarmiento no era un buen candidato para ellos, porque era pobre, maestro, y encima extranjero", cuenta Luciana Sabina a Infobae.
El detalle es que tampoco quisieron hacerse cargo de la niña. "Lo que hicieron fue darle a la bebé y sacarse así el problema de encima", dice Sabina.
De no hacerse cargo Sarmiento, lo más probable es que la pequeña hubiese ido a parar a un orfanato o a un convento, que en esa época era en muchos casos una misma institución.
"Así es -responde Sabina-. Nunca se hizo hincapié en esa faceta de la vida de Sarmiento. Y creo que es porque el revisionismo, resurgido a partir de 2001, ha maltratado mucho a los que consideraba sus enemigos, instalándolos en el colectivo imaginario como verdaderos villanos. Es natural entonces que cualquier aspecto que humanizara a Sarmiento fuese dejado de lado; no cerraba con el perfil malvado al que se lo desea asociar desde esta escuela".
Luciana Sabina es historiadora, colabora en el diario mendocino Los Andes, y es autora del libro Héroes y villanos. La batalla final por la Historia argentina (Sudamericana, 2016).
"Hay cartas muy lindas entre Sarmiento y su hija Faustina -dice Sabina-. Ella se sentía 'oculta'. Se lo decía a su padre en sus cartas y él le respondia que era una idea de ella pero era un sentimiento que la perseguía. La madre posiblemente no pudo hacer otra cosa; era muy joven y eran tiempos en que se imponía la voluntad de la familia".
Sin embargo, un año antes de morir, Sarmiento le cuenta a su hija en una carta que la madre había muerto y le dice que le había dejado "unas monedas". "El hecho de que le haya dejado algo en su testamento implica que de algún modo la tuvo presente", concluye la historiadora.
La mayor parte de esa correspondencia entre padre e hija está en la casa natal de Sarmiento en San Juan.
Faustina fue confiada por su padre al cuidado de su abuela, Paula Albarracín de Sarmiento, pero cuando pudo establecerse mejor en Chile, se llevó consigo a su hija y a la abuela.
Faustina se casó muy joven, con Julio Belin, un francés, imprentero, que trabajaba con Sarmiento. Le dio 6 nietos, entre ellos, Augusto, editor de las obras del abuelo, y Eugenia que pintó uno de sus retratos más conocidos.
Ana Faustina y sus hijos acompañaron a Sarmiento en Paraguay en los últimos momentos de su vida.
En el proyecto de ley de legalización del aborto no se les da los padres ni voz ni voto en la decisión respecto del niño en gestación
Reflexionando sobre este caso, de un padre que se hace cargo de la hija no planeada, a Luciana Sabina le llama la atención que en el proyecto de Ley de legalización del aborto no se les dé a los padres ni voz ni voto, ni siquiera en el caso de parejas constituidas. "En el proyecto de ley de aborto legal no existen los hombres", dice.
"Más allá de que él era masón y la mayoría de los masones creo que apoyan la legalización del aborto -agrega-, lo cierto es que Sarmiento asumió su paternidad plenamente. Él todo lo solucionaba a través de la educación. No sé si hubiera aprobado este proyecto, pero tiendo a pensar que hubiera buscado otras soluciones, vinculadas a la educación".
Otro dato interesante, que esta historiadora destaca en el mismo sentido, es la dura crítica que los enemigos de Juan Manuel de Rosas le hacen a éste por haber fusilado a Camila O'Gorman estando embarazada. Y cita un texto de puño y letra de Sarmiento en el que éste expresa toda su indignación: "De repente cunde la noticia de que el cura (Ladislao) Gutiérrez, Camila O'Gorman y el niño de ocho meses que llevaba ésta en sus entrañas, habían sido fusilados juntos por orden del gobernador Rosas, y sepultados juntos en un cajón. Buenos Aires tiene encallecido el corazón de experimentar horror, y no es fácil cosa conmoverlo (…) pero aquel fusilamiento de una linda joven, de un cura y de un niño, a quien según la expresión de (Hilario) Ascasubi, el bardo gaucho, 'mataban antes de haber nacido', era tan exquisitamente horrible, imprevisto, repentino y aterrante, que valía por una matanza por las calles llevando al mercado las cabezas".
Aquel fusilamiento de un niño al que (…) mataban antes de haber nacido, era tan exquisitamente horrible… (Sarmiento)
Y a continuación comenta Sarmiento que varios miembros de la guarnición de Santos Lugares, "encargada siempre de ejecuciones iguales, habituada siempre a matar a quien se le ordena, tuvo esta vez horror de sí misma" y el oficial encargado se negó a cumplir la orden. Hubo que enviar una nueva partida de soldados.
"Era extraño para la época que un hombre asumiera así una paternidad extramatrimonial", subraya Luciana Sabina.
Y destaca los sentimientos filiales y el apego a la familia de Sarmiento. "Convertido en 'padre soltero', era capaz de expresar la fuerza de esos sentimientos paternales que le inspiró Faustina en su juventud; por ejemplo, en la carta a su nieto de 13 años en la que le recomienda cuidar a su madre diciéndole: 'Somos felices por los que amamos y por los que nos aman, sin eso la vida es un desierto".
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