Brutal ataque homofóbico en La Plata: "Este es puto, hay que matarlo"

Hermann Müller, de 30 años, recibió una patada voladora en la cabeza cuando caminaba hacia el trabajo. En la comisaría no le tomaron la denuncia y decidió difundirlo en las redes sociales "porque todavía rige la heteronorma patriarcal"

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Hermann Müller fue atacado cuando
Hermann Müller fue atacado cuando caminaba hacia su trabajo

El avance de una sociedad hacia la conquista de derechos no siempre se condice con lo que ocurre en la cotidianidad de la calle. La intolerancia y la violencia de algunos frente a aquello que no se ajusta al todavía vigente régimen heteronormativo, no se resuelve con leyes, lamentablemente. No lo pensaba así Hermann Müller, pero ahora lo vivió en carne propia y tiene miedo de salir a la calle. "Yo era de los gays que pensaban que no hacía falta ir a la Marcha del Orgullo porque ya éramos todos iguales", reconoce.   

Según denunció este joven platense de 30 años, el pasado lunes, cerca de las 7:30 de la mañana, fue víctima de un ataque homofóbico. Ocurrió cuando se dirigía al colegio donde trabaja como empleado administrativo en la parte de legales. Al pasar por calle 76, casi esquina Diagonal 42, en la ciudad de La Plata, se cruzó con dos hombres de entre 20 y 25 años. Hacía frío, Hermann iba algo dormido, pero alcanzó a escuchar que uno le dijo al otro: "Este es puto, hay que matarlo".

No hubo tiempo para reaccionar. El joven que no lo había agredido verbalmente dio un salto y ensayó en el aire una patada voladora que dio en la cabeza de Hermann, a la altura de su ceja derecha. Sus lentes cayeron al suelo por el impacto, pero él se mantuvo en pie con algo de suerte. "Quedé parado, lo cual fue bueno porque pude salir corriendo", rememora en diálogo con Infobae. 

Müller se sentía confundido, pero atinó a correr por "instinto de superviviencia". Salió por calle 42 y mientras corría sacó su teléfono celular y marcó el 911.  

"Cuando sentí que los tenía lejos me quedé esperando, hice caso al del 911 y esperé que vinieran a atenderme en 9 y 42. Pero me dio miedo seguir ahí porque estaba cerca de donde había recibido el ataque. Al rato me llamaron del 911 porque no me encontraban. Yo ya estaba en 15 y 42. Había salido en busca de gente porque no quería estar solo. Sentía pánico. No podía razonar", cuenta Hermann.

Luego del ataque, Müller decidió contar lo ocurrido en las redes sociales para visibilizarlo "porque todavía rige la heteronorma patriarcal".

Denunciar en la comisaría denunciada

"Después viene lo más nefasto. Cuando me terminé de sentir desprotegido del todo", dice el joven. Fue el momento en el que se presentó a hacer la denuncia en la comisaría 2da de La Plata, ubicada en 38, entre 7 y 8.

"Una oficial, no tengo el nombre, estaba de civil. Ya cuando me atendió lo hizo con desgano. No tenía muchas ganas de trabajar –interpreta Hermann–. Cuando yo le manifiesto que fue un ataque homofóbico, lo primero que me preguntó fue qué me habían robado. 'Te tienen que haber robado algo. ¿Cómo sabés que fue un ataque homofóbico?'", inksistía la mujer.

"Cuando le dije que agradecía que no me había lastimado con los lentes –que habían quedado tirados en el suelo–, me respondió: 'Ah, pero entonces te robaron los lentes'".

En definitiva, a Hermann no le tomaron la denuncia. Se puso nervioso, empezó a gritar. Y mientras la mujer que esperaba oír un robo en su relato le decía que se calmara y que volviera en otro momento, más tranquilo, ingresó una fiscal con efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria.

Era un allanamiento a la comisaría. Sucede que el subcomisario Gustavo Bursztyn, ya desafectado del Comando de Patrullas de La Plata; el teniente primero Gustavo Mena, ex jefe de calle de la comisaría 2da que fue pasado a disponibilidad en 2015; y el teniente Marcos Chiusaroli, recientemente removido de la fuerza, están sospechados de ser los líderes de una asociación ilícita dedicada a cometer asaltos, y al menos un homicidio. En el caso, está implicado un hermano del ex futbolista Daniel Bertoni, un preso y un barrabrava de Gimnasia y Esgrima.

La fiscal que ingresaba acompañada por efectivos de la PSA era Betina Lacki, quien se encuentra en plena etapa de investigación del caso. A raíz de eso, si la atención a Müller era mínima, pasó a ser menos que escasa.

"Me quisieron sacar del medio: 'Volvé mañana con un certificado médico porque por la herida si te llega a pasar algo no nos vamos a hacer responsables'", afirma el joven que le dijo la oficial de policía.

La víctima del ataque homofóbico decidió irse, buscar ayuda y radicar la denuncia por la agresión física y por la desatención en la comisaría 2da en la fiscalía UFI N°7 a cargo de la fiscal Virginia Bravo.

Afortunadamente el joven, que es también actor de teatro, no sufrió más que un corte en la frente y un hematoma en la zona de la herida. Está bien físicamente, pero quedó shockeado. Es que nunca había vivido algo así. Nunca las agresiones por su condición sexual habían pasado de un insulto. "Al principio trataba de no pensarlo. No me entraba en la cabeza que una persona quisiera hacerle daño a otra así porque sí", comentó.

"Después empecé a hablar con amigos, gente de la comunidad y me recomendaron hablarlo y visibilizar la problemática. A partir de ahí empecé a masticar la bronca, la indignación y hoy puedo digerirlo un poco. Pero ahora sí que le tengo miedo a la sociedad. Siento que perdí mi libertad y eso es feo", concluyó.

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