El fuego para el asado, la quema de gomas en una protesta, el encendido de un fósforo o la leña de un hogar son fuentes generadoras de monóxido de carbono, el gas, que pesa menos que el aire y que, especialmente durante el invierno es noticia por su mortal potencial, como quedó demostrado una vez más por estos días tras la sucesión de fallecidos de alto perfil por intoxicación de monóxido de carbono.
"Es una molécula de carbono que no completó su oxidación. Se trata de una combustión incompleta. La aparición de este gas sucede en cualquier quema de madera, de carbón o de un hidrocarburo. Cuando se enciende un fósforo, en un piquete ese humo negro que tiene mucho hollín, es una combustión incompleta", explica Carlos Dorado, ingeniero químico.
En general sucede cuando las condiciones de calor y de niveles de oxígeno no son los adecuadas. "Cuando se prende el carbón para un asado, hasta que no toma temperatura larga humo con una combustión incompleta, cuando soplás o le das oxígeno y toma temperatura ahí cambia. Un fumador también inhala monóxido, pero las concentraciones en esos casos y la ventilación no lo tornan peligroso", agrega el ingeniero.
¿Por qué el monóxido de carbono es mortal para las personas? La principal razón es que este gas compite con el oxígeno y puede envenenar el torrente sanguíneo. "La hemoglobina del glóbulo rojo transporta oxígeno y el monóxido presente en un ambiente cerrado lo desplaza, entonces cuando hay intoxicación es porque la hemoglobina lleva monóxido en lugar de oxígeno", detalla Silvia Cortese, médica toxicóloga del Hospital Fernández.
La especialista sostiene que uno de los problemas más graves en Argentina y en el mundo es el subdiagnóstico. "Es una patología que no se piensa. Las intoxicaciones atraviesan todas las clases sociales y el problema, no sólo en el país sino en el mundo, es que los síntomas se confunden con una intoxicación alimentaria. Entonces hay veces que la gente vuelve a convivir con la fuente de contaminación", indica la médica.
Cortese agrega que es necesario que se tome conciencia, tanto en los cuerpos médicos como en la sociedad, que ante los síntomas es bueno hacer un análisis de sangre que es instantáneo y puede hacerse en distintos hospitales de la Ciudad. "Se saca una muestra de sangre venosa y se pasa por un aparato que mide gases en sangre. En muchos hospitales públicos y privados existen estos aparatos y si no están en un lugar se puede pedir una interconsulta. Siempre es preferible hacer un análisis de más", dice la especialista que destaca que los síntomas de intoxicación son náuseas, vómitos y cefaleas.
De la concentración y el tiempo de exposición depende el grado de mortalidad que puede tener este gas que, como se dijo, se produce ante una mala combustión. La empresa Metrogas muestra un cuadro muy representativo en el que indica que si se superan las 1600 partes por millón (ppm) la muerte puede ocurrir en minutos.
"El problema con el monóxido es que viaja por el torrente sanguíneo y le gana al oxígeno; el dióxido de carbono (que también es peligroso pero tiene una buena oxidación) tendría que desplazar todo el oxígeno del ambiente y no quedar nada. Y eso muy difícil que ocurra. Te ahogás porque el monóxido te envenena. Si se ventila el ambiente, nunca se acumula tanta cantidad, por eso es que se recomienda eso al igual que la buena ventilación de los artefactos", explica Dorado.
En 2016, 149 personas murieron por intoxicación con monóxido de carbono. Se notificaron 2149 casos sospechosos no fatales y se confirmaron 928, según el Boletín de Vigilancia Epidemiológica del Ministerio de Salud de la Nación. En la Ciudad de Buenos Aires hasta la semana 23, la del 9 de junio del 2018, se registraron 22 casos de intoxicaciones por monóxido de carbono.
"Dentro de las intoxicaciones, las medicamentosas, por monóxido de carbono y por otros tóxicos muestran una disminución en la notificación con respecto al mismo período del año previo", informó la cartera sanitaria porteña. En el 2017 hasta la misma semana se registraron 46 casos y en la 52, es decir a fin de ese año se registraron un total de 105 casos.
En los hogares las intoxicaciones se producen por el mal funcionamiento de los artefactos que, precisamente por falta de ventilación, no completan la combustión del carbono. Los calefones, con el 75%, encabezan los registros por mal funcionamiento. Le siguen las estufas o calefactores, con el 21% y las cocinas, con el 5%, según informaron en Metrogas.
Las empresas de gas indican que si bien el gas natural es un combustible seguro, es necesario controlar que no haya escapes ya que se trata de un gas inodoro e incoloro con lo cual la detección humana de su presencia es muy difícil.
Sin embargo, hay señales que pueden prevenir un mal momento: una llama en un artefacto de color amarilla o naranja en lugar de azul no es normal, es producto del carbono libre en estado de incadescencia; también la aparición de manchas, suciedad o decoloración de los artefactos y sus conductos de evacuación alrededor de ellos.
Consejos para prevenir la intoxicación con monóxido de carbono:
-Las instalaciones de gas y su mantenimiento deben ser realizadas por gasistas matriculados
-Realice revisiones periódicas de artefactos, ventilaciones y cañerías de gas
-Los ambientes en los que hay instalados artefactos a gas tienen que tener una ventilación permanente
-En dormitorios y baños, solamente está permitido instalar artefactos de tiro balanceado
-Instale solamente artefactos aprobados por los Institutos avalados por el ENARGAS
-Asegúrese que los conductos de evacuación de gases y chimeneas no estén obstruidos ni desconectados.
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