Producción periodística: Fernando Morales
Junio 19, Año de Gracia de 1963, puerto de Buenos Aires. La legendaria Fragata Sarmiento, nacida en 1938, ya descansa. El capitán Horacio Ferrari ordena soltar amarras. La Gran Dama de los Mares se llama Libertad: el más emblemático de los nombres en cualquier idioma…
Como bien se sabe, los barcos, como los humanos, tienen cuerpo y alma. El cuerpo de la fragata recién nacida –buque escuela, formador de marinos– mide 103,7 metros de largo, 6,6 de ancho, y es capaz de desplazar hasta 3.765 toneladas. Pero su alma está signada por anécdotas, política, azares…
El primer remache de la nave, hija de los astilleros Río Santiago, lo clavó Juan Domingo Perón… pero el casco fue botado al agua por Pedro Eugenio Aramburu. Dos generales, una revolución: el son del drama argentino desde 1930…
Otro presidente, Arturo Frondizi, nombró al capitán Atilio Porreti como primer comandante, pero las primeras pruebas tuvieron como testigo a otro presidente, provisional y fugaz: José María Guido. Y por si poco fuera, cuando la Gran Dama retornó de su primera travesía…, la recibió don Arturo Illia, que no tardaría en ser derrocado por otro militar.
La Libertad partió… ¡sin mascarón de proa! Esa figura, tradición de los buques militares, faltó a la cita por un error del escultor original, Luis Perotti: diseñó a la mujer, que debía mirar hacia adelante, hacia el infinito horizonte (claro símbolo)… ¡cabeza abajo!
Borrón y cuenta nueva. El mascarón quedó en manos del escultor gallego Carlos María González, que para tallarlo se inspiró en su esposa: una historia de amor digna del más puro romanticismo, pero que recién vio la luz pasado un año.
Sin embargo, esa ausencia no determinó mal agüero, como reza la leyenda. Cumplió sin novedad adversa alguna el derrotero: Recife, San Juan de Puerto Rico, Boston, Hamilton, Lisboa, El Havre, Hamburgo, Londres, Cádiz, Dakar, Río de Janeiro, Montevideo: 18 mil millas náuticas (una milla náutica tiene 1852 metros). Resultado: más de 33 mil kilómetros de mar…
Y un dato poco conocido: hasta más allá de los años 70 ostentó el récord de velocidad, logrado en el Atlántico Norte por una racha de vientos más que favorables… y pericia marinera.
Entre los cadetes de ese primer viaje, promoción 90 de la Escuela Naval Militar, estuvo Carlos Zavalla, a quien le esperaba un destino agridulce: primer comandante del submarino ARA San Juan –tragedia de llanto infinito–, comandante de la misma fragata en la que aprendió todos los secretos de la aventura de navegar, y ya retirado y por muchos años, director de la fragata–museo Sarmiento, amarrada en Puerto Madero.
Para los que no saben: el colosal viaje de medio año –a veces más, otras menos– no es de egreso ni de premio: los guardiamarinas completan la última etapa de estudio: faenas, aula, astronomía, cálculo náutico…, y son además jóvenes diplomáticos. La Libertad, por decreto 727 de 2001, fue declarada Embajadora de los Mares.
Le sobra poesía –nada más bello que navegar en ella con todas las velas desplegadas y viento a favor–, pero también sabe de tragos amargos. El segundo día de octubre de 2012, en una escala en Thema, puerto de Ghana, quedó presa por orden de un fondo de inversión norteamericano, ¡por falta de pago!
Imperdonable…
Por fin, el Consejo de Seguridad de la ONU y la Corte Internacional de Derecho del Mar la liberaron, y Ghana debió pagar el alto precio de ese largo tiempo atada al muelle.
Recovecos de la historia: Perón quiso bautizarla Eva Perón en homenaje a su mujer, muerta el 26 de julio de 1952. Derrocado por la llamada Revolución Libertadora, se creyó que el nombre Libertad aludía a ese golpe militar. Falso: por reglamento, los buques–escuela deben llevar un nombre que simbolice valores del país. ¿Qué mayor valor que la libertad?
En su medio siglo y un lustro, y hoy navegando en su 46avo. viaje de instrucción, se formaron más de 5 mil oficiales bajo el lema de la fragata: Scientia et Pax.
¿Es necesario traducirlo? Que así sea: Ciencia y Paz.
Y tal vez no olvidar esta oración marinera: "Señor del Cielo y del Abismo a quien obedecen los vientos y las olas, nosotros, hombres de mar y guerra, te pedimos eterna protección".
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