Son 15 chicas, aproximadamente. Algunas miran una pantalla, otras un celular. Se tapan la boca, se agarran la cara, tienen el rostro alterado, la mirada desencajada. Un distraído podría pensar que observan la inminente definición de un penal o el final de una película dramática. Pero no. Son jóvenes de entre 13 y 18 años que esperan que la Cámara de Diputados otorgue la media sanción al proyecto de despenalización y legalización del aborto.
Más allá de cómo se resolviera la votación el último miércoles, su llegada al Congreso por primera vez en la historia prometía una jornada especial. En las dos mitades en que estaba dividida la plaza -el "lado verde" de la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito y el "lado celeste" de la Unión Pro-Vida- los jóvenes no tuvieron un rol secundario.
Ni en los días previos a la sesión, ni en redes sociales, ni en el debate mediático sobre la regulación de la interrupción voluntaria del embarazo pasaron desapercibidos los miles de estudiantes que se involucraron en la discusión. En la ciudad de Buenos Aires, incluso, 12 colegios fueron tomados para realizar jornadas de debate, charlas sobre Educación Sexual Integral y hacer la vigilia la noche de la votación.
Pero la expectativa y la incertidumbre de las cientas de adolescentes que se hicieron presentes en la plaza para esperar un desenlace favorable quedó condensada en una foto que retrató la fotógrafa Lina Etchesuri para la agencia La Vaca y logró viralizarse al segundo que se conociera el resultado de la votación.
Las chicas de la foto, que para muchos ya es histórica, son jóvenes militantes del colegio Carlos Pellegrini de Buenos Aires, pertenecientes a la agrupación Oktubre, que estuvieron toda la noche siguiendo el debate desde el colegio y fueron a la mañana a las puertas del Congreso para vivir la definición desde donde se agolpaban todos los pañuelos verdes, íconos de la campaña.
En una noche que fue gélida en las calles, donde hubo manifestantes de ambos bandos que pasaron más de 20 horas despiertas esperando el resultado, la incertidumbre crecía porque hasta último momento nada estuvo dicho.
Violeta (14), Magdalena (15), Lucía (15) y Alba (18), militantes de la agrupación y protagonistas de la foto, contaron a Infobae lo que significó para ellas la media sanción al proyecto de ley que las convocó e interpeló tanto y cómo vivieron ese momento que quedó capturado para siempre.
"La verdad que el tema lo veníamos discutiendo hace un montón, participando de los pañuelazos con el colegio, por ejemplo. No faltamos a ninguno", explica Violeta, que tiene 14 años. "Vimos toda la sesión en el salón de actos, casi no dormimos. Hubo muchos aplausos y silbidos en los distintos discursos. Era prácticamente como estar ahí", confirma Alba, que tiene 18, está cursando las primeras materias del CBC y es de las más grandes de la agrupación.
"Fue una una noche muy agitada. Para mi personalmente fue muy emocionante. Me quedé toda la sesión despierta, no había nada que me hiciera dormir", resume Lucía, que aparece en el margen superior izquierdo de la foto. "Al final nos dimos cuenta que teníamos que estar ahí cuando se apruebe o no la media sanción", cuenta. "Apenas terminó de hablar [Agustín] Rossi, nos fuimos corriendo para allá", dice Magdalena a Infobae por teléfono.
Todas están de acuerdo en que es difícil describir todo lo que sintieron en la recta final antes de que finalmente saliera la media sanción. "Lo único que quería era que terminaran de hablar y se vote de una vez", confiesa Lucía, que es presidenta interina del turno mañana. "Al principio no tenía certezas pero mientras iba pasando el tiempo estaba cada vez más segura. Me di cuenta por lo que estaba pasando en la calle con la gente", dice. "Fue un momento histórico".
"Estábamos muy nerviosas pero a la vez muy contentas porque logramos tanta visiblización que un poco por ese lado sentíamos que ya habíamos ganado", marca Violeta, que hace una pausa y define: "Este es nuestro Mundial. Es el Mundial de las pibas". "Este fue un golazo de todas nosotras", concuerda Alba. "Después de la foto vino exactamente un abrazo de gol, es muy gráfica".
"Estábamos todos en silencio y empecé a escuchar como si fuera una ola que se acercaba, tenía una cosa adentro en el pecho", describe Lucía sobre los minutos previos a las 10 de la mañana, cuando se supo el final. "Me puse a llorar, la abracé a Viole y a un montón de otra gente, salí corriendo a buscar otras amigas. Fue muy emocionante. Hace mucho tiempo que no me emocionaba tanto, que no me ponía tan feliz. Fue realmente de los momentos más lindos de mi vida".
"Me quedé en shock y me puse a llorar", dice Magdalena. "Primero pensé en mis compañeras, pensé en que ellas están depositando todo en el día a día para transformar nuestro colegio y la Argentina. Después cuando llame a mi mamá el llanto fue el doble", cuenta ella que, al igual que sus compañeras, están agradecidas por el apoyo de sus padres en su compromiso político. "Ella fue la persona que siempre me acompañó en el proceso de militancia".
"Son muchas las cosas que a mí me conmueven. No llorábamos porque hace mil horas que no dormíamos, sino que nos emocionaba ver las prioridades de nuestro país", aclara la joven de 15. "Cuando pensaba ayer en que Néstor [Kirchner] le pedía a la juventud que sean transgresores, me di cuenta que en mi vida pensé que realmente íbamos a ser y lograr esto", dice.
"A mí me emocionaba ver a mi hermanita de 13 que estaba tan contenta y pendiente", sostiene Alba. "Me parecía loquísimo porque yo a su edad, si bien militaba y me involucraba, era impensable que militara por el aborto legal. Me da la sensación que las nuevas generaciones lo vienen llevando más desde el principio y mejor que nosotras".
Cuando pasó la euforia, todas cuentan lo mismo: volvieron al colegio, lo ordenaron y limpiaron para que puedan volver las clases (esa es siempre una de las críticas que reciben cuando toman el colegio) y se fueron a descansar. Algunas incluso fueron a la tarde a una movilización junto a la CTA en contra de la intervención del Fondo Monetario Internacional en la economía argentina. "Tenemos el privilegio de estar en este colegio que nos hizo entender y aprender un montón de cosas. Milites o no, 'el Pelle' realmente te abre la cabeza", dice Alba.
Todas coinciden en la unicidad de lo que sintieron y se ríen con la referencia mundialista porque inmediatamente coinciden que sí, que lo que sintieron en la definición del último minuto es comparable con lo que se vive en Argentina con el fútbol en épocas de Mundial.
"Estábamos ahí abrazadas, esperando lo mismo, ya casi que no entrábamos. En ese momento no me importaba nada más que estar ahí con ellos", concluye Lucía. "La sensación de estar ahí acompañada con las personas que más quiero, y con las que milito todos los días no lo cambiaría por nada. Ojalá que se vuelva a repetir cuando esto llegue al Senado".
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