"La primera piña de mi vida la recibí por esto", le cuenta Santiago Elizalde a Infobae. El joven, de 30 años, salía esta madrugada de un conocido boliche ubicado en la Costanera Norte porteña y se disponía, como hace habitualmente, a subir a un auto que había pedido minutos antes mediante la aplicación Cabify. No se imaginaba que pocos minutos después sería víctima de una golpiza por parte de un grupo de taxistas.
En las últimas semanas pareciera no tener fin en Buenos Aires la violencia contra pasajeros y conductores de automóviles que se contratan mediante aplicaciones de teléfonos celulares, como Cabify o Uber.
Cerca de las 4 de la mañana de hoy, Elizalde salió de la discoteca Tequila, en la Costanera. Minutos antes había pedido desde su teléfono un auto, como suele hacer con frecuencia. Lo había hecho mediante la aplicación Cabify, una de las empresas internacionales que ofrecen ese servicio.
"Pido siempre así, seis o siete veces por semana, y nunca había tenido problemas", relata el joven.
"A la salida del boliche había una fila larga de taxis. Yo vi que mi Cabify estaba en la mano de enfrente y crucé", agrega.
De inmediato Elizalde se dispuso a subir. Pero pocos segundos después vio que un grupo de al menos tres taxistas cruzó para tomarle una fotografía a la patente del auto.
Indignado, el joven se bajó y les pidió que dejaran de hacerlo, dado que el auto que él había pedido era de un sistema "completamente legal".
"Les dije que me quería ir a casa a dormir, que se corrieran y que nos dejaran tranquilos. Y ahí me agarraron entre tres o cuatro", afirma la víctima del ataque. En medio de los golpes —algunos en la espalda y otros detrás de una oreja y en la nuca— Elizalde vio que el conductor del auto, asustado, se fue.
Entonces los atacantes aprovecharon para sacarle las zapatillas al joven y arrojarlas hacia el predio donde funciona un restaurante.
"Me golpearon entre varios taxistas, me sacaron las zapatillas y se fueron", dijo. También agregó que en la zona no había policía ni transeúntes que pudieran ayudarlo.
Minutos después de ese episodio violento, Elizalde acudió a una clínica del barrio de Palermo para que lo revisaran, preocupado por un fuerte golpe que recibió en la nuca.
Fuera de peligro y con el labio lastimado, comenta: "Por suerte no tenía nada grave. Lo que me da bronca es que tengo derecho a volver a mi casa como quiero".
"Soy libre y nadie tiene por qué decirme cómo vuelvo a dormir a mi casa un jueves", concluye indignado.
Semana violenta
El caso de Elizalde se suma al estremecedor ataque con un balazo de goma contra un auto en el que viajaba un niño de diez años y la mujer que lo cuida en Barrio Norte el martes pasado.
Cerca de las 19, el automóvil pedido mediante Cabify en el que viajaban fue atacado en la esquina de las avenidas Del Libertador y Pueyrredón, en Barrio Norte.
En el Ministerio Público Fiscal porteño ya se investigan numerosas denuncias en este sentido por daños contra la propiedad privada que, según el artículo 183 del Código Penal, pueden ser reprimidos con prisión de 15 días a un año.
"Tenemos causas de ataques de taxistas que han vandalizado y producido daños, y nosotros estamos procesando a esos taxistas", señalaron desde el organismo ante una reciente consulta de Infobae.
Desde la llegada de plataformas como Uber y Cabify se multiplicaron los ataques contra pasajeros y conductores por grupos violentos "cazadores" de automóviles de alquiler.
Vidrios rotos, neumáticos tajeados, pintadas y hasta escraches virtuales son algunos de los métodos utilizados por grupos de taxistas que se oponen al servicio de esas empresas porque aducen que lo hacen ilegalmente.
La violenta "caza" de choferes de estas aplicaciones llevó a distintos episodios de amenazas y amedrentamiento de automovilistas.
Entre los más salientes, en mayo un grupo de taxistas abordó a un automovilista de 79 años en el barrio porteño de Palermo al sospechar que era un conductor de Uber. Sin embargo se trataba simplemente de un anciano que trasladaba a sus nietos de 6 y 11 años en su vehículo.
Mientras que Uber tiene enfrentamientos con la Justicia desde que desembarcó en el país, y solo se puede abonar en efectivo, porque una resolución judicial ordenó a las tarjetas que se abstengan de procesar los pagos, Cabify se estableció sin ningún tipo de restricción ni irregularidad en el país.
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