Tuits, hashtags, páginas de Facebook, la discusión sobre la despenalización del aborto en Argentina inunda las redes sociales.
Los movimientos en estas plataformas pueden ser genuinos u organizados: pueden surgir orgánicamente de usuarios-ciudadanos, o pueden ser el fruto de intentos más artificiales que se esfuerzan por imponer una postura sobre el tema orquestada por cuentas misteriosas que quieren hacer pasar por mayoritaria una cuestión empujada por pocos.
Un breve análisis nos permite encontrar pistas para descubrir si algunas de estas campañas recientes en redes sociales son, de hecho, propagadas por personas reales con intereses legítimos, o impulsadas de forma engañosa por bots, trolls, noticias falsas o un ejército de personas que, por convicción ideológica o por un intercambio monetario, instalan agenda anti aborto.
Twitter: una conversación inflada con anabólicos
Cada plataforma se rige por una lógica propia: Twitter, hoy más que nunca, se convirtió en la arena pública, en el territorio en dónde se disputan de manera abierta las opiniones más acérrimas sobre un tema compartido. La despenalización del aborto encontró terreno fértil en esta red: durante los últimos meses, los trending topic sobre aborto son moneda corriente, con tuits virales que van desde valoraciones, hasta desacreditación del otro y mensajes de odio hacia lo diferente, como también se concentran en eventos escandalosos incomprobables, contestaciones denigrantes o contra-argumentos ideológicos.
La postura de Twitter frente a esta confrontación es difusa: aunque pareciera no tomar posición, muchas cuentas pro aborto fueron cerradas, como la de la presidenta del centro de estudiantes del Carlos Pellegrini, Ofelia Fernández. La explicación de la red social fue confusa: según Twitter, Ofelia no cumplía con el requisito de edad. Lo extraño es que la joven tiene 18 años y la red social pide que el usuario sea mayor de 13.
Si en Facebook predominan las "burbujas", en donde personas que piensan igual se juntan para confirmar sus sesgos, en Twitter lo diferente se cruza, y hasta conversa. Pero la charla social cobró una naturaleza muy particular, con estilos y modalidades bastante diferentes de cada bando. Mientras los grupos pro aborto incorporan voces diversas, con mayoría de perfiles comprobados creados hace tiempo, los sectores anti aborto se concentran en pocos usuarios, desde cuentas recientes, lo que indica un comportamiento más artificial.
Si comparamos los hashtags #NiUnaMenos con #AbortoNoEsNiUnaMenos, la primera tendencia muestra que 20 cuentas realizaron 1.5% del volumen de tuits, mientras que el segundo hashtag fue logrado por la misma cantidad de usuarios que generaron el 10% del tráfico, según un estudio de Luciano Gallup, consultor en comunicación política. Pocas cuentas, muchos tuits.
"Esto es una pista de que algo raro ahí pasa. Hay cierta organización que no parece surgir de manera orgánica" cuenta Gallup en una entrevista con TKM.
Para analizar una inmensa cantidad de tuits, Gallup construyó en su empresa Menta una herramienta que descarga, con programación, tuis, para luego analizarlos de forma cuantitativa con el objetivo de encontrar patrones.
Los resultados que encontró se podrían resumir así:
– 20 cuentas anti aborto concentraron 10% del volumen, mientras que las pro aborto solo 1.5%
-El promedio de tuits por cuenta de #NiUnaMenos fue de 1.7 (normal) mientras que el de #AbortoNoEsNiUnaMenos fue de 3,4.
-En las primeras dos horas, cada cuenta anti aborto generó casi 6 tuits (un montón), que fueron 1.7 en promedio (mucho menos) de la vereda contraria.
-Los impulsores de #NiUnaMenos son 234 cuentas verificadas, que generan legitimidad y confiabilidad, mientras que #AbortoNoEsNiUnaMenos proviene de cuentas que no se comprobaron que pertenezcan a usuarios reales, porque solo 3 han sido chequeadas por la red social.
-Los tuits de #NiUnaMenos fueron 4 veces más que los de #AbortoNoEsNiUnaMenos. El alcance fue casi 13 veces más. Según Gallup, este es el "primer indicio de conversación orgánica contra minoría charlando entre ellos".
Otro factor explorado en una ocasión anterior, la de la marcha pro vida con el bebé "Alma" gigante, es la fecha de la creación de cuentas. En esta caminata anti aborto, los consultores comprobaron que 300 cuentas que participaron en Twitter ese día se habían creado los dos días anteriores.
Todos estos indicios — las cuentas nuevas, no verificadas, la explosión de tuits iniciales para instalar un trending topic en agenda, la concentración en pocas manos de mucho contenido, la propagación de un tema único — demuestran que la actividad de los grupos anti aborto en Twitter no es orgánica, sino que surge de esfuerzos coordinados.
Es difícil comprobar si se trata de bots o robots, o de una red profesional contratada para este propósito, lo que sí es un hecho es que el fenómeno carece de las propiedades distintivas que vuelven un movimiento genuino en redes sociales: no es auto-generado de forma espontánea, por usuarios que representan personas reales, sino por una activa militancia anti aborto.
Aunque las opiniones están bastante divididas en el congreso, en donde hasta el momento hay un virtual empate y una docena de indecisos, varias encuestas recientes muestran una visión favorable hacia la despenalización del aborto, que siguen la tendencia mundial, según la ONG especializada Center for Reproductive Rights.
Facebook: burbujas homogéneas de (des)información
Si Twitter es una red pública, de tráfico de influencia, con protagonistas clave en las tomas de decisiones, Facebook es una plataforma más doméstica, entre amigos y familia, y aquí el discurso adquiere un carácter más emotivo que informativo.
La propagación de noticias en la red de Mark Zuckerberg fue muy criticada los últimos dos años, sobre todo en Estados Unidos, por la viralización de contenidos falsos, creados por trolls, que generaron repercusiones varias. Entre ellas, se les atribuye la responsabilidad de haber logrado que Donald Trump llegue a la presidencia.
En Argentina, en el debate por la despenalización del aborto, notamos esfuerzos por instalar contenidos falsamente noticiosos, con el fin de rectificar los pensamientos de convencidos y persuadir a indecisos.
No podemos observar, por motivos de privacidad, las publicaciones de usuarios particulares, pero sí podemos detenernos en tres de las páginas más influyentes de Facebook de grupos anti aborto.
La página Argentinos Por La Vida, por ejemplo, difundió la semana pasada un video que tuvo 72 mil reproducciones y fue compartido más de dos mil veces sobre una mujer que auspicia un "parto mágico" con un bebé real, y muestra que dentro de su panza también se trata de una criatura. En el texto del posteo, definen esta broma como la "lógica feminista".
Existen varias estrategias de manipulación para convencer al otro, explica Claire Wardle, de la ONG que First Draft Media que promueve la confiabilidad en las noticias, en un escrito que compartió en el blog Medium. Entre estas tácticas, mentir no es el único medio. La sátira o la parodia entran en este abanico, porque tiene el potencial de engañar.
Otra metodología es lo que se llama el "contenido manipulado": cuando información genuina o imágenes verdaderas son re-contextualizadas con el propósito de realizar una operación política. Una publicación muy difundida en estos grupos es una foto que compartió Mariana Rodríguez Varela (conocida popularmente como "la loca del bebito") en la que muestra a dos hermanas de gestación que fueron fruto de una violación, y agradecen a su madre biológica haberlas dado en adopción, en vez de haber sido abortadas.
Busqué esta foto en herramientas de chequeo online, como Google Reverse Image Search y TinEye, y aunque evaluó casi 30 millones de imágenes, no pude dar con el origen de la foto. Las dos mujeres etiquetadas en la imagen tienen perfiles de Facebook, pero tanto en la foto de perfil, como en la portada y en las publicaciones interiores públicas, manifiestan un único mensaje: su postura anti aborto.
Según los expertos, como Craig Silverman, investigador del MIT y periodista de BuzzFeed, encontrar cuentas monotemáticas es un claro indicio de una actividad poco creíble. En la "vida real" las personas hablamos de cuestiones diversas, desde la vida personal hasta el trabajo, a las causas que defendemos.
Otra estrategia de desinformación muy difundida es sacar de contexto las apreciaciones de una voz autorizada, para hacerle decir algo que no sostiene. El diputado nacional de la Democracia Cristiana Juan Brugge atribuye a una institución mundial reconocida como Unicef el aumento de SIDA en Rusia porque "el aborto es utilizado como método anticonceptivo". Enlaza a una página oficial de Unicef, donde la noticia en cuestión de ningún modo dice esto: habla de ambas cuestiones (Sida y Aborto) como factores separados que afectan a la infancia. La falsa relación culmina en la generación de una noticia falsa, que se desparramó con viralidad en Twitter.
Una táctica de desinformación que también es muy frecuente es la utilización de pósters intervenidos con textos, que disfrazan de información contenidos que son de naturaleza ideológica. La página "No al aborto, sí a la vida" publicó una imagen intervenida de Flor de la V, que apunta a dichos supuestamente contradictorios de la artista.
Aquí se combinan dos prácticas: la manipulación de imágenes junto con la campaña de desacreditación de portavoces activos del otro bando. El discurso de odio prevalece, subrayando supuestas falencias de una persona pública en vez de hacer hincapié en los dichos en cuestión. También publican fotos de personalidades famosas, como futbolistas, para agradecer que su madre no los haya abortado.
Algunos grupos de Facebook, como Grupo de Marcha por la Vida Argentina, publican fotos, mensajes de texto y noticias que son difíciles de comprobar, por lo que no sería absurdo pensar que podrían haber sido fabricadas con el fin de torcer la opinión pública.
El efecto que provoca es el fenómeno muy estudiado de "caja de resonancia" (echo chamber, en inglés), por el que voces similares, que piensan exactamente lo mismo, encuentran legitimidad en otros también iguales, aprisionados dentro de la misma burbuja (des)informativa.
El mismo algoritmo de Facebook provoca esto: nos muestra los contenidos con los que más interactuamos, los que despierten comentarios significativos, y es muy probable que si estás a favor de la despenalización del aborto nunca te hayas cruzado con estas publicaciones.
Por el contrario, si usaste alguna vez el hashtag #SalvemosLasDosVidas, o si diste like a alguna pieza anti aborto, puede que estos mensajes inunden tu feed de noticias. Y, si estás en algún lugar en el medio, si todavía no te decidiste, puede que estos intentos de manipulación en redes te brinden la falsa impresión de ser un colectivo enorme de gente, cuando en verdad puede que sean solo unos pocos.
Por lo pronto, el efecto real se verá este miércoles, cuando se decida el futuro de esta ley en las instancias legales. Mientras tanto, lo que aconsejan los especialistas en fake news es no dejarse llevar por los rumores, no re-compartir fotos, videos o textos de origen dudoso, y si volvemos a publicar algo solo para desmentirlo, hacer una captura de pantalla para no seguir propagando algo infundado y mentiroso.
Además, está comprobado, por estudios del International Center for Journalist (ICFJ), que en redes sociales las noticias falsas tienen un alcance mayor que las verdaderas, y se viralizan más. Por eso, hoy más que nunca tenemos que afinar nuestra mirada crítica y no permitir que otros tuerzan nuestra voluntad.