Nélida Inés Puente, la anestesista que participó de la endoscopía a Débora Pérez Volpin, negó ante el Tribunal que investiga el hecho cualquier responsabilidad en el deceso de la periodista. Lo hizo a través de un escrito -similar al realizado este miércoles por el médico que realizó la intervención quirúrgica- y luego amplió su declaración indagatoria en el juzgado Criminal y Correccional nº 57.
Allí detalló los aspectos técnicos de su intervención y aseguró ante el juez Carlos Bruniard que no tuvo ninguna responsabilidad en la muerte de la periodista. El abogado de la anestesista, Eduardo Gerome, le explicó a Infobae: "La doctora Puente no sólo aportó un escrito que reveló cuestiones científicas, sino que se sentó frente al juez y ante la fiscal y respondió todas y cada una de las preguntas que le hicieron. Las respondió satisfactoriamente. Por esta razón, fundamentalmente, una de las cosas que dijo es que no hay ningún tipo de injerencia en la muerte de Pérez Volpin. Lo que se produjo es ajeno a su accionar médico".
La Fiscalía comenzó preguntándole cuántas personas estaban en el quirófano inicialmente. Puente respondió: "Bialolenkier, ella y Frías (instrumentadora)".
Infobae tuvo acceso a la declaración de la anestesista, quien sostuvo que, durante la intervención quirúrgica, la legisladora estaba "girada hacia el endoscopista y de espaldas a ella y de su lateral derecho. También dijo que la desaturación, la cual pasó de 99% a 90%, "es normal, sucede en un instante. En este caso pasó porque la paciente dejó de respirar". Puente pensó que se le había salido el dedal, y para ello tocó la panza de la paciente y buscó tomar su mano; allí notó que la panza estaba dura y al destaparla la vio "inflada".
También aclaró que en su accionar, al colocar la anestesia, toca la mandíbula del paciente y controla la respiración con la mano. Cuando observó el oxímetro y advirtió la desaturación, la destapó y ya estaba inflada, por ello vuelve a tocarla para controlar la respiración y ya no lo hacía. A la pregunta del Tribunal sobre lo declarado por el endoscopista Diego Ariel Bialolenkier (que la paciente estaba normal al aviso de la declarante de la desaturación), repitió que Pérez Volpin "estaba hinchada y también los labios y párpados". Por ello ratificó su versión.
Según la autopsia realizada a Volpin, la muerte sobrevino por "una perforación instrumental en su esófago", durante la endoscopía. Cuando le preguntaron a Puente si le encuentra explicación al cuadro que ocurrió, concluyó en que "hubo una perforación en el esófago por donde ingresó aire, no hay otro lugar por donde entre aire y pueda pasar al mediastino sino por la lesión y por el aire insuflado del aparato endoscópico".
Puente agregó: "El endoscopio estaba conectado pero no sé dónde, como tampoco por qué se produjo la lesión en el esófago". La anestesista sí afirmó que tal perforación "no era preexistente, ya que habría una hemorragia visible previa al estudio". Mientras ella estuvo en la sala sólo le puso la máscara laríngea; por ello, a la pregunta del Tribunal, manifestó que "ningún otro elemento pudo haber llegado hasta la zona de la lesión más que el equipo endoscópico".
La declaración de Puente se suma a la concretada ayer por el médico gastroenterólogo que intervino en el estudio, quien relató cómo hizo el procedimiento a la periodista y explicó: "No la perforé, no cometí error alguno". Asimismo, el gastroenterólogo deslizó que -tal vez- la crisis se desencadenó por "una maniobra de la anestesista".
Bialolenkier manifestó: "No tengo conocimiento de que la haya perforado. Le insuflé el aire que sale del endoscopio y no se puede regular. Es la cantidad mínima", al tiempo que dijo que no podía explicar como el aire le llegó hasta el cerebro a la periodista.
"Ella no le echó la culpa al endoscopista, sino que en alguna pregunta puntual que le han hecho explicó que cuando el endoscopista dijo que durante las maniobras de reanimación Débora estaba bien, en realidad no, no estaba bien. Tenía partes de su cuerpo hinchadas. Ahí hay una diferencia, esencial, porque todos los médicos que llegaron de inmediato para iniciar la tarea de reanimación vieron que estaba absolutamente deformada", concluyó Gerome.
A partir de su declaración como imputada, la doctora Puente (al igual que Bialolenkier) debe aguardar dos semanas hasta que el juez decida su situación procesal.
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