El juicio oral y público contra Cristian Aldana, líder y cantante de la banda El Otro Yo, tiene hoy su primera cita. El músico, quien se encuentra detenido con prisión preventiva en la cárcel de Marcos Paz hace un año y cinco meses, está procesado por el delito de abuso sexual con acceso carnal gravemente ultrajante y corrupción de menores en siete oportunidades.
El Tribunal Oral en lo criminal nº 25 de la Ciudad de Buenos Aires, integrado por los jueces Rodolfo Bustos Lambert, Ana Dieta de Herrero y Rodolfo Goerner con el aporte del fiscal Guillermo Pérez La Fuente, estará a cargo del juicio junto con la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM) que recibió las denuncias. Las primeras dos audiencias están previstas para el martes 22 de mayo y el jueves 24.
Las denunciantes tenían entre 13 y 16 años cuando sucedieron los abusos (entre 1999 y 2010) y la mayoría eran seguidoras del grupo que habían sido contactadas, a través de redes sociales o por teléfono, por quien entonces era su ídolo. La mayoría, además, tuvieron sus primeras experiencias sexuales con él.
Después de que Aldana publicara en redes un mensaje de apoyo hacia las víctimas de Miguel del Pópolo, miembro de la banda La ola que quería ser chau, acusado en abril de 2016 por abuso sexual, se desencadenaron una serie de denuncias contra él sobre abusos y violencias diversas.
A principios de 2017, un video realizado por el colectivo Matria exponía los relatos de tres de las denunciantes (Felicitas, "Charlie" y "Ariell") por abuso sexual y violencia infantil al cantante de El Otro Yo. Las jóvenes relataban cómo fueron las experiencias sufridas en su infancia y detallaron las atrocidades por las que acusan al músico, entre las que había orgías con otras menores, enfermedades de transmisión sexual y agresiones físicas.
Desde la cárcel, Aldana negó que hayan existido encuentros individuales o grupales con las jóvenes, a quienes dijo no conocer. Sin embargo, la excarcelación hasta el juicio fue denegada por la Sala de Feria "A" de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional para evitar el entorpecimiento y dejó claro en su resolución que para cometer los delitos el músico se valió de "la admiración que generaba en sus víctimas debido a su actividad como integrante de una banda musical de la cual aquellas eran seguidoras".
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