Mientras 196 países discuten las reglas que regirán el cumplimiento del Acuerdo de París, el cambio climático se hace sentir en Buenos Aires. Las abundantes lluvias de la semana pasada marcaron un nuevo récord: en los primeros 10 días de mayo llovió más que el promedio histórico del mes. Desde 1960 la cantidad de agua caída se triplicó y es a causa del cambio climático, pero la amenaza más importante son las tormentas severas, que también se hicieron presentes los últimos días.
"Un evento de lluvia de 50 mm en 60 minutos cambió su recurrencia de una vez en 10 años a una vez en dos años; mientras que los mismos cambios en la probabilidad de ocurrencia corresponden a eventos de 40 mm en 30 minutos", explicó Inés Camilloni, licenciada en Meteorología y doctora por la Universidad de Buenos Aires en el área de Ciencias de la Atmósfera durante su última presentación sobre ciudades y cambio climático.
"La mayor parte de los eventos extremos de precipitación en los que se acumulan 30 mm en cortos períodos de tiempo ocurren en el semestre cálido (octubre a marzo) en coincidencia con la época del año en la que se registra la mayor frecuencia de tormentas en la ciudad de Buenos Aires. Esto se debe a que las tormentas que dan lugar a las precipitaciones intensas analizadas son mayormente de origen convectivo", indica la experta.
La convección se origina con los movimientos de ascenso de aire principalmente en dirección vertical. A medida que una superficie es calentada por el sol, absorbe energía y puede tener lugar la este fenómeno. Precisamente, aunque la cantidad de agua caída no nos permita recordar las temperaturas del mes anterior, abril marcó un punto histórico de temperatura en Buenos Aires y fue el segundo más lluvioso de la historia. Las olas de calor, que son los otros episodios extremos que afectarán a la Ciudad, recrudecen con el efecto de isla urbana que produce mayor uniformidad de temperatura entre el día y la noche.
Según los estudios de Camilloni, que es una de las investigadoras que trabaja en los informes del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés), los escenarios para Buenos Aires son preocupantes.
"Para fin de siglo, en función de los diferentes escenarios (según el grado de reducción de los gases de efecto invernadero), la temperatura media estaría entre 0.6°C y 3.5°C por encima del promedio, mientras que el rango de calentamiento para las temperaturas mínima y máxima varía entre 0.6°C y 3.7°C y 0.6°C y 3.3°C, respectivamente. Los escenarios de precipitación muestran una fuerte variabilidad interanual inmersa en una tendencia positiva que indica un incremento medio de la lluvia de entre 3 y 10% hacia fin de siglo", indica la científica en un informe elaborado para el gobierno porteño.
Camino al Acuerdo de París
El grado de reducción de emisiones es lo que se discute en el ámbito internacional en el marco del Acuerdo de París. Precisamente el viernes terminó una cumbre en las que los países empiezan a definir cuáles serán las reglas para poder cumplir los compromisos que asumieron. Cabe recordar que esos objetivos de reducción, según los científicos, no alcanzan para detener el termómetro en un aumento de 2ºC, en promedio, de calentamiento.
"En Bonn hubo ciertos avances pero no se consiguieron todos los resultados que se esperaban. Dos de los temas más complicados volvieron a ser financiamiento y cómo se va a operar el camino hacia el fondo de 100.000 millones de dólares. Y, el otro tema importante fue el de las contribuciones nacionales, que está muy trabado", explicó Enrique Maurtua Konstantinidis, experto en cambio climático de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (Farn) que estuvo presente durante las negociaciones en la ciudad alemana.
Por esa razón, la capital tailandesa, Bangkok, acogerá a principios de septiembre una cita "adicional" que dará "algo más de espacio para concentrarse en los temas del programa de trabajo del Acuerdo de París", anunció en la rueda de prensa final de Bonn la secretaria ejecutiva de la Convención Marco sobre Cambio Climático de la ONU (CMNUCC), la mexicana Patricia Espinosa.
El objetivo es lograr con ello la adopción del programa de trabajo del Acuerdo de París en la COP24 en Katowice este año, la "fecha tope" que se han fijado las partes y que el mundo espera se cumpla, agregó. "Sencillamente no tenemos tiempo que perder en este trabajo de desarrollo de las directrices de aplicación del Acuerdo de París", cuyo objetivo es frenar el calentamiento global, indicó la funcionaria.
En Buenos Aires se anunció un sistema de monitoreo satelital para lluvias y tormentas que estará en marcha a fines del año que viene. El mismo día se supo que el nivel de concentración de dióxido de carbono en la atmósfera planetaria volvió a marcar un récord y alcanzó las 410 partes por millón. La máxima marca en 800.000 años.
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