En lugar de cumplir 14, el domingo pasado Lourdes Lazo, una chica oriunda de la ciudad cordobesa de Río Segundo, se vio "obligada" por su familia a festejar sus 15 años. La historia, al mejor estilo de Disney, incluyó un vestido largo, muchos invitados, momentos emotivos y hasta una caravana por las calles de la localidad.
El motivo de adelantar un año la celebración esconde una difícil situación contra la que Lourdes viene luchando desde hace un tiempo. La adolescente padece retinoblastoma, un tumor que se desarrolla en la retina. Por la enfermedad ya perdió la visión de un ojo y para salvar su vida es probable que tenga que sacrificar el otro en una cirugía a la que se someterá en julio en el hospital Garrahan. Con este panorama, su familia decidió organizarle por sorpresa la fiesta de 15 a pesar de que todavía falta un año para que cumpla esa edad. El objetivo es que alcance a vivir ese momento y literalmente pueda verlo.
Un asalto y la solidaridad de un pueblo
Margarita, la mamá de Lourdes, comenzó hace algunos meses a reunir el dinero para la fiesta. Sabía de la gravedad de la enfermedad que sufre su hija y que la posibilidad de tener que adelantar la celebración era latente. Todo iba sobre ruedas, hasta que un triste episodio terminó por apresurar los tiempos. Hace menos de un mes, la mujer entró a la casa y descubrió que le habían robado todo. Además de los ahorros, se llevaron souvenirs, globos, cotillón, copas y hasta los centros de mesa. Sin esperanza, el plan estaba a punto de ser abandonado.
Una de las ocho hermanas de Lourdes contó en Facebook lo que había pasado. El relato se viralizó y la ciudad entera entró en acción. Una vecina, por ejemplo, fue la que convenció a Margarita para que festejara los 14 como si fueran 15. Otro se encargó del salón, otro del vestido, los zapatos estuvieron a cargo de alguien más y sus amigas del colegio repartieron las invitaciones. Sumaron donaciones para la mesa de dulces y para el catering.
El día llegó
De pronto, el plan estaba nuevamente en marcha y el festejo era casi un hecho. Claro que todo era a espaldas de la chica, a quien le dijeron que iban a anotarla en un concurso para ganarse una fiesta de 15. Como Lourdes es fanática de las motos, su familia consiguió que un grupo de más de 50 motoqueros pasaran a buscarla para llevarla a la supuesta competencia.
Con su atuendo de princesa, la joven se subió a una de las motos y fue llevada en caravana hasta el salón. Allí la recibió una multitud, pero todo era muy confuso. Se acomodó el vestido varias veces antes de ingresar, tomó la mano de su madre y avanzó hacia la puerta. Adentro sonaba una de sus canciones favoritas pero hasta ese momento creía que estaba allí por el concurso.
En total, unas 200 personas celebraron su ingreso. No pudo ocultar su emoción y se tapó la cara mientras los invitados se acercaban para abrazarla. Le cantaron el cumpleaños entre lágrimas, abrazos y besos. Lourdes no lo podía creer. Cumplía 14 pero también cumplía 15 y eso es algo que nunca va olvidar. "Recién en la puerta del salón supe que me estaban festejando el cumple; pensé que se trataba de un concurso. Eso me hicieron creer", dijo al diario La Voz. El festejo se prolongó por varias horas.
El plan concretado con éxito no fue la única sorpresa. Durante la fiesta uno de los invitados, Juan Pablo Rodríguez, fundador de la fundación Un tatuaje por una sonrisa, le regaló un viaje a Mar del Plata, para que la joven cumpla su sueño de conocer el mar.
"Pensaban que le pasaría a sus 18 años, pero mi hija de un ojo ya no ve nada. Para caminar tiene que ir tocando las cosas y se niega a usar el bastón porque no acepta su enfermedad", contó Margarita. Su primera operación fue a los 6 años, siguieron otras 14, pero ninguna exitosa. La última esperanza es en el Garrahan. "Tal vez aún haya algo por hacer. Si no, debería ser fuera del país, pero para eso no tenemos dinero", lamentó la madre, pero no dejó de destacar el éxito del plan: "Todo fue soñado. Salió increíble. Por eso, nunca dejamos de creer y de soñar".