"A muchos les molesta como soy. Les cuesta aceptarme, lo sé. Todos los días trato de mejorar, pero es más fuerte que yo", dice la voz en off de 'Juana', una trabajadora trans que está visiblemente disconforme e incómoda en su lugar de trabajo. Decidida a cambiar su situación, la protagonista de la historia se dispone a buscar un trabajo que la haga sentir mejor. "Por suerte lo encontré rápido. En mi nuevo trabajo nadie cree que lo mío sea un problema. Ahora puedo ser como soy: así, impuntual. ¿O de qué pensabas que estaba hablando?", dispara la protagonista con una sonrisa a cámara, consciente del desenlace inesperado.
"¿Qué miramos cuando buscamos talento?" es el enunciado final y el claim de la campaña publicitaria de la bolsa de empleo online argentina ZonaJobs. Es el primer comercial de una empresa privada donde se trata la inclusión de personas trans en el ámbito laboral en Argentina y a través de un actriz trans. La pregunta pretende incomodar y sorprender a un espectador desprevenido que inconscientemente naturaliza que ser trans, tener tatuajes o ser madre soltera (esos son los otros temas de la campaña) pueda ser un motivo para ser rechazado en un puesto de trabajo.
Miles de comentarios en las redes sobre el comercial "Juana" reabrieron un debate que las publicidades todavía no se habían animado a tocar. La realidad laboral de la gran mayoría de las personas trans -aún con leyes y proyectos de Cupo Laboral Trans de por medio- es un abanico muy estrecho de posibilidades y que, en muchos casos, se limita a la actividad sexual como única opción.
La protagonista es Mariana Genesio Peña. Oriunda de Córdoba, supo ser una actriz de bajo perfil hasta que su pareja desde hace nueve años, el guionista y músico argentino Nicolás Giacobone, ganó un Óscar en 2015 al mejor guión original por la película "Birdman" y la hizo aterrizar en la alfombra roja. En el Día del Trabajador y en diálogo telefónico con Infobae, Mariana contó sobre la experiencia de interpretar a Juana y los obstáculos del mercado laboral para una persona trans en Estados Unidos y Argentina, donde viven con su marido de acuerdo a sus proyectos.
—¿Qué significó para vos este papel?
—La verdad es que fue muy gratificante. Mandé mi currículum sin saber de qué se trataba y cuando me respondieron con la fecha de audición y me mandaron un par de líneas de la publicidad me sentí tan identificada. Dije 'esta soy yo'. Me presenté con mucha confianza y finalmente quedé.
— ¿Te sentiste cómoda con el mensaje?
—Fue una producción muy cálida, con mucho laburo y mucho respeto. Todos teníamos una línea de pensamiento muy afín, creo que por eso generó este resultado. El mensaje es positivo y alentador pero además creo que es revolucionario. Es muy importante que hayan elegido a una actriz trans para interpretar a una persona trans. Eso marca un lugar de respeto y de apertura. Me encantó que por fin una publicidad llame a la reflexión, al debate. Incluso para las personas trans y las personas trans que van a buscar trabajo, porque a veces nos frenan los miedos lógicos a la discriminación, a ser mirado de una manera distinta en una entrevista, cuando lo único que tenés que pensar es si sos buena o no para el trabajo al que te estás presentando.
—¿Te pasó eso a vos en tus propias búsquedas de trabajo?
— Muchas veces yo ya me autodiscriminaba antes de presentarme a una audición o a una entrevista laboral por miedo a que mi condición de trans me lleve a no quedar en el puesto. También he ido a entrevistas donde me dijeron directamente 'Mirá, al dueño no le gustan las personas como vos'. Conozco mucha gente que te dice que sí por teléfono y cuando te ven te dicen 'Ya está ocupado el puesto', aunque sepas que no es verdad. Y como actriz lo que me pasa es en primer lugar ver que no se escriben muchos roles en la ficción para personajes trans. En la mayoría suele haber solo uno y generalmente ese personaje sólo cuenta una historia limitada a la transexualidad.
—¿A los actores y actrices trans se los encasilla por su condición?
—Yo a veces reniego de hacer papeles donde el personaje tenga que contar una historia sobre la transexualidad. No reniego de mi condición para nada, eh, al contrario. Estoy muy orgullosa de ella pero siento que como actriz puedo contar también otras historias. Estoy en un momento donde ser trans no es el principal conflicto de mi vida.
—¿Cómo se vive esta problemática en Nueva York?
—Nueva York es un lugar muy distinto a lo que puede ser otras regiones de Estados Unidos. Es una ciudad muy abierta. Si no tenés la mente abierta no podes vivir en Nueva York. Y yo la verdad lo encuentro muy parecido a Buenos Aires, solo apenas un poco más abierto. Allá se ven por ejemplo muchas personas trans trabajando, que acá no tanto.
—¿Buenos Aires mejoró en ese sentido?
—Acá se ve que la gente está muy abierta, ya no se discrimina tanto como antes pero aún así no ves personas trans trabajando, estaría buenísimo que se cumpla el Cupo Laboral Trans. Yo igualmente soy bastante optimista en ese sentido, creo que viene avanzando y Buenos Aires me parece un ejemplo. Antes la única opción que tenía una persona trans era, si querías estar dentro de lo legal, ser peluquera. Si no, dedicarte a la prostitución. Hoy en día hay chicas trans que trabajan en los shoppings, o que trabajan de camareras y estaría buenísimo que puedan trabajar en oficinas. ¡Si tienen las mismas características que cualquiera!
—¿Cómo percibís la repercusión de este mensaje?
—Me escriben muchas personas trans, más que nada agradecidos por el mensaje. Me dicen que los hace sentir muy esperanzados. Está tratado con mucha calidez, con buen gusto y no hay golpes bajos. Muchas veces te llaman o buscan personas trans para algún proyecto y vas y te das cuenta que en el fondo queda un dejo de burla. O buscan estereotipos para plantear el personaje desde una postura chabacana, ese humor que siempre se asocia con la cuestión transexual. En este caso no sólo es la historia de una mujer trans, el mensaje es que esta puede ser la historia de cualquier mujer, trans o biológica.
—¿Cuando viviste tu proceso de autopercepción pensaste que se te iban a acotar las posibilidades laborales en el futuro?
—Lo pensé pero también era muy optimista. Yo estudié traductorado de inglés en la Universidad de Córdoba e iba con mi nombre de nacimiento. Y recuerdo una vez que me llamó un profesor y me dijo 'decinos cómo tenemos que llamarte porque es medio raro que te nombremos de una manera y tu imagen sea otra'. Eso me llenó de confianza y dije 'por ahí no necesariamente tengo que ser peluquera'. Por otro lado yo siempre estudié teatro y hacía shows en boliches y en ese mundo siempre el género trans fue un poco más aceptado. Sí me preocupé y me asusté cuando vine a Buenos Aires y buscaba trabajo para mantenerme. Fue la primera vez que palpé la discriminación y me di cuenta de las pocas oportunidades que tienen las una personas trans. Ni hablar si no tenés recursos económicos o si sos del interior. No sólo es importante el cupo laboral, es fundamental que se las incentive a anotarse en la facultad, a tener un oficio, un título, más posibilidades.
La carrera de Mariana, en tanto, está en ascenso: es actriz de teatro, esta es su primera publicidad y se prepara para hacer su debut cinematográfico en mayo con la película "Animal" que dirige Armando Bó -primo de su marido y nieto del mítico director argentino- con Guillermo Francella. La idea es exactamente la misma que la del personaje que caracterizó: que lo que prime en su carrera y la distinga sobre todo sea su talento.
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