Cuarenta y dos ex empleados denunciaron a través de una carta pública al director ejecutivo de Greenpeace Argentina, Martin Prieto, por cometer en forma directa o encubrir casos de abusos de poder, acoso laboral y sexual, discriminación de género, amenazas y hostigamientos contra las mujeres.
La idea de la carta surgió luego del 8 de marzo, fecha en la que se conmemora el Día Internacional de la Mujer en todo el mundo. A raíz de la campaña pública a favor de la igualdad de género y los derechos de las mujeres, Greenpeace Andino (Argentina, Chile y Colombia) logró reunir a varias ex empleadas de la organización para que empezaran a contar por redes sociales sobre los padecimientos sufridos bajo la dirección de Prieto, quien hace 23 años está al mando de Greenpeace Argentina.
Luego de las denuncias, la organización difundió que llevó adelante una investigación. Sin embargo, no convocó a ninguna de las personas que se manifestaron públicamente. Por tal motivo se decidió hacer una carta formal, que se envió a las directoras ejecutivas de Greenpeace Internacional para que conozcan la cantidad de víctimas y testigos que están dispuestos a expresar su testimonio.
Las abogadas Florencia Arietto y Alejandra Bellini son quienes representan a empleadas y empleados. Ambas manifestaron: "Tomamos las causas de Bilbao, Testa, Pujó y otras, porque consideramos que existe material para probar en la justicia las denuncias que se hicieron públicas contra Martin Prieto. La organización lo sigue protegiendo, las respuestas son escasas y poco claras; no realizan una investigación independiente, sino que se ocupan de desacreditar las denuncias. ¿Qué mujer se puede sentir segura en Greenpeace si aquellas que cuestionan y denuncian son despedidas y luego difamadas?".
"Prieto hace 23 años que conduce Greenpeace, una organización del tercer sector de las más influyentes del mundo. Este caso debe ayudar a poner luz sobre el tercer sector que cumple un rol imprescindible en la sociedad, pero que no está exento de los abusos de poder cometidos por quienes lo detentan", concluyó Arietto.
La carta completa
Ex empleadas y ex empleados y ex voluntarias y ex voluntarios de Greenpeace Andino (Argentina, Chile y Colombia), denunciamos por este medio hechos acontecidos en el ámbito de la organización, relativos al acoso, el abuso y el hostigamiento. Estas denuncias fueron realizadas oportunamente ante el Board –Consejo Directivo- de Greenpeace Internacional y ante el Board de Greenpeace Argentina -integrado entonces por Martín Santos (Presidente), Irene Mayer-Beckh Leslie, Adrian Mourelos, Gabriela Graffigna Souto y Horacio Brum Pizzorno-, y otras han ocurrido con anterioridad. Por estas denuncias no hemos obtenido respuesta fehaciente alguna por parte de la entidad.
Habiendo visto que el pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, que la organización dirigida por Martín Prieto hizo público un mensaje en favor de la igualdad de género y, teniendo en cuenta que luego de 23 años en el cargo, el Sr. Martín Prieto, pese a las múltiples denuncias, sigue en el
mismo lugar, es que algunas de nosotras decidimos salir a contar nuestra verdad públicamente. Luego de ello, viendo que éramos muchas, y que además decidieron darnos su apoyo nuestros compañeros varones, decidimos, ya todos juntos, realizar esta carta abierta y publicar nuestras
denuncias, que no agotan lo sucedido. Señalamos también que debemos respetar los tiempos de otras personas involucradas y no estaremos haciendo mención de otras situaciones que conocemos.
Si bien ya no formamos parte de la organización y emprendimos nuestras carreras profesionales en otros espacios de trabajo, todas y todos seguimos comprometidos con la causa ambiental, la que nos llevó a creer en Greenpeace y a dar lo mejor de nosotros en los años que dedicamos a la
organización. No obstante, hoy queremos hacer público ante los socios – quienes con su aporte monetario financian el trabajo de la ONG-, y ante la opinión pública en general, la gravedad de lo que ha venido sucediendo los últimos años en la oficina argentina – y en menor medida en la chilena-, ya que hay muchas colegas que han sido expuestas a una gestión abusiva y discrecional por parte directamente de la Dirección Ejecutiva, a cargo del Sr. Prieto, o a través de parte de su directorio actualmente en funciones en la organización 1. Si bien el hostigamiento y el acoso laboral han sido generalizados, quienes lo hemos sufrido mayormente somos las mujeres, esto debido a las relaciones de poder desiguales que caracterizan a nuestra sociedad y a esta organización en particular.
Queremos destacar, además, que para nosotros el problema es doblemente grave: en primer lugar, por el trato a empleadas y voluntarias (y empleados y voluntarios) que no solo han dedicado su tiempo y trabajo a una organización cuya causa los moviliza; sino además, por el deterioro al que ha llevado a Greenpeace Andino la gestión discrecional de Martín Prieto en los últimos años. Su conducción no sólo horadó el sentido humanitario propio del tercer sector, sino que además hizo un gran daño a una organización que supo liderar la lucha ambiental y poner en agenda los problemas ambientales más importantes de la región. Entre las conductas de Prieto, directamente o a través de parte de su directorio actualmente en funciones en la organización, que hemos padecido personalmente o de las cuales hemos sido testigos (de una o más de una) señalamos:
– Discriminación de género y distribución desigual del trabajo en detrimento de las mujeres.
– Abuso de poder con empleadas.
– Acoso.
– Acoso sexual.
– Hostigamiento.
– Descalificación a las mujeres.
– Lenguaje soez y comentarios sexuales a las empleadas.
– Incumplimiento del art. 179 de la Ley de Contrato de Trabajo que establece un total de una hora de lactancia en el transcurso de la jornada de trabajo.
– Discriminación por aspecto físico.
– Exposición en paños menores ante empleadas.
– Violación de correspondencia privada y divulgación.
– Falsas acusaciones a colegas y difamación.
– Presiones a las empleadas para evitar que hagan reclamos colectivos.
– Amenazas y extorsión.
– Diferencia salarial en detrimento de las mujeres.
– Abuso de poder con voluntarias.
– Circulación de fotos íntimas de voluntarias.
– Trato discriminatorio, desigual y ofensivo y maltrato a grupos de voluntarios.
– Recompensas y castigos para las mujeres que abandonan la organización en materia de compensación económica y cobertura social.
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