"Si no la interno, se va a morir", dice desesperada a Infobae Susana Chiramberro para referirse al dramático momento que vive su hija Paula Cipriano por culpa de una feroz adicción a las drogas. Y no es para menos, ya que desde hace más de 10 años libra una dura batalla para sacar a la joven de un flagelo que la tiene casi al borde de la muerte.
Paula tiene hoy 30 años, pero desde que tenía 20 comenzó a consumir cocaína y nunca más pudo salir de ese camino. La preocupación de su mamá es tal, que llegó a poner en práctica medidas extremas para evitar que escape de su casa para consumir droga. Una de ellas, por ejemplo, fue cuando no tuvo más remedio que atar a su hija a la cama con sábanas y así retenerla dentro de la habitación.
Lo hizo después de que intentara ahorcarla, producto del desequilibrio mental que le produce la abstinencia. Pero el intento por ayudarla muchas veces fue inútil y Paula logró escapar en reiteradas ocasiones. El último episodio ocurrió este lunes, luego de que huyera nuevamente de su hogar para ir a una villa a conseguir cocaína. Luego de encontrarla, la tuvieron que internar en un hospital para enfermos mentales. Hoy madre e hija están separadas, mientras la familia implora a las autoridades que intervengan cuanto antes.
Las imágenes del desgarrador momento en que está maniatada dentro del dormitorio fueron dadas a conocer por Claudio Izaguirre, presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina, quien se sumó al clamor de Susana para que el estado de la joven se haga público.
"Se fue a las villas a donde va a comprar droga. Salimos con el auto y la encontramos. Ahí se juntan muchos chicos que consumen. Estaba parada cerca de casa", dijo resignada la madre ante una situación que vivió mil veces en todos estos años. "La anteúltima vez que volvió estaba como loca queriendo pegarle a la gente. Otras veces la tenemos que entrar porque la encuentran tirada por ahí", recordó Chiramberro.
En 2017, tras acercarse a una Iglesia Evangélica, estuvo siete meses sin consumir, pero este último verano tuvo una recaída y todo se complicó aún más. Por estas horas la situación de Paula es grave y su estado de salud necesita de una rápida atención. En el hospital en el que está internada dicen que no la pueden tener mucho tiempo más, por lo que los familiares piden a la justicia que ordene una internación compulsiva lo antes posible porque -aseguró Susana- no pueden pagar con sus propios medios un lugar adecuado para la joven.
Además de atarla, también la encerró en el local lindero a la vivienda para que no se vaya, pero muchas veces el plan no salió como esperaba. "No sé cómo se escapa. Se fue de lugares insólitos", lamentó.
La nueva legislación de salud mental establece más requisitos para que la Justicia pueda ordenar una internación. Pero Susana no da más. "Yo no sé qué más hacer. Ella tiene dos hijos, uno de 13 años y otro de 3 y nosotros los queremos preservar", sostuvo.
Izaguirre, por su parte, dio cuenta del momento que vive la joven y la familia. "No está en condiciones de manejarse por sí sola y su estado de deterioro desnuda el trato inhumano que el Estado le da a este tipo de enfermos dejándolos a la buena de Dios. La falta de respuesta por parte de Sedronar y la Subsecretaría de Adicciones de la Provincia de Buenos Aires obliga a los familiares de estas personas afectadas por las drogas a asistirlos como pueden y esperar con resignación su pronta muerte", sentenció.
Según Susana, desde la Sedronar le dijeron que se van a poner en contacto con ella para ver cómo la pueden ayudar. Por lo pronto, espera. "No me voy a dar por vencida", dijo a este medio.
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