Marcha por la vida: un frío y estremecedor amanecer en Auschwitz

Visitar el mayor campo de concentración y exterminio que los nazis instalaron en Europa, te cambia la vida. Hay un antes y un después de traspasar sus puertas. La sobrecogedora experiencia de filmar el documental #Marcha en el lugar donde fueron asesinadas un millón y medio de personas

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Los alambres de púa. Nadie podía escapar. A los que intentaban fugarse y eran capturados, los nazis los fusilaban a la vista de los demás para que no se propagaran los intentos. A veces, además del frustrado fugitivo, como represalia, se asesinaba a otros detenidos (Foto: Victoria Bornaz)
Los alambres de púa. Nadie podía escapar. A los que intentaban fugarse y eran capturados, los nazis los fusilaban a la vista de los demás para que no se propagaran los intentos. A veces, además del frustrado fugitivo, como represalia, se asesinaba a otros detenidos (Foto: Victoria Bornaz)

Los hitos son esos momentos que por la maravilla o por el dolor que provocan marcan un antes y un después en la vida de una persona. Todos tenemos varios hitos en la vida.

Nadie sigue siendo el mismo después del momento en que conoce al amor de su vida, o después del nacimiento de un hijo.

Cada rincón del campo de exterminio permite revivir la tragedia, el dolor, y la muerte de las millones de vícitimas del nazismo
Cada rincón del campo de exterminio permite revivir la tragedia, el dolor, y la muerte de las millones de vícitimas del nazismo

Un hito también es la pérdida del padre o de la madre, una separación, un viaje… quiebres que se vuelven inolvidables. Golpes que ponen a recalcular al GPS de las emociones y hacen que uno se llene de preguntas y se replantee todo.

Los trenes llegaban hasta dentro del campo. Hacinados, peor que el ganado, varios no sobrevivían al viaje. Apenas descendían, comenzaban las selecciones (Foto: Victoria Bornaz)
Los trenes llegaban hasta dentro del campo. Hacinados, peor que el ganado, varios no sobrevivían al viaje. Apenas descendían, comenzaban las selecciones (Foto: Victoria Bornaz)

El viernes pasado fue un hito en mi vida. Sabía a dónde iba, tenía en claro el lugar al que nos dirigíamos, y sin embargo las emociones se descontrolaron.

El plan era grabar imágenes del campo de concentración y exterminio de Auschwitz–Birkenau con un dron. Verlo desde el aire, grabar para el documental #Marcha.

El cartel en la puerta que dice: “El trabajo libera” (Marcha por la Vida)
El cartel en la puerta que dice: “El trabajo libera” (Marcha por la Vida)

Las autoridades del campo nos autorizaron, pero con la condición de que fuera antes de que abriera al público. Debíamos estar allí antes de las 6 de la mañana para poner a volar el dron apenas saliera el sol.

Las valijas amontonadas en una barraca. La ilusión, antes de subir al tren, hacía que rotularan el equipaje. Pero todo les era sacado a los prisioneros. Ni siquiera el nombre les quedaba. De ahí en adelante serían un número (tatuado)
Las valijas amontonadas en una barraca. La ilusión, antes de subir al tren, hacía que rotularan el equipaje. Pero todo les era sacado a los prisioneros. Ni siquiera el nombre les quedaba. De ahí en adelante serían un número (tatuado)

Todo era rutina de producción. Dejar el auto en el estacionamiento, caminar hasta un portón que parecía ser lateral, saludar a los dos guías que nos esperaban, al operador del dron… quince pasos y de pronto ahí estaba frío, perverso e impúdico el cartel de entrada al campo. El que vi en tantas películas, el que dice que "El trabajo libera" en alemán.

Los camastros donde dormian. En Auschwitz murieron un millón y medio de personas (Foto: Victoria Bornaz)
Los camastros donde dormian. En Auschwitz murieron un millón y medio de personas (Foto: Victoria Bornaz)

No había nadie. Solo nosotros. Caminé unos pasos, entré, pasé por debajo del cartel desde el cual el jueves 12 va a arrancar Marcha por la Vida… y no pude ver más.

Todo desierto y frío en un amanecer helado.

Un guía me vio fijándome la temperatura en el celular: 5 grados. Me puso la mano en el hombro y me dijo: "Hace dos semanas fueron 20 bajo cero".

Los zapatos de las víctimas del genocidio nazi, una imagen que horroriza (Foto: Victoria Bornaz)
Los zapatos de las víctimas del genocidio nazi, una imagen que horroriza (Foto: Victoria Bornaz)

Eso es Auschwitz. Y la inmensidad, y el vacío. Y el millón y medio de personas que fueron asesinadas ahí.

Después grabamos durante horas. Ya sin el dron porque el campo se pobló de visitantes que recorrían las muestras y las pruebas que tratan de dimensionar la escala de la tragedia…

Todo es desolación y vacío en el campo de exterminio (Foto: Victoria Bornaz)
Todo es desolación y vacío en el campo de exterminio (Foto: Victoria Bornaz)

Y por fin salir rumbo a Cracovia. Como disparados. La cabeza tratando de focalizar en la producción. El corazón destrozado. La boca seca. Y un agujero en el estómago fueron los primeros síntomas de lo que empecé a entender con el correr de los días.

 
Los prisioneros eran despojados de todo cuando llegaban a Auschwitz
Los prisioneros eran despojados de todo cuando llegaban a Auschwitz

Hay un antes y un después de caminar el más grande de los campos de exterminio que los nazis instalaron en Europa. Es un hito en la vida. En la vida mía. Y en la de toda la humanidad.

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