El accidente aéreo en La Pampa este fin de semana, que se cobró la vida de cinco amigos de entre 36 y 41 años oriundos de la ciudad bonaerense de San Vicente, todavía tiene grandes interrogantes sin respuesta.
La aeronave, que se estrelló en una zona rural cercana al límite provincial entre Buenos Aires y La Pampa, había partido en horas del mediodía desde el aeropuerto de San Rafael, en el sur de Mendoza, rumbo a la base aérea de Tandil, a unos 880 kilómetros de distancia. A bordo iba un piloto, identificado como Enrique Canto, y cuatro pasajeros identificados como Pedro Sichez, Mauricio Balbi, Juan Ignacio Otegui y Mariano Guyot. Ninguno de ellos sobrevivió.
La Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA), que depende del Ministerio de Transporte, informó a la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil (JIAAC) que registró una alteración por medio de las balizas de emergencia ELT (Emergency Locator Transmitters). Se trata de dispositivos que chequean los movimientos y parámetros aéreos para informar de manera automática los desperfectos en los aviones en vuelo.
La JIAAC pudo constatar de inmediato que el accidente ocurrió "alrededor de las 15 cuando un avión PA 34 Piper Seneca matrícula LV-GZK se precipitó a tierra en una zona rural, entre las localidades de Quemú Quemú -130 kilómetros al noreste de Santa Rosa- y Pellegrini".
Automáticamente el organismo puso en marcha un protocolo a través del cual se envía a la zona del hecho equipos de investigadores para determinar las causas del siniestro. Mientras tanto, la policía forense se hizo cargo de los cuerpos de los ocupantes de la nave, que fueron identificados gracias a los registros del aeropuerto de San Rafael.
En las primeras horas de investigación circularon versiones que barajaron la posibilidad de que el Piper volara a velocidad crucero al momento de estrellarse y trascendió la hipótesis de que la nave haya rozado una loma, luego carreteó en un sembrado de maíz en territorio pampeano y terminó chocando contra un borde de tierra para luego incendiarse.
Sin embargo, fuentes de la JIAAC señalaron a Infobae que hace solamente dos días que se realizan las tareas de trabajo de campo y que todavía no se pueden determinar con precisión las causas del siniestro. "Las versiones se toman en cuenta para incorporarse a la investigación. Pero nos interesa ver cuáles fueron los desencadenantes para ver qué acciones tomar para que no vuelva a ocurrir", indicaron desde el organismo. "Nosotros investigamos exclusivamente para encontrar causas que puedan ser evitadas en el futuro".
Desde la JIAAC aseguran que desde la tarde del domingo un primer equipo se dirigió por vía terrestre al lugar, realizó una inspección visual, analizó muestras fotográficas y estableció las primeras coordinaciones con la policía forense.
Ayer, un segundo equipo arribó con retraso por vía aérea al Aeropuerto de Santa Rosa (La Pampa) para complementar las primeras acciones y estuvieron desde las 4 de la tarde hasta entrada la noche realizando labores de campo que incluyen análisis de "distintas cuestiones técnicas de la aeronave, el tren de aterrizaje y el estado de los 'flap'" (una parte del ala que permite, al ser desplegada, aumentar la sustentación del avión y regular su velocidad en el despegue y aterrizaje). Por otra parte, fuentes de la JIAAC señalaron que los motores presentaban signos de potencia al momento del accidente, lo que indica que estaban en funcionamiento.
En las próximas horas serán analizadas muestras de combustibles extraídas de la aeronave y, paralelamente, se llevarán a cabo solicitudes de informes de meteorología y comunicaciones con la torre de control a ANAC y EANA. Si bien no hay mayores precisiones aún, los peritajes sobre los restos de la aeronave podrían culminar en algunos días y el juzgado interviniente determinará cómo sigue el proceso de investigación.
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