Ciudad: presentaron el proyecto oficial para habilitar la incineración de basura

Para 2028, la iniciativa prohíbe la disposición final de materiales tanto reciclables como aprovechables

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El gobierno porteño presentó el proyecto para reformar la ley de basura cero que avala el plan oficial para cambiar el sistema de disposición final de residuos del área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), que incluye la incineración o termovalorización y fija nuevos plazos para terminar con el enterramiento de reciclables.

Tal como lo anticipó Infobae en octubre pasado, es necesaria la reforma de la ley de basura cero local, la 1854, que prohíbe expresamente esa tecnología. Según los planes oficiales, en el AMBA se instalarían al menos tres incineradores, uno de ellos en la zona sur del distrito.

El proyecto reforma varios artículos de la ley vigente; uno de los más importantes es el 6, que establece las metas: reducir un 50% de los residuos que se entierran para 2021, 65% para 2025 y un 80% para 2030, tomando como base los niveles de basura enviada a la Ceamse durante 2012. Para 2028 se prohíbe la disposición final de materiales tanto reciclables como aprovechables.

La ley vigente, sancionada en 2005, preveía la prohibición de enviar basura a los rellenos sanitarios para 2020 y el año debería haberse reducido el 75% del enterramiento. La performance de la Ciudad está muy lejos de esa meta. A pesar de ser el distrito del AMBA que más ha trabajado en el tema, su política no fue exitosa. Incluso el año pasado, según cifras oficiales, tras cinco años de caída subió casi un 1% la cantidad de desechos que fueron al relleno Norte III, en González Catán.

Si se mide el AMBA los números son aún peores ya que subió casi 2000 toneladas el total de la basura que se entierra por día lo que significan unas 18.000 tn/día.

Respecto del artículo 52, que en la ley original se refiere a la incineración, quedará redactado de tal modo que se aclare que "en el caso de la combustión para generación energética, se contemplará la maximización de recupero de materiales, garantizando la protección de la salud de las personas y el ambiente".

Este es uno de los puntos más resistidos por la ONG ambientalistas y los recuperadores urbanos ya que entienden que si existe incineración ya no será necesario reciclar y podrían desaparecer las políticas públicas que hoy alientan esa actividad. En ese sentido, el artículo 7 sostiene: "Queda prohibida la combustión de residuos sólidos urbanos sin recuperación de energía".

El proyecto de ley, que empezará a ser debatido en la Legislatura, también aclara los términos basura cero, algo que las actuales autoridades reclamaban. Según el texto, es "la reducción progresiva de la disposición final de los residuos sólidos urbanos, con plazos y metas concretas" e incluye la separación selectiva, la recuperación, el reciclado y la valorización.

La problemática de los residuos excede a la Ciudad de Buenos Aires, pero es el distrito que no cuenta con espacio disponible extra. En enero, además, comenzó a utilizarse la última celda disponible de relleno y, con las cifras actuales colapsaría en cinco años.

Para Andrés Nápoli, director ejecutivo de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales, "nadie duda sobre la necesidad de realizar cambios y profundas modificaciones al sistema de Gestión de Residuos existente en el AMBA y que ello además debe extenderse a las ciudades más pobladas de la Argentina. La pregunta es si la incineración de residuos es el camino más apto para lograrlo".

"La incineración es una fuente de emisión de una gran cantidad de compuestos tóxicos para la salud, incluyendo varias sustancias cancerígenas como las dioxinas y los furanos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 2 millones de personas mueren al año en el mundo por la inhalación de partículas en suspensión. Sumar contaminación aérea a ciudades ya saturadas de contaminantes, como Buenos Aires y ciudades del conurbano bonaerense, implica una baja en los índices de calidad del aire", agregó.

Las autoridades señalan que esta es la tecnología que se utiliza en ciudades de países desarrollados como París o Ámsterdam. Sin embargo, los ambientalistas señalan que sólo se utiliza al final del proceso y cuando después de décadas cuentan con un eficiente sistema de reciclado. En Buenos Aires, apenas se recicla el 10% de las 6000 toneladas diarias de basura que generan los vecinos.

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