La médica argentina Alina Sánchez, de 29 años y que se había unido a las fuerzas del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán), falleció el sábado 17 en un accidente automovilístico mientras se desarrollan los bombardeos del ejército turco sobre la región de Agrín, base política de los kurdos.
Sánchez, que era conocida como Lêgerîn Çiya en su área de actuación en el Kurdistán (Legerin significa "búsqueda" en kurdo), cumplía funciones sanitarias en las Unidades de Protección de las Mujeres (YPJ, por sus siglas en kurdo), que también posee un aparato militar femenino autónomo.
Sánchez había llegado a Rojava, en el área siria y que fue el escenario de la derrota militar del ISIS por parte de las milicias kurdas, en 2011. Había nacido en San Martín de los Andes en 1986, se había trasladado a Córdoba en su adolescencia y realizó sus estudios de Medicina en Cuba, donde se recibió.
"Alina partió hacia Rojava como médica internacionalista en 2011 -dijo a Infobae Claudia Korol, dirigente feminista argentina y miembro de Pañuelos en libertad, una organización de educación popular que había compartido varias actividades con Sánchez-. Su objetivo era colaborar con la construcción de un sistema de salud en el marco de la revolución kurda y de la revolución de las mujeres. Con los bombardeos del gobierno fascista de Erdogan, había gran cantidad de heridos y gran parte de su tarea consistía en brindar asistencia médica a los heridos, pero no solo a ellos, ya que se encontraba colaborando en la edificación de un sistema sanitario en la región. Hemos podido ver que los medios turcos la denominan como 'terrorista', en una falsificación sobre su rol en el Kurdistán".
Korol se refiere a publicaciones turcas que se refieren a Sánchez de esta manera. "La Acción Rama de Olivo contra Afrin (N. de R.: lugar en el Kurdistán que es objeto de bombardeos por parte del ejército turco) también trajo a los terroristas internacionales de la organización terrorista PKK a la agenda. Durante la campaña, terroristas importados del PKK, ciudadanos de Inglaterra, Islandia, Holanda, España, Canadá, Australia y Suecia, fueron asesinados. La última terrorista asesinada fue Alina Sánchez de Argentina. Una mujer terrorista argentina fue asesinada durante el bombardeo de los objetivos terroristas de la Fuerza Aérea turca en Afrin. La argentina Alina Sánchez, quien se unió a la estructura femenina de la organización terrorista YPGl, se convirtió en el último terrorista importado en ser asesinado. A través de Sánchez, salieron armas automáticas, bombas manuales y muchas municiones", según publica el sitio turco Tavkim.
Por su parte, el Comando General de Unidades de Protección de la Mujer (Yekîneyên Para Tina Jin) -al que pertenecía la argentina- anunció hoy en un comunicado que la médica Lêgerîn Ciya murió en Hesekê en un accidente de tráfico. "La doctora Lêgerîn Ciya (Alina Sánchez), una luchadora de la revolución en busca de la verdad, fue herida fatalmente en un accidente. Se unió a la revolución en Rojava desde la Argentina, tierra del gran revolucionario Che Guevara. Ella salvó las vidas de docenas de amigos y se ocupó de su salud con gran dedicación y entusiasmo. A pesar de este valioso trabajo, ella siempre quiso ir al frente. Estaba llena de energía revolucionaria y convencida de las ideas del presidente Apo (N. de R.: nombre con el que es conocido Abdala Ocalan, líder del PKK preso en una prisión de máxima seguridad turca desde 1999). En la vida cotidiana, ella era muy disciplinada. Creía que su propia actuación en la lucha revolucionaria era inadecuada y aún quería hacer más ".
La médica uruguaya Emiliana Rodríguez, que compartió los estudios de Medicina con Sánchez en Cuba, la recuerda así: "Alina decía que había elegido ir a un lugar que le demandaba mucho, que le exigía mucho, pero que a pesar de estar rodeada por un sistema de muerte, la experiencia se vivía desde el amor. El rol que ocupa la mujer en la revolución kurda es muy importante, y no solo en la guerrilla, sino que es un proceso que viene de más abajo. La mujer es el centro tejedor de la vida comunitaria, de la producción de alimento, de la defensa y la decisión política. Alina tenía 29 años y, pese a lo que están difundiendo los medios turcos, ella no murió en el campo de batalla, sino en un accidente automovilístico, aunque es cierto que en un momento en el que arrecian los bombardeos".
El proceso de Rojava, región en el norte de Siria en la que los kurdos establecieron comunas autónomas y derrotaron militarmente al grupo islámico ISIS, promueve que la mujer ocupe roles de dirección en todas las instancias de gobierno comunal. De tal modo, para cada cargo de dirección se elige un hombre y una mujer, en todas las instancias. Producto de esta política promovida por el PKK también existe la rama femenina de la guerrilla armada.
"Turquía hasta hace poco prohibía la lengua kurda", contaba Sánchez en una entrevista que le fue realizada por Cartago TV en 2014 en Neuquén, ya que la militante regresaba de tanto en tanto al país para visitar a su familia y desarrollar las posiciones de los kurdos entre los argentinos. "Turquía bombardea a la guerrilla y las poblaciones civiles violando todos los tratados internacionales. El PKK tiene una base popular que son prácticamente todos los kurdos. El gobierno fascista de Erdogan una vez y otra aplica políticas de genocidio sobre el pueblo kurdo", denunciaba en esa oportunidad.
La muerte de la argentina, que no es la única ciudadana de este país que ha participado de acciones internacionalistas en Rojava, es la primera conocida públicamente. Infobae se comunicó con la embajada turca en el país para solicitarles una declaración, pero no obtuvo respuesta.