Llevarán rosarios de plástico fluorescentes para que brillen en la oscuridad de las islas. Dejarán sobre cada cruz dos rosas blancas de tela, porque el clima impide cultivarlas y no se permite el ingreso de material orgánico. No flamearán banderas en el cementerio de Darwin: ni argentinas, ni británicas, ni locales. Oficiará la ceremonia religiosa el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Buenos Aires, Monseñor Enrique Eguía Seguí, junto a los líderes católicos padre John Wisdom y, protestante, reverendo Mercer. Viajará especialmente, volando más de 20 horas desde el Reino Unido y haciendo escala en Ascensión, solo para estar presente en el réquiem, el Abad Hugh. Se rezará el Padrenuestro. Y un grupo de gaiteros de la Guardia Escocesa homenajeará a los caídos en el conflicto de 1982 con "El Lamento" o "The Last Post", un toque militar de conmovedoras y largas notas que se usa en los entierros militares en los distintos países del Commonwealth para honrar a los caídos en combate.
La ceremonia se llevará a cabo a las 10.50 del lunes 26 de marzo, donde los familiares de los 90 soldados hoy identificados podrán finalmente dejar una flor en la tumba, hacer una oración y llorar frente a la cruz de su ser querido.
Se llevarán dos Rosas por la Paz, del orfebre Juan Carlos Pallarols, realizadas con vainas de la guerra de Malvinas. Una será depositada por el coronel británico Geoffrey Cardozo -quien fue encomendado en 1982 para recoger de los campos de batalla a los soldados argentinos y darles digna sepultura- debajo de la gran cruz del cementerio que él construyó después de la guerra. La otra será entregada a las autoridades isleñas, junto a una corona de flores de tela, por la Comisión de Familiares de Malvinas para que sean llevadas al cementerio de Playa Azul, también conocido como San Carlos, donde yacen 14 de los 255 soldados británicos caídos durante el conflicto armado.
"Sueño con acostarme sobre la placa y hablar con él", dice Dalal Massad, madre de Daniel, caído el 11 de junio en Monte Longdon. "Durante muchos años pensaba 'ya está, es lo mismo', pero ahora me doy cuenta que saber dónde está me trae una paz espiritual que nunca tuve", reflexiona emocionada.
"Siento ansiedad por llegar y abrazar su cruz. Antes, cuando viajaba a las islas, me conformaba con besar las 121 cruces sin nombre y preguntar 'hijo, ¿a dónde estás?', ahora ya tengo la respuesta", conmueve Nélida Echave, madre de Horacio, caído en la batalla final.
"Tengo ansiedad y una emoción enorme. Yo había bautizado a mi hijo cuando nació y no quería irme de este mundo sin devolverle su nombre", confiesa Raquel Ugalde, madre de Daniel, caído en las últimas horas de la guerra.
El viaje organizado por la Secretaría de Derechos Humanos, a cargo de Claudio Avruj, con el apoyo del empresario Eduardo Eurnekian (Aeropuertos Argentina 2000 rentó los dos aviones para trasladar a los 210 familiares, más autoridades y periodistas), el trabajo del RENAPER para confeccionar los pasaportes y documentos de los deudos de los soldados en tiempo récord, y la coordinación de la Comisión de familiares Caídos en Malvinas, llevó semanas de negociación con la Embajada Británica en la Argentina y las autoridades de las islas.
"Después de tanta tristeza y de tanta desidia de los gobiernos con los familiares, este reconocimiento a nuestros héroes me llena de emoción. En todo este proceso aprendí que el dolor se puede transformar en amor y todas las broncas y dudas -que algunos familiares tuvimos cuando empezó este proceso- se pueden convertir en actos que sean una caricia al alma", dice María Fernanda Araujo, presidenta de la Comisión de Familiares y hermana de Eduardo, soldado caído en la batalla de Monte Longdon.
Las familias –las 107 que dieron las muestras de sangre, más allá de que el resultado no haya sido positivo– serán reunidas en un hotel en Capital desde las 10 de la mañana del domingo hasta las siete de la tarde. La Secretaría contará con psicólogos y médicos que contendrán a las madres, padres, hermanos, hermanas, esposas e hijos de los soldados en las horas previas al viaje. Será un día largo y difícil para muchos familiares que llegarán de parajes muy aislados de sus provincias y son gente muy mayor.
A las nueve de la noche del domingo irá a despedirlos el canciller Jorge Faurie y habrá una conferencia de prensa para los medios con familiares y autoridades. Del gobierno nacional el único funcionario que viaja a las islas es Claudio Avruj, quien también estará presente. "Es un hecho histórico y para mí es un honor acompañar a las familias", reflexionó el secretario de DDHH.
En la madrugada del lunes, aproximadamente a la una, los ómnibus buscarán a las familias en el hotel para llevarlos a Ezeiza. Tres horas más tarde despegarán del sector FOB 01 rumbo a Mount Pleasant en dos aviones McDonnell Douglas MD-83 de la empresa Andes. Lo harán con 40 minutos entre un vuelo y el otro, ya que los aviones no pueden aterrizar con pocos minutos de diferencia en el aeropuerto de las islas.
Luego de tres horas de vuelo, llegarán a las islas, donde serán especialmente recibidos por las autoridades para evitar demoras en migraciones. Ocho combis esperarán a los deudos para llevarlos directamente a Darwin, un viaje que dura 40 minutos aproximadamente.
Allí cada familiar tendrá marcada la cruz de sus hijos con un color, que ellos mismos llevarán en tarjetas con sus nombres. Solo las familias y sus amigos ingresarán al cementerio: las autoridades y periodistas esperarán fuera del perímetro que delimita las 230 cruces en Darwin. 88 de las placas ya fueron colocadas, y las 2 últimas –cuyos resultados se conocieron hace solo dos semanas– serán llevadas en uno de los aviones para ser colocadas poco antes de la ceremonia. Si no se llega con el tiempo, la gente de la secretaría de DDHH tiene la opción de plotearla para que el familiar tenga sobre la tumba el nombre de su ser querido.
El cementerio fue puesto en condiciones por una empresa contratada especialmente para eso por Eduardo Erunekian. Se quitaron las flores y los rosarios ya lastimados por el inclemente clima y el tiempo y se acondicionó el lugar para que cada nueva flor y cada nuevo rosario pueda ser colocado en las 230 cruces.
Habrá una gran carpa con bebidas calientes y refrigerios, otras cuatro más pequeñas con asientos -previendo las inclemencias del clima-, una para las autoridades y otra para el área reservada para la prensa. También se dispusieron cuatro baños químicos. La intención de las autoridades es permitir que los familiares puedan quedarse hasta último momento en Darwin. Se estima que el primer vuelo partirá a las a primer hora de la tarde y minutos después lo hará el segundo avión.
El réquiem será de unos 20 o 30 minutos, luego llegarán las dos gaitas, y mientras algunos soldados de las Fuerzas Británicas del Atlántico Sur se retirarán del cementerio luego de ejecutar el toque de honor, otros quedarán apostados con sus armas en alto, rindiéndole honor y respeto a nuestros héroes de Malvinas.
El regreso está previsto entre las 17.30 y las 18 horas del del lunes. Llegarán a Ezeiza donde los esperarán los familiares que no pudieron viajar, periodistas y autoridades. Existe la posibilidad de que el presidente Mauricio Macri reciba a los deudos, pero su presencia aún no está confirmada. Para finalizar una jornada histórica en el Salón Islas Malvinas se entonará el Himno Nacional.
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