Dos botes avanzan lentos por el río Uruguay desde Porto Mauá, Brasil, hacia Alba Posse, en Misiones. Sólo 500 metros de agua separan las dos localidades, los dos países, una costa y la otra. La escena es habitual entre pueblos vecinos, apenas separados por una línea imaginaria, que para los pobladores, en el día a día, en lo cotidiano, casi no existe.
El silencio lo interrumpe a lo lejos el sonido de las hélices de un helicóptero. Para cuando los tripulantes de los botes intentan buscarlo en el cielo, una lancha táctica Clase Toro de la Prefectura Naval los está rodeando junto con dos motos de agua, hay disparos de advertencia y en la orilla un equipo armado se abre paso entre la vegetación. La escena entera se monta en menos de un minuto.
La secuencia es parte de una ejercitación que llevó adelante la semana pasada la Agrupación Albatros en Misiones, en presencia de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, y del secretario de Seguridad Interior de la Nación, Gerardo Milman. Un simulacro de cómo es una redada en la frontera, el último acto después de meses de inteligencia persiguiendo a una organización delictiva, de días de esperar ocultos en la selva misionera.
La puesta en escena, que fue seguida con atención de un lado y del otro del río por los pobladores, se centró en mostrar las capacidades operativas de las fuerzas de seguridad. "Siempre se trabaja con hipótesis de máxima, porque estamos hablando de contrabando de estupefacientes, de narcotráfico, de organizaciones criminales", le explicó en esta línea a Infobae el prefecto Prado, a cargo de guiar la actividad, ante la magnitud del despliegue.
En dos meses y medio que van de 2018 se secuestraron 36 toneladas de marihuana en el país. El número ya superó a todo lo incautado durante el 2017 y está a un paso de batir el récord histórico (de 37 toneladas). Sobre las principales causas que llevan a esos números, desde las distintas fuerzas coinciden en que hay mayor inversión en tecnología, se dispuso más personal, pero sobre todo hablan del Operativo Conjunto Abierto de Fronteras (OCAF).
Del OCAF participan por primera vez en conjunto la Gendarmería Nacional, la Prefectura Naval, la Policía de Seguridad Aeroportuaria y la Policía Federal, e inclusive de ser necesario contempla la posibilidad de incorporar a las policías provinciales. La iniciativa, parte del plan Argentina Sin Narcotráfico, se extendió a todo el país el 15 de junio del 2017, tras un año de "prueba piloto" realizado sólo en la provincia de Misiones.
El negocio del narcotráfico es claro: con sólo cruzar la frontera los cargamentos cuadriplican su valor. La extensión de los ríos Paraguay, Paraná y Uruguay, flanqueados por kilómetros de selva, el hecho de que en determinadas zonas sea posible inclusive cruzar con botes a remo, hacen que el ingreso de la droga no necesite de gran logística.
"Esta es una de las zonas más calientes, pero también donde más mercancía pierden los narcos", subrayó la ministra Bullrich en diálogo con Infobae, tras asistir el lunes pasado a la quema de 20 toneladas de marihuana en la localidad misionera de Santiago de Liniers, en el departamento de Eldorado.
Sobre los objetivos principales en cuanto a la lucha contra los grupos que intentan introducir la droga en el país, Bullrich destacó primero el "lograr que no nos pasen en la frontera", la prioridad máxima del Ministerio de Seguridad de la Nación por estos días, y en un segundo lugar "que no ganen territorios".
"En la Villa 31 se matan por el negocio narcocriminal, hay que trabajar en esas zonas conflictivas como es el Gran Buenos Aires, en Rosario, en que no haya chiquitos Chajá (niños que alertan de la presencia de la policía a los narcotraficantes), en que no haya Soldaditos (menores a los que el narcotráfico emplea como mano de obra esclava), que no haya narcocriminales que maten a otros por el control del negocio", amplió.
En la frontera la creatividad de los narcos se enfrenta a la pericia de las fuerzas de seguridad para leer cada nueva jugada. Esta semana la Prefectura Naval, dio con varios kilos de marihuana escondidos donde nadie hubiera pensado: en las profundidades del río Paraná. En esta línea el Prefecto General Eduardo Scarzello remarcó la importancia de "realizar tareas de inteligencia" para seguir los movimientos de las organizaciones, que constantemente buscan nuevas formas de evadir controles. "Las estrategias van mutando porque el delito también va mutando", destacó.
Los buzos de @PrefecturaNaval recuperaron la marihuana que los narcotraficantes ocultaron bajo el agua del río Paraná, en #Misiones. Si el narcotráfico se organiza, nosotros nos organizamos el doble. #ArgentinaSinNarcotráfico pic.twitter.com/XbouNlf2kW
— Patricia Bullrich (@PatoBullrich) March 14, 2018
Del otro lado, para intentar contrarrestar la inagotable inventiva de las organizaciones delictivas para pasar los cargamentos, un prefecto que trabaja desde hace años en zonas de frontera le admite a Infobae que el tema se convierte al final en una obsesión y admite que "se lleva trabajo a casa". "Yo en Netflix o YouTube veo entrevistas a narcotraficantes, series sobre esto, no por diversión sino para poder saber como piensan", asegura.
En los pueblos de la frontera misionera, ciudades de casas bajas, de asfalto color ladrillo, de pocos habitantes, esos lugares en los que para muchos "no pasa nada", es por donde pasa gran parte de la droga que se comercializa en la Argentina. El camino de acceso de miles de kilos de marihuana, y en menor medida de cocaína, que alimentan a los grandes narcotraficantes de la Capital Federal, el Gran Buenos Aires o Rosario.
Video y fotos: Thomas Khazki
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