Con una carta dirigida a "las argentinas y argentinos", el papa Francisco agradeció a quienes le expresaron "su cercanía" en el quinto aniversario de su entronización como sumo pontífice, dijo que su amor por la Argentina sigue siendo "grande e intenso" y pidió perdón "a los que puedan sentirse ofendidos por algunos de mis gestos".
Francisco dijo estar conmovido por los saludos recibido de "personas de diferentes procedencias religiosas, políticas e idelógicas" y añadió: "Así se confirma que no es imposible encontrar razones para encontrarse y que 'la unidad es superior al conflicto'".
"Quisiera decirles que el amor por mi Patria sigue siendo grande e intenso. Rezo todos los días por ese, mi pueblo que tanto quiero. Y a los que puedan sentirse ofendidos por algunos de mis gestos, les pido perdón", sostiene el pontífice, y agrega que su intención "es hacer el bien" y que a su edad sus intereses "ya tienen poco que ver con mi persona". "Por eso puedo equivocarme como todos", afirma.
Tras afirmar que los argentinos "son mi pueblo, el pueblo que me han formado (sic), me ha preparado y me ha ofrecido al servicio de las personas", el sumo pontífice admite que "ahora no tenemos el gozo de estar juntos en nuestra Argentina" pero llama a recordar "que el Señor ha llamado a uno de ustedes para llevar un mensaje de fe, de misericordia y de fraternidad a muchos rincones de la tierra".
En momentos en que se discute en el país la despenalización del aborto, Francisco llama a que todos "puedan hacer su aporte en defensa de la vida y de la justicia", y concluye con un pedido ya habitual: "Como siempre, a los que tienen fe les pido que recen por mí, y a los que no tienen fe, les ruego que me deseen cosas buenas".
La carta completa de Francisco, a cinco años del comienzo de su papado
A las argentinas y argentinos que me expresaron su cercanía
en el quinto aniversario de mi elección,
quiero hacerles llegar mi afecto y gratitud.
Me conmueve descubrir que, además del respetuoso saludo de las autoridades, en esta carta se hayan unido personas de diferentes procedencias religiosas, políticas e idelógicas. Así se confirma que no es posible encontrar razones para encontrarse y que "la unidad es superior al conflicto".
Quisiera decirles que el amor por mi Patria sigue siendo grande e intenso. Rezo todos los días por ese, mi pueblo que tanto quiero. Y a los que puedan sentirse ofendidos por algunos de mis gestos, les pido perdón. Puedo asegurarles que mi intención es hacer el bien y que a esta edad mis intereses ya tienen poco que ver con mi persona. Pero, aunque Dios me confió una tarea tan importante y Él me ayuda, no me liberó de la fragilidad humana. Por eso puedo equivocarme como todos.
Si alguna vez se alegran por cosas que yo pueda hacer bien, quiero pedirles que las sientan como propias. Ustedes son mi pueblo, el pueblo que me han formado (sic), me ha preparado y me ha ofrecido al servicio de las personas. Aunque ahora no tenemos el gozo de estar juntos en nuestra Argentina, recuerden que el Señor ha llamado a uno de ustedes para llevar un mensaje de fe, de misericordia y de fraternidad a muchos rincones de la tierra.
Pido por todos ustedes, para que sean canales del bien y la belleza, para que puedan hacer su aporte en defensa de la vida y de la justicia, para que siembren paz y fraternidad, para que mejoren el mundo con su trabajo, para que cuiden a los más débiles y compartan a manos llenas todo lo que Dios les ha regalado.
Como siempre, a los que tienen fe les pido que recen por mí, y a los que no tienen fe, les ruego que me deseen cosas buenas.
Con cariño de hermano y de padre,
Francisco
Vaticano, 16 de marzo de 2018