Una profesora de ballet fue acusada de abusar de un alumno menor de edad en la localidad bonaerense de Florencio Varela. La denuncia fue radicada por la madre del adolescente, quien inició una causa penal tras descubrir que la docente, de 43 años, mantenía relaciones íntimas con su hijo, de 16, y le enviaba fotos a través de WhatsApp.
Giselle Pimentel, madre del menor, efectuó la denuncia penal el martes pasado en el Departamento Judicial de Quilmes, cayendo en la Unidad Funcional de Instrucción N° 8, a cargo de Darío Provisionato. El caso está catalogado como "abuso sexual".
Todo comenzó cuando Pimentel descubrió las imágenes y las charlas de tono elevado en el celular de su hijo con Anabela Reynoso, quien daba clases en las instalaciones de la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ). El menor integraba el grupo artístico del ballet UNAJ Atahualpa, coordinado y dirigido por la acusada.
El sábado 3 de marzo, Pimentel llegó durante a la madrugada a su casa luego de asistir a un velorio y puso a cargar su celular, desconectando el de su hijo. Como la mujer ya venía notando una actitud extraña del joven desde hacía varios meses, decidió revisarle el teléfono móvil tomando conocimiento de la conversación.
Al enterarse de la situación, la madre decidió realizar capturas de pantalla de los chats y se las envió a su propio teléfono a modo de prueba del delito. A la mañana siguiente, encaró a su hijo, quien le contó todo. Luego, fue a increpar a Reynoso, quien tras negar el hecho en primera instancia, le confesó: "Me dejé llevar, perdoname".
Según mencionó Pimentel, Reynoso era muy cercana a su familia: "Era amiga mía. Yo era amiga de su marido. Compartíamos viajes juntos. Íbamos a comer a su casa y ellos venían también a la nuestra. Esta persona le decía a todo el mundo que quería a mi hijo como si fuera propio", comentó al Diario Popular. Y detalló, también en su cuenta de Facebook, cómo la acusada acordaba encuentros en su hogar.
"En agosto del año pasado estaban preparando un viaje a Córdoba, donde tenían una competencia de baile. Con esa excusa, la profesora invitó a mi hijo y a otros integrantes del ballet juvenil a comer unas pizzas, jugar a la Playstation y pasar la noche en su casa, justo cuando su marido estaba de viaje. Yo jamás sospeché nada porque le tenía plena confianza", dijo.
Y continuó: "En medio de la noche, cuando algunos de los chicos dormían y otros jugaban a los videojuegos, se llevó a mi hijo a su pieza para charlar. Comenzó a contarle que estaba pasando un mal momento con su esposo y, mientras dialogaban, comenzó a hacerle masajes. Preparó todo el terreno. Esa noche tuvieron sexo".
Según precisó Pimentel, tras aquella cita, Reynoso comenzó a generar distintas situaciones para que los alumnos se queden a dormir en su casa, siempre cuando no estaba su marido. "Hubo dos noches más que mi hijo se quedó a pasar la noche en ese lugar. Yo sospecho que esos dos días también tuvieron relaciones, pero no tengo la certeza", afirmó.
"Mi hijo me venía diciendo que no quería ir más al ballet. Él me daba señales y yo no las supe ver. En diciembre dejó de ir y ella siguió mandándole mensajes para encontrarse. Se llevó a un menor a su cama. Fue un delito, por eso me animé a contarlo. Esta mujer trabaja con otros chicos y no me gustaría que a otro le pase lo mismo. Si es que ya no le pasó", finalizó la denunciante.
El próximo martes una psicóloga entrevistará al menor para realizar un informe, en el marco de las medidas solicitadas por la investigación. Por otra parte, Pimentel dijo hoy ante la prensa que accionará penal y civilmente contra la UNAJ porque "ellos ahora se quieren desvincular y dicen que el ballet no pertenece a la institución".
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