Fue en Madrid, el sábado de carnaval, cuando frente a frente decidieron ponerle fin a más de diez años de amor. Ella estaba en España por trabajo, él voló desde Berlín para verla. Necesitaban hablar. Y así lo hicieron durante horas, como grandes amigos, con afecto. No era la primera vez que lo hacían: en los últimos meses, con la distancia, los dos habían sentido que era el momento de decir adiós.
La actriz Esmeralda Mitre (35) –hija del dueño de diario La Nación Bartolomé Mitre– y el ministro plenipotenciario ante la Unión Europea de Argentina, Darío Lopérfido (53), se separaron luego de casi ocho años de novios y tres de casados.
Al final de la charla habían tomado la difícil decisión que tantos meses les había llevado: que era mejor no seguir como pareja, aunque el afecto seguía inalterable. "La distancia no ayudó", reveló un íntimo de la pareja, ya que Esmeralda se había quedado en Buenos Aires y Lopérfido se había instalado en Berlín, en el barrio Charlotenbourg, muy cerca de la Embajada Argentina, desde marzo de 2017.
"Sí, es cierto, nos separamos. Darío y yo vamos a ser familia toda la vida. Tenemos un vínculo que va más allá de lo definible. Hay un ciclo de cada uno que por el recorrido de la vida se cierra en este momento. Somos y seremos familia para siempre. No es un dicho, es la realidad. Seguiremos haciendo cosas juntos como siempre hicimos y más que nunca. De hecho ya estamos preparando un proyecto de cine juntos. Son 11 años, y estamos en un momento en que cada uno tenía que hacer su camino. Nadie sabe qué puede pasar el día de mañana. El amor estará siempre, solo cambia de forma o estilo. Somos un bloque, una relación que no tendrá definición. Creo que el vínculo es inquebrantable en su profundidad. Lo que Darío decida siempre tendrá mi apoyo intelectual y familiar. Siempre seremos equipo", le dijo Esmeralda Mitre en exclusiva a Infobae.
El romance comenzó cuando Esmeralda tenía 25 años. "Sentí muy fuertemente que Darío era la persona que me iba a acompañar muchos años y con la que yo quería estar. Creo que él es la persona más libre en el sentido más profundo. Y lo elijo desde un lugar muy sano porque me hace bien", le confesó ella hace años a la revista ¡Hola! Argentina.
Tras ocho años de novios, se casaron el martes 2 de diciembre de 2014 en una ceremonia religiosa íntima en la parroquia Santo Domingo de Guzmán, ubicada en Acassuso.
Dos días después pasaron por el registro civil de la calle Uruguay. Esmeralda había elegido un mono en crepé marroquí con mangas balloon, todo en color crudo, y en su cabeza llevó una corona de hojas verdes, un diseño de Carolina Müller. Felices, sellaron su unión frente a los testigos: Antonio y Fernando "Aíto" de la Rúa, Azul García Uriburu y Santos Mitre, el actor Mike Amigorena, el artista plástico Diego Alexandre Bergés, el representante internacional Ramón Pilaces, el productor Juan "Chino" García Aramburu, Alejandro Cornejo Gómez, Álvaro Rufiner y los hermanos de Esmeralda y Darío: Dolores, Bartolomé (h) y Rosario, y Santiago Lopérfido y su esposa.
El sábado 6 llegó la espectacular fiesta para 400 personas en el Tenis Club Argentino de Palermo. En la lista de invitados estuvieron todas las grandes figuras del ambiente político, empresario, artístico y cultural. Se casaba la descendiente de una de las familias más tradicionales de la Argentina.
Hija de la distinguida Blanca Isabel Álvarez de Toledo, artista plástica y filósofa, y de Bartolomé Mitre, director del centenario diario La Nación, Esmeralda había sentido desde muy joven que su vocación era la actuación. Así, con el apoyo familiar, comenzó a estudiar teatro con maestros como Luis Agustoni, Norman Briski, Juan Carlos Gené y Miguel Guerberof.
Darío Lopérfido, a su vez, había ejercido cargos políticos y culturales desde principio de los 90, hasta llegar a la secretaría de Cultura y Comunicación de la Nación -con rango de ministro- durante la presidencia de Fernando de la Rúa. Todo el mundo político quiso acompañarlo en la gran fiesta de su boda.
"Somos de esas parejas que piensan las cosas juntos. Darío conversa todo conmigo y yo me dedico a 'empujarlo'. Él es un intelectual, cree en el saber y en aprender cada vez más y yo soy más práctica: lo animo, le digo 'dale, hacelo, animate, avanzá'. Me enfoco en darle confianza para que pierda el miedo. Y lo fascinante es que él hace lo mismo conmigo", describió la actriz poco después de haber dado el sí.
Esmeralda Mitre y Lopérfido siempre recordaron esa noche como "mágica". Poco antes de las siete de la tarde, y acompañada por su padre, la novia llegó al Tenis Club Argentino. Lucía un exclusivo vestido de encaje bordado en cristal, con cola y mangas amplias del diseñador Manuel Lamarca.
La había peinado Carolina Lozano, quien había coronado su pelo rubio con una tiara de 1920 realizada en oro, plata y brillantes de la colección privada de la joyería Jean-Pierre.
Los padrinos fueron los padres de la novia y Susana Quatrocchi, madre de Lopérfido. Los niños que integraron el cortejo, también tenían apellidos ilustres: Azul y Enrique Zavaleta, Paloma, Beltrán e Iñigo Azumendi, Silvestre e Hilario Bullrich, Violeta Vivo, Consuelo Vianini y Mila Goldenhorn, todos ellos vestidos por un exclusivo diseño de Chelo Cantón.
Ese sábado desfilaron por el Tenis Club Argentino el ex presidente Fernando de la Rúa e Inés Pertiné, Antonio y "Aíto" de la Rúa, Elisa Carrió, Martín Lousteau, Gabriela Michetti, Hernán Lombardi, Jorge Telerman, Patricia Bullrich, Héctor Magnetto, Fernando Marín y Santiago Soldati, Inés de Lafuente, Amalita Amoedo, Luciano Miguens y su esposa Mercedes Suaya, estuvieron en la selecta lista de invitados junto a figuras del espectáculo, como el director de cine Eugenio Zanetti y el entonces director del Teatro Colón Pedro Pablo García Caffi.
"Para mis padres él es un regalo, especialmente para mi papá. Él y Darío tienen mucho en común: tal vez uno es mucho más convencional que el otro, pero tienen la misma integridad, generosidad, inteligencia y señorío", describió la novia por aquellos días.
En febrero de 2015, Lopérfido fue designado Director General y Artístico de Teatro Colón por el entonces jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri. Esmeralda lo acompañó con entusiasmo en ese nuevo desafío que sabía que para su marido era "un gran sueño".
"Es muy fuerte y muy abrumador ser testigo de cómo se cumple el sueño de una persona que amás –declaró Esmeralda a Hola!-. Me gusta cómo trata de disfrutarlo y lo poco que se la cree. Darío siente que esta es su oportunidad para dejar huella. Somos un frente y así como él me ayudó a lograr un montón de cosas, yo ahora estoy enfocada en que él brille".
Diez meses después fue designado ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires por Horacio Rodríguez Larreta, cargo que ocupó hasta febrero de 2017 cuando fue designado ministro plenipotenciario ante la Unión Europea.
"En estos momentos de frivolidad en el mundo, en los que se confunde espectáculo con cultura, Alemania es un modelo admirable y Berlín es mi casa", dijo Lopérfido en su discurso de agradecimiento, que fue aplaudido por el ex jefe del Ejército Argentino Martín Balza y el ex presidente Fernando de la Rúa, entre otros notables invitados al cóctel en su honor que hizo el embajador Bernhard Graf von Waldersee.
Lopérfido se instaló en Alemania y junto a Esmeralda buscaron seguir cada uno con sus trabajos y pasiones. Trataron de dividir sus días entre Buenos Aires y Berlín. Pero no fue fácil.
Luego de meses y millas y millas voladas, de charlas telefónicas, de viajes relámpago para breves encuentros, hace dos semanas decidieron que –más allá de que el cariño estaba intacto- cada uno tenía que seguir con su destino. Quince días atrás se lo comunicaron a sus íntimos. Y hoy confirmaron la noticia, que hacía semanas circulaba por Buenos Aires: "Estamos separados".