Estuvieron cinco años juntos. Genaro Fortunato y Agustina Quiroga finalizaron su relación en 2017, aunque su vínculo quedará marcado para siempre luego del nacimiento de Francesca. La beba llegó al mundo durante la madrugada del miércoles en el hospital Schestakow de San Rafael, Mendoza.
Fortunato falleció el 9 de septiembre del último año. Según el testimonio de un cuidacoches de la zona, el joven de 25 años y Julieta Silva, por entonces su novia, salieron del bar "Mona" poco después de las cinco de la mañana y mantuvieron una discusión durante 100 metros. Silva quiso abandonar el lugar en soledad, pero ocurrió lo peor.
De acuerdo con el relato, Fortunato se puso por delante del Fiat Idea gris y hasta se quiso subir al capot para evitar que la mujer se fuera. Justo en ese instante, Silva encendió el motor del auto, arrancó y atropelló al rugbier. Luego dio un giro en U e impactó de nuevo contra el chico, que estaba tirado en el suelo.
Quiroga, de la misma edad que Fortunato, comenzó a salir con el joven cuando ambos tenían 20. Jóvenes y deportistas, compartían la misma ciudad y el mismo club. Semanas antes de que el rugbier falleciera, la pareja sanrafaelina se separó. Pero en el medio del caos, Quiroga anunció que estaba embarazada de cuatro meses. Cuando su ex novio murió, la madre de la joven dijo: “Genaro fue el gran amor de la vida de mi hija”.
Las teorías y los supuestos invadieron la escena del crimen. Quiroga fue señalada como la tercera en discordia entre Fortunato y Silva. Otra versión indicó que la chica le envió un mensaje a su ex novio, lo que desató la furia de en ese entonces su pareja. La misma Agostina se encargó de desmentir estos dichos, habló del embarazo y entregó su teléfono celular a la fiscal Andrea Rossi.
En su cuenta de Facebook, tras el nacimiento de su hija, Quiroga escribió: “Yo sé que Dios necesitaba un ángel que lo hiciera reír. Que organizara fiestas y todo eso que a vos te salía muy bien. O haciéndolo enojar, porque acá hacías cada una… Como cuando no me quería levantar a las 6am y vos me mandaste un mensaje diciéndome que te habían pegado, que por favor te ayudara. Jajaja, te odié. Y te quise al mismo tiempo, porque abajo me abrazaste y como siempre dijiste: ‘pendeja de mierda, si no te digo que me pasa algo así no bajás ni me das bola'”.
Y continuó: “No sé por qué tan temprano te fuiste (sic), no lo entiendo todavía. Solo Él sabe lo mucho que te amé siempre, y que era capaz de hacer cualquier cosa con tal de que no dejaras de sonreír. Lo único que te pido es que nunca me abandones y seas el ángel de toda tu familia. Y en especial de tu hija. Te fuiste y me arrancaste un pedazo de mi corazón. Y ese dolor lo voy a llevar para toda la vida. Te amo. Franchu y yo lo vamos a hacer siempre”.
La autopsia reveló que Fortunato murió por aplastamiento de cráneo, por lo cual se estima que el segundo impacto, cuando el rugbier se encontraba en el suelo, fue el que terminó por causarle la muerte. La propia Silva también hizo su declaración sobre el hecho: reconoció haber girado en U con su auto y dijo no haber visto a su pareja tirada en el suelo. “Pensé que había pisado un pozo. El chico -por el cuidacoches- me decía: ‘Lo pisaste, lo pisaste’, pero no lo había visto”, afirmó la joven.
Actualmente, Silva (30 años) está detenida y con prisión domiciliaria. Es la única acusada de atropellar y matar a Fortunato.
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