En una carta enviada a la fiscal Nancy Olivieri, quien lleva adelante la investigación por la muerte de Débora Pérez Volpin, la anestesista que ese día trató a la periodista Nélida Inés Puente, aseguró; "No tengo ninguna responsabilidad" en el fallecimiento de la dirigente de Vamos Juntos, y dijo que no entiende "que una persona tan llena de vida haya encontrado la muerte en el quirófano".
En la misiva, Puente, representada por el abogado Eduardo Gerome, dio detalles de su vida profesional y del día de la muerte de Pérez Volpin, y explicó "cuál fue mi intervención y todo cuanto está en mi conocimiento respecto de los hechos que se investigan en la presente causa, para contribuir con esta exposición al esclarecimiento de la verdad de lo sucedido y a que se analice mi conducta médica en la ocasión".
Según la anestesista, "inmediatamente después de que ocurriera la muerte de Débora, requerí la presencia de su pareja y de una de sus hermanas, que se hallaban afuera, y les conté lo que había pasado, en compañía del subdirector del sanatorio". "Un par de horas después, ya con más familiares y con la presencia de tres médicos del conocimiento de la familia, expliqué en forma detallada cuál había sido mi tarea en la ocasión, respondiendo a todas las consultas que me hicieron", agregó.
En ese sentido, Puente dijo además: "Después de salir del shock me centré en repasar una y otra vez cuál había sido mi actuación profesional. Es que no podía entender que una persona tan llena de vida, como la que había conocido un rato antes y que debía realizarse ese estudio, había encontrado la muerte en el quirófano".
No podía entender que una persona tan llena de vida, como la que había conocido un rato antes, había encontrado la muerte en el quirófano
"Analicé cada paso que di y me di cuenta de que todo lo había hecho conforme a las reglas de la medicina, por lo que, aunque tuviera muchas conjeturas, no conocía la causa que había generado un cuadro tan catastrófico y de semejante magnitud ni cuáles habían sido los mecanismos que causaron su muerte", explicó la anestesista.
Para la mujer, "si bien el haber estado concentrada en los monitores me permitió detectar en forma temprana que algo anómalo estaba sucediendo y poner en marcha los mecanismos tendientes a intentar revertir la situación que se generó, el brusco deterioro de la paciente y la magnitud del cuadro me impidieron conocer las causas del mismo".
Respecto de su actuación durante los intentos de reanimación de Pérez Volpin, Puente sostuvo: "Una vez presentada la complicación, realicé todos los procedimientos indicados para mantener la vía aérea permeable y recuperar la saturación de oxígeno".
"Como se advierte, he actuado en el presente caso con toda la diligencia esperable y exigible a un profesional de mi especialidad (…) A mi juicio, resultó indudable que la complicación fue producida por circunstancias absolutamente ajenas a mi tarea, estimando que la magnitud del enfisema como las regiones que fueron afectadas condicionaron la nula respuesta a los denodados esfuerzos de reanimación", agregó Puente, al tiempo que concluyó: "Expreso finalmente que, por lo expuesto, no tengo ninguna responsabilidad profesional en la muerte de Debora Pérez Volpin".
En relación a los detalles profesionales, Puente contó: "Obtuve mi título de médico en la Universidad Nacional de La Plata en el año 1981 y realicé la concurrencia de anestesiología en el Hospital Gandulfo de Lomas de Zamora, habiendo recibido mi título de especialista en anestesiología en el Colegio Médico de La Plata". "Ejerzo mi profesión en forma ininterrumpida desde que me recibí y, a lo largo de mi carrera, me desempeñé en diversos centros de atención médica, haciéndolo actualmente en el Hospital de Ezeiza, en el Sanatorio Julio Méndez de la ciudad de Buenos Aires y en el Sanatorio de la Trinidad", destacó.
El 5 de febrero, Pérez Volpin se presentó en La Trinidad porque tenía un dolor abdominal y luego de estudios previos se le indicó una endoscopía para el día siguiente, por lo que permaneció internada.
Durante el procedimiento, la periodista y legisladora de la Ciudad de Buenos Aires se descompensó y no pudo ser reanimada, por lo que murió a las 18:15 del 6 de febrero. La explicación de la clínica sobre lo sucedido no conformó a la familia de la periodista, que inició una causa judicial que tramita en el Juzgado Criminal y Correccional N° 57.
Hasta el momento, la autopsia practicada por peritos oficiales y de parte arrojó lesiones en el esófago y el estómago, pero el grado y el detalle de esas heridas se sabrá con con resultados de las biopsias de los tejidos.
Los días siguientes al deceso se realizaron dos allanamientos de la clínica, en los que se secuestró, además de la historia clínica, el endoscopio con el que se realizó el estudio completo con el procesador, CPU y dos sondas, y se pudo determinar que el procedimiento no había sido grabado.
Además se retiró información digital e impresa del resonador magnético y tomografía, información del equipo anestésico e información general de estudios realizados a la paciente, como análisis de sangre y electrocardiogramas.
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