Actualmente es una de las especies más amenazadas y acaba de ser categorizada como "en peligro crítico de extinción" en la Argentina. Esta categoría es la de mayor riesgo para cualquier especie silvestre y se buscan métodos para salvarla. Mantener en buen estado los pajonales húmedos de Carambola, a resguardo de la actividad forestal y ganadera, sería determinante para lograr su supervivencia. ¿Se logrará?
"Los últimos 600 ejemplares que quedan en Argentina se distribuyen en las provincias de Entre Ríos y Corrientes y están a merced de varias amenazas que han llevado a este ave a una alarmante situación: predadores que destruyen las puestas, tordos renegridos que parasitan los nidos con sus huevos, captura ilegal de ejemplares para venta como aves de jaula, son algunos de los peligros a los que están expuestos", señalaron desde la sede argentina de la organización ambientalista Conservation Land Trust (CLT).
A ello agregaron: "Hace un par de días, en una recorrida por el campo, nuestros técnicos localizaron a una bandada compuesta por unos 40 ejemplares en un pajonal de la Reserva Carambola, próxima a la localidad de Concepción".
El hallazgo representa una gran esperanza ante los deseos de mantener a la especie que habita en los pastizales asociados a bañados o cañadas con agua permanente (humedales). "Esto convierte a los Esteros del Iberá en un lugar ideal para que se establezcan poblaciones de esta especie", dijeron desde CLT.
Pero sin duda, la mayor amenaza es la modificación y destrucción, por parte del hombre, de los ambientes que el tordo amarillo requiere para sobrevivir.
"Que se haya podido observar este grupo de individuos en la Reserva Carambola es un dato esperanzador para la conservación del tordo amarillo", subrayó la bióloga Florencia Pucheta, miembro del CONICET y del Departamento de Conservación de Aves Argentinas.
Según destacó, esto se debe por una parte a que "en el grupo había ejemplares juveniles y adultos, lo que indica el éxito reproductivo de la colonia en esta temporada de cría" y por otro lado, que el avistaje se haya realizado dentro del área protegida es un aliciente ya que están dentro de uno de sus ambientes naturales y particularmente en ese se trabaja desde hace unos 20 años.
"Carambola, junto con otros campos anteriormente ganaderos de Iberá forma parte de una estrategia de conservación/restauración de ambientes y especies en 150.000 hectáreas que CLT está donando al Estado Argentino de modo progresivo para crear el nuevo del Parque Nacional Iberá", aseguraron desde la organización que a su vez confió que esta superficie, unida a las 550.000 hectáreas del Parque Provincial homónimo "brindarán a perpetuidad la mayor área protegida con ambientes óptimos para ésta y otras especies amenazadas".
Fue justamente en ese área que hace unas semanas se liberó al primer ejemplar de una nueva población de oso hormiguero.
La presencia del tordo amarillo y de otras especies emblemáticas en los Esteros del Iberá hicieron del humedal correntino un destino para el turismo de avistaje de fauna.
"La facilidad de ver animales silvestres en paisajes casi prístinos es el mejor atractivo y oportunidad para desarrollar la economía de los pueblos que circundan el Iberá", remarcaron desde la fundación CLT.
El trabajo para conservar la especie
"Se trabaja identificando y resguardando colonias de nidificación que son protegidas por Guardianas de Colonia que toman acciones y medidas para evitar la depredación de los nidos", contaron desde CLT al tiempo que aseguraron que "a largo plazo, la confirmación de áreas protegidas como reservas y parques nacionales —como en el caso de Iberá— también es una medida que ayuda a la especie".
El trabajo se realiza con la colaboración de Aves Argentinas que "se ocupa de la labor con productores ganaderos en un programa de ganadería sustentable en pastizales naturales, cuyo manejo pone uno de sus focos en que sea una ganadería amigable con las aves y la flora y fauna local", finalizaron.
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