La Cuaresma es la preparación para la Pascua. Un tiempo litúrgico definido por la Iglesia que dura 40 días; empieza en el Miércoles de Ceniza -que este año es el 14 de febrero en el calendario civil- y culmina el Jueves Santo, es decir, el día que Jesús cenó con sus discípulos por última vez.
Ese día, los obispos concelebran la Misa Crismal con sus presbíteros.
El Miércoles de Ceniza es día de ayuno y abstinencia, al igual que el Viernes Santo; y en los viernes de Cuaresma, la abstinencia debe ser de carne.
Con el correr de los siglos, los aspectos penitenciales de la Cuaresma se han ido diluyendo; no así los espirituales.
Por qué el color morado
El objetivo de la Cuaresma es dar un tiempo a cada persona para arrepentirse de sus pecados, proponerse ser mejor y vivir de modo más cristiano.
Es por ello que el color litúrgico de la Cuaresma es el morado, que simboliza el luto y la penitencia.
La Cuaresma por lo tanto es un tiempo de reflexión, de conversión, de penitencia. De preparación para la Pascua, para comprender el misterio del sacrificio de Jesús en la cruz y su resurreción.
Perdón y reconciliación
Este período fue también concebido como un tiempo para el perdón y la reconciliación. Precisamente, el Papa Francisco envió en este Miércoles de Ceniza un mensaje público al Cardenal Sergio da Rocha, arzobispo de Brasilia y presidente de la Conferencia Episcopal de Brasil, motivo de la Campaña de Fraternidad 2018, promovida por los obispos del Brasil, invitando a perdonar y a dejarse perdonar durante la Cuaresma.
"¡Qué difícil resulta a veces perdonar! Y, sin embargo, el perdón es el instrumento colocado en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón, la paz", dijo el Papa.
"Dejar de lado el resentimiento, la rabia, la violencia y la venganza son condiciones necesarias para vivir como hermanos y hermanas y superar la violencia", agregó.
¿Por qué 40 días?
El número 40 es uno de los más simbólicos en la Biblia. Cuarenta fueron los días del diluvio, cuarenta los años que peregrinó el pueblo judío por el desierto hacia la tierra prometida, cuarenta los días que Jesús permaneció solo en el desierto antes de iniciar su magisterio público.
En la Iglesia Occidental, la Cuaresma se inicia precisamente con la lectura del pasaje del Evangelio que relata las tentaciones de Jesús en el desierto, cuando el demonio le ofrece poder y riqueza a cambio de su alma. Esto, además de la coincidencia de los 40 días, simboliza el hecho de el período cuaresmal es en cierto modo "una experiencia de desierto", un combate espiritual, un período de prueba.
¿Desde cuándo se practica la Cuaresma?
A partir del siglo II, cuando se empezó a celebrar anualmente la Pascua, la Iglesia consideró necesario hacer preceder esta conmemoración -la más importante- de un tiempo de preparación, mediante ayuno y oración. Se estableció primero el ayuno obligatorio para los fieles durante el Viernes y Sábado Santos, previos al Domingo de Resurrección. En el siglo III, mediante el documento llamado Traditio Apostolica, se estableció que los candidatos al bautismo debían ayunar el viernes y pasar la noche del sábado en vela.
De a poco, con el correr de los años, este período de preparación pascual fue extendiéndose e institucionalizando y fue en el siglo IV que esto adquirió la forma de un Tiempo de Cuaresma que se mantiene hasta hoy, como un período de pentiencia y renovación de la fe, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Con el tiempo, este último aspecto se fue aligerando, sobre todo en la Iglesia de Occidente, aunque se mantiene el aspecto penitencial y de conversión.
La Cuaresma surge esencialmente de la práctica penitencial: los penitentes ayunaban varias semanas antes de la Pascua, preparándose para el día de la reconciliación, el Jueves Santo. Como duraba cuarenta días, recibió el nombre de Quadragesima y màs tarde Cuaresma.
¿Por qué la ceniza?
"Hombre, acuérdate de que polvo eres y que al polvo volverás", dice el primer libro de la Biblia, el Génesis, (versículo 19 del 3er capítulo). Y esa es la frase que el sacerdote repite al hacer la señal de la cruz en la frente de cada uno de los fieles con ceniza.
Es un rito muy antiguo. Mediante esa imposición del signo de la cruz en la frente con ceniza, el penitente ingresaba formalmente al período penitencial.
En qué debe centrarse la reflexión de Cuaresma, según el Papa
"Jesús vino para darnos la vida plena -dice el Papa en el mensaje citado más arriba-. En la medida en que Él está en medio de nosotros, la vida se convierte en un espacio de fraternidad, de justicia, de paz, de dignidad para todos".
Seamos protagonistas de la superación de la violencia haciéndonos heraldos y constructores de la paz (Francisco)
"Este tiempo penitencial, donde estamos llamados a vivir la práctica del ayuno, de la oración y de la limosna, nos hace percibir que todos somos hermanos. Dejemos que el amor de Dios se vuelva visible entre nosotros, en nuestras familias, en las comunidades, en la sociedad -agrega-. El perdón de las ofensas es la expresión más elocuente del amor misericordioso y, para nosotros cristianos, es un imperativo del que no podemos prescindir".
Finalmente, hace un llamado: "Seamos protagonistas de la superación de la violencia haciéndonos heraldos y constructores de la paz. Una paz que es fruto del desarrollo integral de todos, una paz que nace de una nueva relación, también con todas las criaturas. La paz se teje en el día a día con paciencia y misericordia, en el seno de la familia, en la dinámica de la comunidad, en las relaciones de trabajo, en las relaciones con la naturaleza".
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