Eduardo Feinmann: "No soy de derecha, y en temas como los derechos de la mujer soy de centro-izquierda"

El popular periodista, a punto de regresar a la radio y tras un año triunfal en la TV, habló con Infobae sobre el caso Chocobar, su opinión del gobierno de Macri, y por qué Cristina Kirchner fue "la peor presidente que tuvo la Argentina"

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Vuelve a la radio el lunes 19 de febrero. Asume la responsabilidad de la segunda mañana, de 9 a 12, de la radio AM que más ha crecido en el 2017. "Feinmann 910" será la nueva propuesta de Radio La Red que encabezará el siempre polémico Eduardo Feinmann rodeado de un equipo de notables. "Para mí, la radio es todo. Es la inmediatez, es el contacto con la gente", le dice a Infobae.

Eduardo viene de tener un año de mucha repercusión liderando  el horario de 18 a 21 en la señal de noticias A24 que logró imponerse en audiencias de la mano de su director Juan Cruz Avila.  "No soy de derecha", "Cristina es nefasta", "Mauricio hace kirchnerismo del Newman" fueron algunas de las definiciones de este periodista que ama su imagen de duro pero que, para los que lo conocen, no es más que un modo de relacionarse con los medios de comunicación de un gran compañero de trabajo.  Aquí, 1o definiciones de Eduardo Feinmann y la entrevista completa:

—"El gobierno de Macri, hoy, es cinco puntos".

—"Me parece que es un gobierno con más y con menos. Con muchos errores, algunos de ellos garrafales".

—"No creo que Macri tenga un plan económico"

—"Cristina fue la peor presidente que tuvo la República Argentina"

—"Sergio Massa hoy tiene un problema grave de credibilidad".

—"Siempre estoy del lado de la víctima de inseguridad.  Siempre".

—"Las buenas personas van a trabajar, a estudiar, no salen de caño".

—"No tomo, no me drogo. Soy un tipo muy aburrido".

— "En temas como derechos de la mujer soy de centro-izquierda".

—"La universidad de la radio fue [trabajar] con Daniel Hadad".

— ¿Qué es la radio para vos?

— La radio es todo. Para mí es absolutamente todo. Para mí es el gran medio de comunicación. Mucho más que la tele, mucho más que los diarios, mucho más que una revista.

— Y cuando volvés en Radio La Red, ¿qué sentís es lo que agrega la radio?

— La radio me parece que lo que agrega es inmediatez. Me parece que lo que te agrega es más información sobre la información que ya hay a la mañana en los diarios. A mí por lo general en la radio me gusta hacer los diarios, no leerlos. Hacer el diario del día de mañana. Por eso una segunda mañana para mí tiene que tener eso. Mucho título, mucha información, mucha nota.

— ¿De quién aprendiste a hacer radio?

— Uy, de muchos. Básicamente con quien hice la universidad de la radio fue con Daniel Hadad. Después tuve mucha gente con la cual trabajé, con grandes, Néstor Ibarra, Antonio Carrizo, el "Negro Oro" durante dieciséis años. Yo me di el lujo de trabajar con grandes en la radiofonía argentina, con Santo Biasatti en Radio Del Plata. Él fue mi maestro, quien me enseñó los primeros movimientos. Digamos, hice la primaria y la secundaria con Santo Biasatti, un grande.

— Hablemos un poco de la actualidad. Dos años de Macri. ¿Y?

— Para mí el gobierno de Macri, hoy, es cinco puntos. Me parece que es un gobierno con más y con menos. Con muchos errores, algunos de ellos garrafales. Es cierto que se venía de un gobierno nefasto que dejó infinidad de bombas económicas que el Gobierno no sabía dónde estaban ubicadas y cómo desconectarlas. Creo que hizo bien el Gobierno en salir del cepo, de abrir un poco la economía. Pero todavía me parece que al gobierno de Macri le faltan cosas.

— Te menciono lugares comunes que se escuchan en análisis incluso de colegas: "Son lo mismo pero más prolijos."

— Acá a alguien le escuché la definición: "Son kirchneristas del Newman". En muchos sentidos creo que, en la política económica, están haciendo mucho kirchnerismo. De buenos modales o del Newman, llamalo como quieras. Yo no noto que sea un gobierno de derecha. Tampoco es un gobierno de izquierda. Pero qué sé yo, a veces no sirve solo tener buenos modales, tenés que saber gobernar bien, y éste Gobierno en algunos sentidos, y a algunos personajes del gabinete, les falta para gobernar bien.

— ¿A qué personajes?

— Hay algunos ministros que la verdad que están dibujados. No importan nombres y apellidos. Además, me parece que es excesivo que haya veintidós ministerios, veintitrés. Me parece que con ocho o diez, o doce si vos queres, el gobierno o el Estado podría funcionar perfectamente bien.

— Yendo a lo específico de los ministros, ¿debió haber seguido Triaca?

— No, definitivamente, debería haber renunciado. Alguien me comentó que él había presentado la renuncia, si fue así yo creo que el presidente tendría que haberla aceptado. No creo que haya sido simplemente un error como dijo el Gobierno, Marcos Peña habló de error. No fue un error, fue un horror. A ver, quizás podés discutir o no que tenía una empleada en negro, que no era él sino que era el hermano. Cualquiera puede tener un momento y hablarle mal a alguien, puede ser. Pero cuando vos como ministro de Trabajo estás dando una lucha contra los sindicatos, nombrar a una empleada de tu hermano para que tu hermano no le pague el sueldo… No sé, me pareció un mamarracho.

— ¿Por qué lo sostiene? Digamos, ¿es el clásico apotegma del poder "Nunca muestres debilidad"? ¿Lo considera un buen ministro? 

— Me da la sensación que no le quiere entregar a los medios un ministro.

— Hoy se dice que la reforma de la ley previsional, el caso Triaca y la inflación que no se doma provocan un golpazo en la imagen del presidente.

— Los números que maneja el Gobierno, por lo menos eso lo he charlado con un par de ministros, los propios números que maneja el gobierno les dan desde la elección de octubre del año pasado a este momento una pérdida de quince puntos. El análisis que hace el Gobierno de esos quince puntos, que nosotros perdimos de imagen, no fue a ningún lugar, como la oposición está vaya a saber dónde no fue a ningún lugar, no fue a ningún referente de la oposición. Ellos confían en que ese quince por ciento que está ahí volátil dando vueltas por ahí en algún momento les pueda volver. Tendrán que hacer las cosas muy, muy, muy bien.

— Dos ideas de cuando asumió el gobierno de Macri eran normalizar la economía y ser transparentes en lo institucional. Hablemos primero, que un poco lo mencionaste. ¿Te parece que tiene un plan económico claro el gobierno?

— No creo que tenga un plan económico. Yo no soy periodista económica, pero por lo que veo, por lo que charlo con otros economistas, no me da la sensación que haya un plan económico. Además me parece excesivo tener seis, siete, cinco ministros de Economía o un gabinete económico sin un ministro de Economía. Pero es una decisión del presidente de la República, ¿no?

— Y en cuanto a la transparencia ¿Cumplió los objetivos, es institucionalista el presidente como se había dicho en campaña?

— Me parece que sí, me parece que es mucho más transparente que el gobierno anterior. Mucho más transparente. Por ejemplo, el tema del último decreto de los familiares para alcanzar solamente a doce familiares. Es un gesto, no sé si alcanza, pero es un gesto bueno.

— ¿Cristina fue?

— A mí me da la sensación que sí, que ya está.

— ¿El kirchnerismo como tal se va a ir diluyendo como alguna vez fue el menemismo y demás?

— Hay muchos peronistas que te dicen  que todavía la necesitan a Cristina. En el peronismo dicen eso, "Desgraciadamente la necesitamos, porque tiene votos" Alberto Fernández fue quien lo dijo, ¿n0? Que sin ella…

— "Sin ella no podemos, con ella…" O sea, diciendo no como figura pero no se puede prescindir de ella.

— Exactamente. Y creo que hay bastantes sectores del peronismo que están pensando en eso, que de alguna manera a ella la necesitan por lo menos cerca. Yo no creo que les aporte, yo creo que es piantavotos. Cristina hoy es piantavotos.

— ¿Qué ves cuando la ves a ella?

— La imagen de la jefa de la banda, una imagen nefasta. De lo peor que tuvo la República Argentina en los años de democracia, del 83 a esta parte.

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— ¿Cuando toque escribir la historia creés que ese va a ser el rótulo? Si vos tuvieras que poner un rótulo, si fueras un historiador de acá a cincuenta años. ¿Te imaginas poniendo qué rótulo de ella?

— La peor presidente que tuvo la República Argentina.

— ¿Peor que De la Rúa?

— Fueron distintos, porque me da la sensación que De la Rúa fue un inepto pero Cristina creo que hizo daño a sabiendas, y eso es peor todavía. Cuando alguien es malo pero malo en serio y a sabiendas destruye la República como la destruyó es complicado.

— Parece como una cuestión personal. ¿Tenés una cuestión personal con ella?

— Cero.

— Es análisis político estrictamente.

— Ni la conozco personalmente. Jamás la entrevisté, nunca estuve con ella. No es una cuestión personal.

— Cuando los más cercanos al kirchnerismo dicen: "Cristina no es Néstor, Néstor era otra cosa", ¿coincidís?

— Sí, totalmente.

— Dame las diferencias.

— Néstor era un animal político. Un armador, un tipo que tenía una visión política importante, dialogaba, armaba políticamente. Cristina es una burra política. Todo lo que armó lo armó mal. Armando listas, candidatos, todo lo que armó desde la muerte de Néstor para acá lo armó mal. Si Macri es presidente de la República es gracias a Cristina Fernández de Kirchner.

— Y te invierto, ¿si Cristina sigue vigente es por obra de Macri?

— Sí, totalmente. Al Gobierno le conviene tenerla a ella en el centro de la escena, en el centro del ring. Lo dijo Durán Barba el otro día.

— Opuestos imprescindibles

— Yo creo que sí.

— ¿Qué es Máximo Kirchner para vos en la política argentina?

— La nada misma, la verdad, la nada misma. Un jugador de la Play, qué sé yo.

— ¿Creés que es realidad o una caricatura que se hizo alguna vez de él para denostarlo?

— No me parece que tenga peso. Es más, cuando vos hablás con los intendentes del Gran Buenos Aires peronistas lo detestan. Cuando vos hablás con gobernadores peronistas lo detestan. Ni lo tienen en el GPS, no existe en el radar político.

— ¿Qué es Elisa Carrió para vos en la política argentina?

— Una gran mujer. Una mujer necesaria para la democracia. Aunque muchas veces me da la sensación que se pasa de denunciadora pública, y por eso la gente no la vota como presidente.

— En la primera de Cristina había salido segunda y estuvo casi en riesgo la primera vuelta.

— Y ahora sacó 50 o 52 por ciento de votos en la Capital Federal. No solo por ella misma sino por una buena gestión que está haciendo Horacio Rodríguez Larreta en la Capital Federal. El porteño vota PRO, no sé si tanto vota a Carrió.

— ¿Qué destino le ves en la política argentina a Sergio Massa?

— Me parece que va a tener que hacer algunos ajustes Creo que lo mejor que podría estar haciendo ahora es nada, no estar. Se ha tomado su tiempo, creo que está trabajando en Nueva York con Giuliani. Me parece que va a tener que reconvertirse, tiene hoy por hoy un grave problema de credibilidad, cuando él habla la gente no le cree. El argentino tiene poca memoria así que tal vez se pueda rearmar.

— ¿Cómo viviste el episodio Chocobar?

— ¿Desde qué punto de vista?

— Periodísticamente y jurídicamente. Digamos, periodísticamente cómo lo hubieras tratado de estar al aire y jurídicamente qué crees que pasó.

— Periodísticamente yo siempre me pongo del lado de la víctima, la víctima para mí fue el hombre que recibió las once puñaladas. No me gusta cuando cierto periodismo, o ciertos dirigentes políticos se meten a defender a los delincuentes. Supongamos que hubiera sido al revés, el delincuente mata a Chocobar. ¿La noticia cuánto tiempo dura?

— Tres segundos.

— Muy bien. Muere un delincuente, ¿cuánto tiempo dura el debate? Días, semanas. Me acuerdo cuando fue el tema del médico que termina defendiéndose y matando al delincuente 

— Sí, claro.

— Gran debate nacional, pero a favor del delincuente, no a favor de la víctima. Resultó ser que el delincuente, que había atacado a una persona, terminó siendo tratado como si fuera la gran víctima. En el caso Chocobar… A ver, ¿el delincuente escapaba? Sí, efectivamente, escapaba ¿Chocobar dispara cuando el delincuente está escapando? Sí, dispara. ¿Dispara a matar? No. ¿Dispara a las piernas para que termine con su vida? Porque ese delincuente con un cuchillo en la mano era un peligro para el resto de la sociedad. Ya había atacado a una persona. Sigue siendo un peligro para la sociedad ¿Y qué esperamos de un policía? Que termine con ese peligro.

— Has tenido frases en tu trabajo que se han popularizado, y una en particular, "Uno menos".

— Sí.

— Ante la muerte de un delincuente, ¿seguís sosteniendo esa frase?

— Siempre digo lo mismo, que Dios me perdone. Pero esa persona, ese delincuente que termina siendo abatido en un enfrentamiento, ese tipo a la mañana se levantó para causar daño, para causar daño a la sociedad toda, te pudo haber tocado a vos, a mí, a quien nos está viendo, a cualquiera. ¿Por qué tengo que estar del lado de aquel que le quiere causar daño a la sociedad? Si esa persona, ese delincuente, es un enemigo de la sociedad. Y yo lo que considero es que ser bueno con los malos es ser malo con los buenos. El delincuente que termina muerto en el caso Chocobar, o el delincuente que termina muerto con el médico, son personas malas, no son buenas personas. Las buenas personas no salen con un cuchillo a acuchillar gente por una cámara de fotos. O no salen con un arma a la mañana, se levantan a la mañana y salen "de caño". Las buenas personas no hacen eso. Las buenas personas van a trabajar, se rompen el lomo, van a estudiar. Yo me pongo del lado de la gente buena, no de la gente mala.

— En el caso Chocobar…

— Yo no quiero que muera nadie.

— Claro.

— Pero…

— En el caso Chocobar el delincuente, si la memoria no me falla, se llamaba Kukoc ¿De haber estado al aire cuando te enteraste que había muerto Kukoc hubieses dicho "Que Dios me perdone, uno menos"?

— Sí, lo hubiera dicho.

— Me gusta cuando te definís y decís "no me drogo", de lo poco que mostrás de tu vida personal…

— No tomo, no me drogo. Soy un tipo muy aburrido.

— ¿No tomás, sos abstemio absoluto?

— No tomo.

— ¿Y cuándo fue que pasó esa tragedia?

— (Risas) No es ninguna tragedia. Desde chico, de siempre. De chico yo fui el primero de todo mi grupo de amigos, a los 18 años, que tenía auto. Y salíamos a bailar y todos se emborrachaban y yo era el que manejaba, y me quedó, no tomo.

— Fuiste el conductor responsable

— Sí, era el responsable.

— Te la hice ciento cincuenta mil veces la pregunta, va una vez más. ¿Te joroba que te digan "sos de derecha"?

— No, es que no soy de derecha. Y en muchos temas no soy ni de derecha ni de izquierda.

— Definite ideológicamente si es que te gusta.

— De centro, de centro-derecha.

— Bueno…

— Pero en algunos temas soy de centro-izquierda.

— ¿Por ejemplo?

— Decime vos cuál te parece es un tema de centro- izquierda.

— Despenalización de la droga para consumo personal.

— No.

— Despenalización del aborto por decisión de la mujer.

— No.

— …

— Derechos de la mujer por ejemplo, por supuesto, ahí soy de centro-izquierda.

— ¿Cómo estás viendo esta oleada que ha habido de denuncias de mujeres que se han animado contar presuntos abusos sexuales?

— Me parece muy bien. Me parece fantástico. Un hombre no tiene el derecho sobre el cuerpo de una mujer. ¿Por qué acosarla? Esas cosas no son de bien nacido, no son de gente buena.

— Así y todo te escuché hablar de "las feminazis".

— Yo llamo feminazis a aquellas mujeres del movimiento feminista que se pasan de la raya, atacando la Catedral, atacando a la Policía, atacando a otros civiles cuando hacen una manifestación. Aquellos que quieren imponer su idea por la violencia eso me parece feminazi.

— ¿No suena muy fuerte nazi?

— Eh… ponele.

— Contame de qué va Feinmann 910 a partir del lunes 19 de febrero.

— Trataré de hacer un programa con toda la información, tratando de sacar al aire a todas las voces que tengan que ver con los temas del día. Tratando de hacer los títulos de los diarios del otro día junto con vos, vos venís a la mañana y después vengo yo y juntos vamos a tratar de hacer los títulos de los diarios de la tarde y del otro día.

— Equipo, contame con quién vas a estar.

— Un gran equipo: van a estar Claudio Ricco, Valeria Mirabella, Mariela Ianigro, Luis Rosales, Willy Laborda, Claudio Zin…

— Tremendo equipo.

— Tremendo equipo.

— Casi hay un espíritu de la vieja Radio 10 de Daniel Hadad por ahí, ¿no?

— Sí. Con muchos de ellos hemos trabajado en Radio 10, los conozco muy bien, ellos me conocen muy bien a mí. Y creo que hay que volver a hacer esa radio. Radio 10, donde estuvimos juntos también durante mucho tiempo, marcó un hito en la radiofonía argentina.

— Sin la menor duda, sin la menor duda.

— Fue un antes y un después en la radiofonía argentina.

— Última. ¿Estamos siendo demasiado benévolos y/o obsecuentes con el gobierno de Macri en general los periodistas?

— Creo que todos los gobiernos tienen, por lo menos los dos primeros años, una mirada benévola por parte del periodismo, como vos decís. Lo que pasa es que de dónde venimos también… Lo mismo pasó con los dos primeros años del gobierno de Alfonsín, de Menem, o si vos querés todo el primer gobierno de Menem, los seis años. Los dos primeros años del gobierno de Néstor Kirchner también exactamente lo mismo. Veníamos de un momento tan duro, del 2001, que era un gobierno que había que cuidarlo. Y yo soy de la idea siempre que lo que hay que cuidar siempre es la figura presidencial, no importa quién esté dentro de ese ropaje que es la investidura presidencial, no importa si es Cristina. Ojo que lo mismo decía con Cristina eh, aun detestando lo que estaba haciendo, mi límite era "a la presidente de la República no se la toca". Yo no estaba de acuerdo cuando en las calles se la llamaba "yegua", "hija de puta" y le ponían los carteles más tremendos que te puedas imaginar. Y cuando había muchos sectores que querían voltear a su gobierno, porque hubo momentos donde desde el sindicalismo, la política, de distintos sectores querían querían voltearla para no termine su mandato. Y yo creo que, si somos realmente republicanos y democráticos, debemos respetar todos los gobiernos, nos gusten o no. Tienen que llegar hasta el final de su mandato.

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