"Ella no conocía a la paciente, aunque en los momentos previos había establecido una relación de empatía muy grande, muy fuerte, que la hizo lamentarse profundamente. La primera pregunta es '¿qué pasó?'". Eduardo Gerome es el abogado de Nélida Inés Puente, la anestesista apuntada como responsable durante las primeras horas de la muerte de Débora Pérez Volpin el martes en el Sanatorio de la Trinidad.
Gerome agregó: "Desde el principio, la doctora Puente me aseguró que actuó con todo el protocolo que debía hacerlo. No hubo error en su actuación. Estaba completamente sorprendida de que se hubiera llegado a este resultado. '¿Cómo puede ser que si hice todo bien que la paciente se haya muerto?', me dijo.
El letrado explicó que "apenas llegué, cerca de las 22:45, ella me contó todo el suceso y me mostró el parte anestésico. Todo estaba conforme a los libros. En este tipo de intervenciones que la anestesia es muy suave nunca pasa nada".
La causa de la muerte de la periodista y legisladora porteña está caratulada como "homicidio culposo" y la autopsia reveló que tenía perforaciones en el estómago y el esófago. Tras la necropsia, la Justicia sospecha de una falla en el endoscopio y apunta a los médicos.
Pérez Volpin sufría un dolor estomacal desde el lunes, por eso le programaron para el martes la endoscopía, entre otros estudios. Pero al momento de practicarle esta intervención, la periodista se descompensó, sufrió una arritmia y un paro cardiorrespiratorio y murió cerca de las 17 de ese día.
"Nos presentamos en la comisaría y pedimos tener intervención en la autopsia, porque no se va a volver a repetir nunca. Nos pareció muy importante que los representantes médicos y los peritos de la doctora Puente vean la autopsia, que es una fotografía del cuerpo, para después poder opinar junto a los médicos forenses sobre las responsabilidades que pudo haber habido", sostuvo Gerome.
Posiblemente, Puente, que es socia de la Asociación de Anestesia Analgésica y Reanimación de Buenos Aires, se haya "autoimputado" para despejar dudas respecto de su tarea y colaborar, a través de su abogado, en la investigación.
"En ese momento no se supo lo de la perforación. La labor de la anestesista es exclusiva, mirando los monitores, ella estaba ajena al accionar endoscópico. Cuando se le produce la desaturación de oxígeno (imposibilidad de respirar), allí se para todo y se empieza a reanimar a la paciente. Llegaron médicos de terapia intensiva y cardiólogos, pero no pudieron reanimarla. Por pasajes, ventilación, para tratar de que recupere la respiración. Pero no se pudo", ratificó el abogado.
Una de las pruebas clave en la investigación será la cámara endoscópica, elemento esencial para saber lo que fue pasando durante los últimos minutos de vida de la legisladora porteña. Gerome aseguró que "no se encontró ninguna cuestión que pueda atribuirse a la práctica anestésica, que es lo que le interesaba a la doctora Puente".
"Lo más acertado que hizo la familia de Pérez Volpin fue hacer la denuncia. Cuando hay una denuncia por algún accionar médico, la autopsia es de rigor. También la intervención de los médicos forenses para determinar responsabilidades", concluyó el letrado.
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