Tapados de basura: en cinco años colapsará el sistema de rellenos sanitarios del AMBA

Alertan sobre el aumento de enterramiento de residuos y evalúan nuevas tecnologías, como la incineración, para paliar el problema; críticas de ambientalistas

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Hace 15 días comenzó a funcionar el último módulo del relleno sanitario Norte III, en el partido bonaerense de San Miguel. Junto con el de González Catán recibieron el año pasado 18.000 toneladas diarias de basura, unas 2000 más que el año anterior. Las autoridades de la empresa estatal, la Coordinación Ecológica Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse) alertan que la actual situación tiene un límite temporal y espacial: 5 años. Luego de ese plazo, los 42 municipios del AMBA y la Ciudad deberán disponer su basura en otros espacios o con nuevas tecnologías.

Aunque las autoridades oficiales no quieren hablar de incineración, tal como lo adelantó Infobae en octubre pasado, entre los planes oficiales aparece esta tecnología, resistida por los ambientalistas y prohibida por la ley porteña, como una de las posibilidades para disminuir la cantidad de desechos que se entierran.

"Hoy estamos enterrando 18.000 tn por día pero no podemos simplemente gestionar el día a día. Tenemos que tener una mirada de mediano y de largo plazo. En un trabajo que hicimos con la Facultad de Ingeniería de la UBA donde estimamos el crecimiento poblacional, de los residuos y el económico se proyectó que, por día, se pasará a disponer al 2030 unas 25.000 tn por día", explica Gustavo Coria, presidente de Ceamse durante una recorrida por el relleno en el que grafica que eso significa llenar un estadio de fútbol como el del Barcelona en ocho días.

Para las soluciones evita mencionar la incineración de residuos, termovalorización o "waste to energy" y responde: "El camino es tratar residuos y recuperar lo más que se pueda, en el medio hay miles de alternativas y tecnologías. Hoy tenemos que plantear que estamos ante un verdadero problema y que si no lo afrontamos va a ser inabordable".

El funcionario, responsable de la empresa estatal que pertenece a la Capital y a la provincia, sostiene que el principal esfuerzo debe empezar por la separación en origen: "Hay que insistir con la separación en origen; la Ciudad de Buenos Aires ha avanzado muchísimo en ese sentido. No es uniforme el desarrollo de la política en la región, hay que insistir con la economía circular; insistir con la generación de energías renovables y lograr disponer menos residuos".

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El aumento de la cantidad de basura que se enterró fue bastante uniforme en el conurbano y un poco menor en la Ciudad.

Detrás de la Capital, que envió más de 1 millón de toneladas de desechos al relleno el año pasado, están La Matanza, el distrito más populoso del conurbano (584.283 toneladas), Lanús (319.803 toneladas) y Lomas de Zamora (319.655 toneladas). La ciudad de La Plata también marcó un record y enterró un 10% más que en 2016 con un total de 309.000 tn. Según la explicación oficial, el aumento promedio del 4% de los municipios bonaerenses obedece a la mejor gestión de la basura.

Para Andrés Nápoli, director ejecutivo de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (Farn) no es así. "Esta iniciativa surge como respuesta a los muy malos resultados que tanto la Ciudad como los municipios del conurbano han tenido en lo que respecta a la disminución y minimización de los residuos, que actualmente tienen como destino final los rellenos sanitarios Norte III, González Catán y Ensenada. Casi nada se ha avanzado en el aprovechamiento de residuos orgánicos, que representan la mitad de los residuos que generamos. Es decir que hay una industria de la recuperación que sostener, fortalecer y desarrollar", indicó.

En Farn sostienen que la solución de la incineración es una fuente de emisión de una gran cantidad de compuestos tóxicos para la salud, incluyendo varias sustancias cancerígenas como las dioxinas y los furanos. "Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 2 millones de personas mueren al año en el mundo por la inhalación de partículas en suspensión. Sumar contaminación aérea a ciudades ya saturadas de contaminantes, como Buenos Aires y ciudades del conurbano bonaerense, implica una baja en los índices de calidad del aire", dijo Nápoli.

Basurales a cielo abierto

Si la situación es crítica para los residuos que se entierran, es aún peor para los basurales a cielo abierto. Precisamente esta semana se conoció un detallado informe de la Defensoría del Pueblo bonaerense respecto de los basurales a cielo abierto. "Este trabajo, que se llevó adelante en distritos donde no funciona el Ceamse, reveló que estos predios ocupan superficies de una media de 90.000 metros cuadrados cada uno. El riesgo que provocan cobra relevancia, a su vez, si se tiene en cuenta que por ejemplo se encuentran, en promedio, a dos kilómetros de la zona urbana más próxima, a tres, de la escuela más cercana y a cuatro, del palacio municipal –y por lo tanto de los centros comerciales– de las localidades donde están ubicados", dice el trabajo.

"Uno de los datos más alarmantes es que en 7 de cada 10 basurales a cielo abierto se producen quemas. Esto demuestra que no hay un cambio en el paradigma de considerar al residuo como un recurso, para no verlo como un problema ambiental sino como una oportunidad, lo que implica que estos depósitos se transformen en un foco de contaminación y un riesgo sanitario para la población", aseguró el Defensor del Pueblo bonaerense, Guido Lorenzino.

El Ceamse acota que sumó 10 municipios a su gestión. Cuenta con un presupuesto anual de 8.000 millones de pesos de los cuales, el 70% se genera con recursos propios por los servicios que presta. El resto lo aportan, en partes iguales, la Ciudad y la provincia de Buenos Aires. Según los cálculos oficiales, el año pasado a cada vecino del AMBA le costó 25 pesos por mes disponer sus residuos.

Para Coria "no hay soluciones mágicas". "Todos tenemos responsabilidades compartidas. El vecino, las autoridades, las empresas. La realidad es que el esfuerzo tiene que ser de todos. Hoy tenemos una solución resuelta en cinco año, pero si no empezamos a plantear que los rellenos tienen una vida útil y una licencia social limitada", dijo.

Y recordó que Ceamse ya genera, a partir del biogás de los rellenos, 15 megavatios de energía; que sumará otros 10 megavatios con los de Ensenada y González Catán.

"El relleno es la mejor tecnología que existe para disponer lo que no pudo ser recuperado. Ceamse ha sido pionero en el tratamiento de los residuos, estamos tratando el caucho, 850 tn de neumáticos; recuperando el gas metano; en Norte III se recupera el 63% residuos de 1 millón de vecinos con la planta de tratamiento biológico y estamos habilitando una nueva planta en Ensenada. Con los rellenos que hoy tenés es suficiente yacimiento para renovables", agregó el funcionario.

Para Lorenzino los residuos deberían estar en el tope de la agenda de la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal: "Hoy la provincia cuenta con recursos, como los recuperados por el Fondo del Conurbano, que abren la posibilidad de redirigir partidas para sanear esta deuda histórica con los bonaerenses. Se genera más de un millón de toneladas por año que van a parar a estos basurales a cielo abierto, por lo que eliminarlos tiene que ser una prioridad para el gobierno".

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