Treinta y cuatro cóndores, dos ovejas, un puma, una cabra y un cordero fueron hallados sin vida en la localidad mendocina de Los Molles, en el departamento de Malargüe. Los especímenes muertos se encontraron dispersos por una misma área parcialmente quemados. Las autoridades y los organismos conservacionistas sospechan que los responsables de la matanza intentaban calcinar los cadáveres para ocultar un caso masivo de envenenamiento.
Los cuerpos, amontonados, fueron encontrados por gente que realizaba treking en la zona. De inmediato avisaron a las autoridades: la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial de la Provincia ordenó un relevamiento y convocó a un equipo multidisciplinario de organizaciones no gubernamentales especializadas en el área de conservación de especies para colaborar en las necropsias y los estudios toxicológicos. Estaban a tres mil metros de altura, en un área a la que se accede tras cuatro horas de caminata. De acuerdo a la coloración del plumaje se identificaron 14 hembras y 20 machos, 30 adultos, un sub-adulto, dos juveniles y uno sin definición.
La presunción de envenenamiento se sustenta en el hallazgo de animales domésticos y depredadores. Jennifer Ibarra, veterinaria y presidenta de la Fundación Cullunche, admitió que están a la espera de los resultados a fin de corroborar la presencia de agroquímicos. "El departamento de Malargüe tiene muy arraigada la costumbre de utilizar carbofurán como plaguicida para controlar la plaga de cultivos. Es un agrotóxico muy potente que se usa comúnmente como cebo tóxico para matar pumas y zorros y eliminar la amenaza de los depredadores", describió en diálogo con Infobae.
El hallazgo causó conmoción entre las entidades medioambientales. La profesional explicó que la práctica es habitual en los puesteros de la zona, principalmente aquellos que viven de la producción ganadera. Según trascendidos, los encargados del lugar habrían insinuado su responsabilidad. Ahora los organismos esperan que el fiscal declare delito para iniciar las actuaciones legales pertinentes. Las sanciones por afectar la habitabilidad del cóndor pueden ir desde 35.560 hasta 222.250 pesos, según la tipificación de multas en la provincia.
Los puesteros recurren a dos técnicas para cuidar su ganado. Espolvorean con carbofurán la osamenta de un chivo que carnearon previamente o bien envenenan los restos del cadáver que esconden los depredadores para volver en los días siguientes. Los cóndores tienen un beneficio ecosistémico notable porque bajan al nivel del suelo en busca de la carroña. Cuando consumen un agrotóxico insípido e inoloro, el efecto es inmediato: caminan dos pasos y mueren sin poder retomar vuelo. "Es una práctica que se usa mucho. Pone en riesgo también a las especies carroñeras, que se alimentan con los restos que dejan los depredadores. Y aquí entra en escena el cóndor", reveló Adrián Gorrindo, jefe del departamento de Fauna de Mendoza a Los Andes.
La Fundación Cullunche denunció que el uso de agrotóxicos amenaza la salud humana, pone en peligro la supervivencia del cóndor andino y de todas las formas de vida. Jennifer Ibarra reveló que la zona se encuentra cerca de un curso de agua y es recorrida por turistas entusiastas del avistaje de especies autóctonas. El daño, entonces, es ambiental y económico. "No vamos a descansar hasta que el carbofurán deje de ser de venta libre. Estamos trabajando en la trazabilidad de los agrotóxicos, porque creemos que tendría que haber una prescripción de un agrónomo para hacer uso. Es necesario que exista un registro del proceso comercial para saber quiénes lo terminan utilizando", declaró la experta.
Los cuerpos fueron hallados hace una semana. El relevamiento de los cadáveres realizado por un equipo de trabajo plural conformado por Fauna de Mendoza, Policía Rural, Fundación Cullunche, Ecoparque Mendoza, Fundación Bioandina Argentina, Ecoparque Buenos Aires e investigadores del Conicet evidenció que los animales murieron en tiempos diferentes de acuerdo a los rasgos de descomposición. La hipótesis de las autoridades sugiere que usaban la zona para matar a los animales carnívoros.
A nivel biológico, el daño es severo. Aunque no existe un censo nacional de esta especie porque comparte población con Chile, la cantidad de especímenes muertos en Malargüe equivale a todos los cóndores que viven en Venezuela y a la mitad de los que vuelan en Ecuador. Vanesa Astore, directora del Proyecto Nacional de Conservación del Cóndor Andino, dijo que "esta matanza es un agujero biológico irreemplazable".
El Programa de Conservación Cóndor Andino rescató más de 260 cóndores provenientes de todo el país, muchos de los cuales llegan heridos como consecuencia de la ingesta de cebos tóxicos. El cóndor andino (Vultur gryphus) fue declarado Monumento Natural Provincial de Mendoza mediante la Ley 6.599/98 y se encuentra protegido por la Ley Provincial 4.602, con su modificatoria Ley 7.308 y Decreto Reglamentario 1.890/05.
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