Recorrían la Ciudad en auto vendiendo cocaína: su método para no ser detectados

Dos hombres a cargo del delivery de droga fueron detenidos en plena transacción. Uno de los detenidos ya había estado preso

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Recorrían la Ciudad y repartían cocaína a plena luz del día. El delivery de droga se hacía en un Palio negro y todas las transacciones debían llevarse a cabo a bordo del vehículo.

Los dos hombres de nacionalidad peruana a cargo de la reparto de cocaína fueron detenidos tras ser descubiertos en plena venta de droga en el barrio porteño de Floresta.

Los delincuentes aplicaban un plan sistemático para evitar ser detectados durante sus habituales recorridos de entrega de droga por las calles porteñas. Los hombres se comunicaban con sus clientes a través de un celular, pero no usaban whatssap ni dejaban nada por escrito en mensajes. Según los investigadores, prendían el teléfono las 16 horas y chequeaban las llamabas perdidas, luego comenzaban a contestar una por una por orden entrada.

Además, pedían a sus clientes no usar ninguna palabra comprometedora en las conversaciones. Sólo daban una dirección para fijar el punto de encuentro, y una vez allí, hacían subir al auto al comprador. Todas las transacciones, de 30 a 50 por día, se realizaban dentro del vehículo.

Los detenidos vendían bolsas de tres tamaños diferentes: la de 1 gramo costaba 200 pesos, la de 2 gramos 400 pesos y la de 5 gramos se vendía a 800.

Finalmente, fueron detectados cuando estaban en pleno reparto en la calle Azul al 300 del barrio de Floresta. En ese momento fueron vistos por policías de la comisaría 40, quienes notaron movimientos sospechosos cuando uno de los clientes subía al Fiat Palio. Cuando los detuvo para identificarlos, el comprador gritó: "Yo no tengo nada que ver, solo estoy comprando".

En el auto fueron encontradas 80 bolsas de cocaína, listas para las siguientes entregas que la policía evitó.

A partir de estas detenciones se allanaron los domicilios de los dos investigados. Uno de ellos vivía en Flores, en un gran predio de asentamientos clandestinos. Allí se encontró el pasaje que lo trajo desde Perú y una constancia del Patronato de Liberados, es decir que ya había estado preso en el país.

Estuvo a cargo del procedimeinto la División de Precursores Químicos, de la Dirección Autónoma de Narcocriminalidad de la Policía de la Ciudad. Interviene el Juzgado Federal N° 2, a cargo del Dr. Sebastián Ramos.

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