Romina Arias, la polivedette que fue separada de la fuerza después de desobedecer una orden directa de la jefatura de la policía bonaerense al debutar en Magnífica, la obra de Carmen Barbieri en Mar del Plata, tiene una faceta oscura, desconocida, que es investigada por la justicia de familia del municipio de General Pueyrredón, de donde es oriunda, y en Asuntos Internos del ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, y que hasta ahora la sargento intentó mantener en las sombras.
Según el sumario interno número 13.967/16, al que accedió de manera exclusiva Infobae, la desafectada oficial fue denunciada en el año 2015 por la asistente social de la escuela Victoria Ocampo N° 206 de Mar del Plata, la que asisten dos de sus tres hijos (las de su primer pareja) por presunta violencia doméstica.
Sus publicaciones en redes sociales señalan que Arias es mamá de Brenda, Sheila y Aaron, y su estado civil actual es el de soltera, es decir sin pareja estable. También se enorgullece de ser profesora y campeona de Full Contact en la Federación Argentina de Kick-Boxing, y destaca que en el año 2014 participó del 8º Wako Campeonato Panamericano de esa especialidad, celebrado en la provincia de Corrientes.
En su informe, la profesional asegura que vio a las hijas de Arias nerviosas, con desatención y falta de concentración y que al observar sus brazos observó moretones compatibles con los de posibles zamarreos. Como la situación se prolongó en el tiempo, la trabajadora social de la escuela pública decidió hablar con las adolescentes. Las menores habrían relatado que su mamá y su pareja -el padre de su tercer hijo- las maltrataban.
Como indica el protocolo establecido por el Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires, desde la escuela realizan la denuncia judicial que cursó con el número de IPP (Investigación Penal Preparatoria) N° 11.991/2015, caratulado como supuestas lesiones contra las dos menores, ante la Unidad Funcional de Composición Temprana de Conflictos Penales.
La fiscalía especial, después de más de un año de trámites, archivó la causa porque en el interín las menores quedaron a cargo de su padre biológico por recomendación de las organizaciones de contención familiar que intervinieron en el expediente, y ante la no realización de las pericias médicas y psicológicas que la fiscalía había solicitado que se realizaran a las menores, que ya habían expuesto su situación en el Gabinete Interdisciplinario de la escuela Victoria Ocampo.
Los testimonios de las hijas de la mujer policía figuran en el sumario de Asuntos Internos pero Infobae decidió no reproducirlos para preservar la intimidad de las menores. Apenas decidió archivar la causa por lesiones ante la falta de pericias médico legales, desde la UFI giraron la causa a la Justicia de familia de Mar del Plata y al Consejo Provincial de Niñez y Adolescencia (CPNyA) bonaerense. Esos trámites aún continúan abiertos.
Cuando la UFI especial comprobó que la denuncia era contra una oficial de la policía de la provincia de Buenos Aires, giró una copia a la Dirección General de Asuntos Internos (DGAI), a cargo del abogado Guillermo Berra, quien abrió el sumario 13.967/16 que continúa activo y actualizado al día de hoy pero sin aparentes nuevos hechos de gravedad contra las menores desde que quedaron a cargo del padre.
Ahora, ante la apertura del segundo sumario contra la policía vedette, el primero volvió a tomar interés y será mencionado en la resolución final, que probablemente se cierre con la desafectación definitiva de la oficial de la mayor fuerza de seguridad del país.
Hasta el momento, ese primer sumario, el de lesiones por presunto abuso doméstico, había tenido consecuencias contra la mujer policía que, como prevención, y si el tema evolucionaba, hubiese recibido tratamiento psicológico y profesional.
Con el segundo sumario la situación es distinta. Ante la inminente posibilidad de cumplir su sueño y subirse a las tablas del teatro como vedette, Arias, afectada con horas de recargo por el "Operativo Sol" (al igual que el resto de sus casi 16.000 compañeros), había solicitado a sus superiores que se le "resten horas de trabajo porque iba a facturar como monotributista" y no podría cumplir en la policía el horario completo.
Con muy buena intención, y como corresponde a una oficial, la empleada estatal explicó que la reducción horaria se debía a su debut artístico y la demanda que esto significaba entre ensayos y funciones.
El incidente administrativo fue escalando de nivel. Cada uno de ellos negó sistemáticamente el pedido de excepción que hacía la policía vedette. Los argumentos se repitieron una y otra vez: todas las comisarías estaban sobrecargadas por el Operativo Sol; y si se exceptuaba en parte de sus tareas a la voluptuosa sargento, también deberían hacerlo con los otros policías que también lo realizaban por otros motivos tan válidos como ser la compañera de obra de Barbieri, su hijo Federico Bal, y Luisa Albinoni, entre otras figuras.
La apelación de la policía llegó hasta la jefatura, que resolvió en igual sentido aduciendo "incompatibilidad de funciones" por superposición horaria y no por desprecio de su actividad artística.
Arias, sabiendo a lo que se exponía, hizo caso omiso de la orden directa y optó por debutar como vedette. Enterados de la rebeldía de la ex campeona de artes marciales, Berra ordenó abrir un sumario por desobedecer "una orden emanada de la jefatura policial", y la desafectó de manera provisoria del servicio activo.
El comunicado de la DGAI dice textualmente: "Habiendo tomando conocimiento por la publicación en Facebook donde se felicita a la sargento por su debut en la obra de Barbieri en el Teatro Corrientes, acción que fue constatada, Asuntos Internos no avala la actividad y procede a la inmediata desafectación de servicio".
La desafectación implica quitarle el estado policial. Esto es, si bien sigue siendo empleada de la policía de la provincia de Buenos Aires, pierde el estado policial y debe entregarle a sus jefes, los de la Comisaría 4° con asiento en Mar del Plata, el arma reglamentaria, los cargadores, esposas, placa, credencial y chaleco antibalas, en caso de tener uno a cargo.
La sanción disciplinaria también involucra la quita del 50 por ciento del sueldo mientras dure el sumario y la resolución final que seguramente será la desafectación permanente de la policía, es decir la pérdida de trabajo.
Arias, según ella misma relata, supo ser rebelde desde adolescente. Con fascinación cuenta ante las cámaras de TV: "Me encantaban desde chica las artes marciales que miraba y quería practicar y fui contradicha por mi mamá que me enseñó a hacer patín y danzas y después cuando crecí empecé a entrenar". Mal no le fue. Llegó a coronarse campeona argentina de Full Contact.
Apenas la conoció y la observó moverse en el escenario, Carmen Barbieri denominó a la entonces sargento Arias como "la nueva Pocahontas". El sobrenombre estuvo inspirado en la singular belleza con la que Disney dibujó a su princesa aborigen. Sin embargo, según publicó en Infobae Alfredo Serra el 9 de abril de 2017, "Pocahontas, que para
más de medio mundo fue una princesa india de leyenda (libros y cine), vivió, sufrió y murió en este mundo (…) Fue la bellísima hija mayor del gran jefe Wahunsonacock, líder del pueblo indio de los Powhatansu, y de Nonoma Winanuske Matatiske (…) Su verdadero nombre era Matoaka, y su apodo, Pokahantesú. Que los ingleses convirtieron en Pocahontas: en lengua algonquina, significa "Divertida". Paradoja: muy poco de divertido tuvo su vida, apagada apenas a los 21 años (…) Y su vida no fue un cuento de hadas ni un film encantador. Fue una historia de desarraigo, de trueque (usada como moneda de cambio), y de muerte prematura".
Las semanas, los años, mostrarán cual será la verdadera historia de Romina Arias. Si la de la idílica Pocahontas de Disney –tal la interpretación que hizo de ella su madrina artística- , o la de la verdadera y trágica historia de la princesa india nacida en 1595, y que murió el 21 de marzo de 1617, hace 400 años y 10 meses, tal como describió de manera impecable Alfredo Serra.
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