Esta es la tercera temporada que la acogedora casa –ubicada sobre la pintoresca avenida esteña Pedragosa Sierra- abre sus puertas para ofrecer lo mejor del diseño internacional en cada uno de sus objetos. LUNADELESTE es el concept store de Cristina Collm: una argentina que vive en Punta del Este y que durante el año viaja a Europa y los Estados Unidos, para llevar a Uruguay los más exquisitos diseños que encuentra.
LUNADELESTE es visitado por clientes de todas partes del mundo y está abierto durante todo el año. Son recibidos por Cristina Collm y su equipo de asesores, quienes se encargan de que apenas se traspase la puerta de esa magnífica casa, la experiencia se convierta en un disfrute total.
Copa de vino en mano, y con música de fondo elegida especialmente por su dueña, los clientes inician un recorrido imperdible por la casa y van en busca de las adquisiciones que Cristina compró en sus últimos viajes.
Estados Unidos, Italia, Francia, España, Alemania, Holanda y Bélgica son algunos de los países que visita todos los años, a la caza de objetos de decoración con excelente diseño y que, además, sean funcionales. Al margen de la gran calidez de la atención, en este tradicional concept store esteño se puede encontrar de todo: desde sillones, lámparas, alfombras, espejos y objetos de decoración en general para cualquiera de los ambientes de una casa, hasta ropa de mujer, accesorios, trajes de baño masculinos, vinos, libros, gifts y mucho más.
—¿Cómo comenzó LUNADELESTE?
—Comenzó por una necesidad personal. Me vine a vivir a Punta del Este y me di cuenta que no había nada parecido a lo que deseaba: un lugar donde encontrar gente que te atienda amorosamente y sentirte como en tu casa. En Buenos Aires hay muchos lugares así, yo quería un lugar distinto acá. Así nació la idea de LUNADELESTE.
También quería estar sobre esta avenida (Pedragosa Sierra), que la adoro porque es una de las pocas que quedaron de Punta del Este y que mantiene el perfil típico del bosque. Es una zona de hotelería y somos los únicos que estamos con este rubro. Por eso, también nos dedicamos a los vinos (cuentan con etiquetas selectas y hasta se pueden encontrar excelentes diseños para almacenar las botellas). Así comenzó LUNADELESTE, más allá de que todo tiene que ver con una gran historia de amor.
Esta es la tercera temporada y es un lugar en el que tratamos de diferenciarnos del resto. Durante el invierno, viajo y hago una selección. Visito ferias internacionales en Europa y en los Estados Unidos, así que cada objeto es elegido, seleccionado y pensado en los clientes que nos vienen a visitar, y quieren llevarse algo distinto. Cada año, trato de tener objetos diferentes para ofrecer, quiero que todo el mundo venga y se lleve algo. Yo quiero que vengan y les guste todo (risas).
—Además de objetos para la casa, mujeres y hombres pueden encontrar ropa y objetos personales, elegidos especialmente por usted en sus viajes.
—Hay muchas mujeres que vienen a buscar algo para la casa, pero se van al perchero y se olvidaron por completo de la decoración (risas). Pero por suerte, vuelven otro día para comprar para la casa. Y así pasa con muchas otras cosas. Es un lugar que también invita a que vengas con tu pareja, porque tenemos cosas para ellos; accesorios y bibliotecas para vinos, libros, trajes de baño…. pero todo es muy seleccionado y muy pensado.
A esta altura, como esta es la tercera temporada, los objetos de LUNADELESTE están pensados, no solamente porque me gustaron a mí, sino porque sé a quiénes les van a gustar. Y no traigo nada que no me guste.
—¿Cómo selecciona los objetos que compra en esos viajes?
—Me fijo mucho en lo funcional porque, más allá de lo estético, tiene que ser funcional. Es un objeto que te tiene que gustar mirarlo, pero también tiene que ser funcional. Por ejemplo, tenemos unos jarrones franceses divinos y cada jarrón tiene otra función, porque se desarma y se convierte en un juego de platos con bols.
Todo tiene que ver con el diseño y con un estilo de vida. De alguna manera, yo traje acá mi estilo de vida. A mí me gusta viajar y siempre estoy pensando en LUNADELESTE. En cada viaje pienso qué voy a encontrar para traer, es una búsqueda constante.
La idea siempre fue tener un lugar abierto, no solamente para que vengas y compres un objeto, sino para que te quieras quedar a charlar. Que entres y te guste la música, que tomes una copa de vino o champagne: así vamos haciendo clientes y amigos. Eso es muy lindo, porque cada año los estamos esperando y vuelven. La idea es mantenerlos a todos pero que también vengan nuevos clientes y amigos.
—¿Qué tipo de consejos reciben las personas que visitan ese concept store?
—La casa de uno es su alma. Lo que ponés en tu casa es lo que reflejás de tu persona, entonces, es algo muy personal. Yo te puedo aconsejar, pero si vos no lo sabés mostrar o ese objeto no tiene nada que ver con vos, no vale la pena que gastes: es todo un estilo de vida lo que mostrás con un objeto o con un sillón, en un rincón de tu casa.
Es un estilo de vida que estás disfrutando y viviendo, entonces, es muy importante que sea muy personal y de cada uno. Tengo un equipo para asesorar y que trabaja con alegría. Lo mismo, cuando hay que asesorar a una persona que no sabe juntar o colocar los objetos, los muebles, etcétera.
—¿Qué consejo básico le da a una persona que viene y no entiende mucho de decoración?
—Que usen pocas cosas. No hace falta llenar una casa de objetos o muebles: es preferible gastar en un muy buen objeto y que, cada vez que lo veas, te haga sentir bien. Cada objeto tiene que ver con la persona, con la casa, con la gente que allí vive. Si es alguien que le gusta vivir de un modo simple, no va a poner cosas llamativas o con brillo.
Hoy en día, la madera es muy cálida y tenés objetos maravillosos con ese material, como una buena lámpara con un buen diseño en un living y que arma un lugar diferente. A la hora de elegir, elijo el diseño.
—¿Cómo elige la decoración y los objetos para su casa?
—Soy muy práctica para elegir para mi casa. El lujo máximo que yo puedo tener en mi casa es usar todo lo que tengo: uso todo lo que está en mi casa. Usar cada rincón es importante. En LUNADELESTE ayudamos a que puedan disfrutar cada rincón de la casa.
Hasta la cocina puede ser un lugar maravilloso. A mí me gusta cocinar y me encanta estar en un ambiente agradable, fresco y con pocas cosas. No es necesario llenarnos de objetos. Es mejor elegir un objeto que tenga diseño y algo que ver con vos. Siempre eso va a quedar bien, porque si no sos una persona que habitualmente usa brillos, la gente te va a mirar distinto. Lo mismo pasa en tu casa.
Todo tiene que ver con el estilo de vida de cada uno, pero muchas veces, la simpleza es lujo. En mi casa, soy muy simple con lo que elijo y me gusta mucho que lo disfruten los otros también, pero para eso, primero lo tengo que disfrutar yo.
—¿Cómo es el argentino y el brasileño a la hora de elegir diseño?
—El argentino sabe y se preocupa. A la hora de elegir es muy exigente y me encanta. Sabe lo que quiere y, si no sabe, te lo pregunta. Y eso también está bueno. Buscan ayuda y asesoramiento. Los brasileños también son muy exigentes, nos siguen cada año también.
Yo tengo un estilo en LUNADELESTE, entonces, si viene el argentino o el brasileño o quien sea, se encuentra con un estilo formado. Acá hay un estilo muy definido y el que viene sabe lo que va a buscar: diseño y objetos que acompañan la vida diaria de cada uno. El uruguayo también viene a comprar y nos encanta, porque ellos están acá todo el año.
—¿Cómo son esos viajes en los que sale a "cazar" todos estos objetos de alto diseño?
—Importo todo de Europa y los Estados Unidos, traigo de todo y para todos los bolsillos. Viajo por Italia, Francia, España, Alemania, Holanda y Bélgica. Trabajo todo el año para seleccionar lo que tengo. Es una búsqueda constante y me apasiona lo que hago. Simplemente me gusta vivir bien.
Cuando veo algo, en seguida me pongo a averiguar cómo puedo hacer para importarlo, incluso cuando viajo por vacaciones. Por eso, esto es algo muy distinto de lo que encontrás en los lugares de Punta del Este. LUNADELESTE está abierto todo el año. Durante la época de verano, ofrecemos cócteles y en invierno hacemos eventos, charlas, presentaciones de libros…siempre estamos haciendo cosas para recibir a los amigos.