Son más de las 15:30 y la Intendencia de Maldonado ya no está abierta para atender al público. Afuera, un sol que calienta y un viento leve despeina a algún distraído. A pocos minutos de allí, miles de turistas disfrutan de sus vacaciones, en una ciudad que ofrece tantas playas como planes para disfrutar tanto de día como de noche.
Enrique Antía está orgulloso de ello. Es el intendente pero se mueve como un vecino más. En el pueblo -así llama a la ciudad- todos tienen el número de su celular. Su objetivo es que cada año lleguen más turistas, pero no a cualquier precio. Los visitantes deben irse sabiendo que al año siguiente van a volver. Los locales, quedarse con la certeza de que gracias a ellos regresarán.
—¿Es difícil ser intendente de un municipio que tiene a cargo Punta del Este?
—Es un trabajo importante, que me ocasiona estar todo el día, todos los días, con el teléfono abierto. Mi número lo tiene todo el pueblo. Me llegan reclamos, sugerencias e ideas. Obviamente que para ser intendente de Maldonado tuve que formar un equipo bueno, de teléfono abierto, que funcione. Hay referentes en diversas áreas, estamos comunicados y por eso las temporadas de verano están saliendo tan bien.
—¿Cómo ve la ciudad?
—Está linda porque está llena de gente, y la gente la ve linda. Esos son los comentarios que he recibido. La ve bien presentada, limpia, la siente segura. Estamos muy bien, hicimos un esfuerzo muy grande que está dando resultados. Llevamos un año con un sistema nuevo de videovigilancia que está dando sus frutos, de última generación, con cámaras inteligentes que le dieron muchas herramientas al comando de la Policía.
—¿La seguridad garantiza que el turista regrese?
—Siempre fue un patrimonio la seguridad en Maldonado, pero en los últimos años ocurrieron algunos problemas y decidimos que eso no vuelva a suceder. Cuando llegamos al gobierno entendimos que la primera inversión que debíamos hacer era esta.
—¿Cómo viven los ciudadanos de Maldonado la temporada de verano?
—La gente local está esperando la llegada de los turistas para tener más trabajo. Se preparan todo el año, se forman y capacitan. Antes teníamos poco turismo y poca construcción. Intentamos aumentar la construcción y ya los números muestran que hay más turistas que en la temporada anterior. Vinieron muchos argentinos y brasileños.
—¿Esperaban la llegada de tantos brasileños?
-No, realmente nos sorprendió. Ellos vienen después de festejar la Navidad y se quedan hasta los primeros días de enero. El clima nos acompaña, hay muchas fiestas y eventos para estar en las playas, que están limpias y prolijas. Las bajadas de los jardines también están estupendas.
—¿Por qué permitió que Uber ingrese a Punta del Este?
—Nosotros entendemos que en la temporada no se da abasto para satisfacer las necesidades de la gente. Y había un reclamo de los turistas. Estuvimos a punto de regular el sistema con sus aplicaciones. A último momento no logramos aprobarlo y Uber hizo lo que hace en todas las ciudades: se metió de prepo. Los taxistas no estaban conformes, pero tampoco complicaron el escenario porque están trabajando muy bien. Después del verano sí, lo regularemos para que tengan las mismas exigencias y condiciones que tienen los taxistas. No queremos que sea una competencia desleal. Y alentamos a los taxistas de Maldonado a que hagan un acuerdo con Uber, y prometieron hablar para trabajar en conjunto.
—¿Qué medidas tomaron para regular las fiestas privadas?
—Este año se batieron récords de fiestas privadas, con miles de personas. Hubo 13 fiestas importantes y 12 tuvieron permisos. Una no lo hizo, nos enteramos y multaremos al padrón, porque no sabemos quiénes concurrieron y estaban advertidos de que iban a existir multas. Conformamos un equipo en donde la policía, la prefectura, los bomberos, el poder judicial y la intendencia trabajan en conjunto. Garantizamos la seguridad de los locales, para que haya controles orientados. Y no cobramos por la regularización, queremos que haya fiestas pero con orden.
—¿Cómo funciona la ciudad cuando finaliza la temporada alta?
—Nuestro objetivo es que haya una temporada media, que se mantenga durante todo el año cuando termina la época fuerte de Punta del Este. Estamos con muchas propuestas interesantes, con emprendimientos de calidad como el vino o la oliva. El interior del departamento es hermoso, y tenemos a menos de dos horas en automóvil lugares como Rocha, Lavalleja o Treinta y Tres que son preciosos, con paseos naturales y mucha cultura.
—¿Es posible atraer a los jóvenes por fuera de la temporada de verano?
– Pensamos constantemente en eso. En los últimos 15 años se realizó un proyecto universitario que funciona muy bien. Antes no había universidad, hoy tenemos seis. Eso trae muchos jóvenes de la región, que buscan costos más bajos a los de Montevideo. Aquí los alquileres son más baratos y eso fomenta el turismo. También tenemos un proyecto para agrupar a los jóvenes en un lugar en la costa del arroyo, cerca de La Barra…
—¿Cómo es eso?
—El terreno está habitado por personas en viviendas precarias, en donde vivían 250 familias, de las cuales hemos reubicado a 110 y estamos en proceso de hacerlo con 45 más. Buscaremos que el resto pueda ser realojado -todas en Maldonado- antes del comienzo de 2019 para crear allí un "espacio joven", con movida nocturna, bares, boliches y espacios de recreación. Los terrenos son municipales y la construcción la comenzará la Intendencia; luego se licitarán los espacios para que puedan construir esos lugares. De esa manera descongestionaremos La Barra o la rambla del puerto.
—Son muchos proyectos pensados en los más jóvenes…
—Es que no queremos que Punta del Este se convierta en un geriátrico, sino que vengan los jóvenes, que aquí conozcan a sus parejas, y luego, cuando tengan hijos, vengan con sus propias familias.
—¿Está atento a los precios de los restaurantes o los supermercados?
—Claro que sí. Yo sabía que iba a ser una buena temporada pero no quería decirlo para que nadie se hiciera el vivo. Hay muchos comerciantes que, ante la llegada de los turistas, suben los precios. Pero la demanda es tan grande como la oferta, y la competencia está cada vez más apretada. Eso va a ayudar mucho a que se regulen los precios en muchos restaurantes o supermercados. Para los argentinos, Punta del Este dejó de ser carísimo porque en su país los costos son similares.
—Hicieron hincapié en los controles de tránsito…
—La noche hay que cuidarla y el personal que tenemos está bien entrenado, es respetuoso pero no podemos andar persiguiendo al turismo. Cuidamos las horas peligrosas en donde se encuentra gente alcoholizada que realmente puede provocar un desastre. El año pasado y este, a través de los controles de velocidad y de alcohol, hemos logrado que no haya ni un solo siniestro vial.
—¿Dónde radica el éxito de Punta del Este?
—En que la gente la pasa bien. En que un grupo de padres puede salir con sus amigos a comer y sus hijos están por otro lado, divirtiéndose, y nada les va a suceder. Que hay muchos eventos y espectáculos al aire libre. Que es un lugar para la familia y nadie lleva a su familia a un lugar que no le da certezas, tranquilidades. Los argentinos eligen Punta del Este porque aquí se sienten seguros, y saben que siempre la van a pasar bárbaro.