Cuando desde el Juzgado Federal N°1 de Córdoba le notificaron que su carta de ciudadanía había sido aprobada lo invadió la emoción. Llamó a sus padres, en China, para hacerles una promesa que ya no podrá cumplir: ir a visitarlos.
Ahorró dinero durante muchos años. Apostó al comercio, aceptó ser presidente de mesa en tres elecciones diferentes y se convirtió en abuelo de nietos argentinos. Yu Nai Feng también se siente argentino. Es por eso que en 2007 tomó la difícil decisión de renunciar a su ciudadanía para obtener una local y así poder tramitar el DNI argentino.
En ese entonces vivía en la provincia de Córdoba. Mediante una gestoría, a la cual le pagó 5 mil pesos, comenzó el trámite en el Juzgado Federal N°1 a cargo del juez Ricardo Bustos Fierro. Debió acreditar que trabajaba, que tenía su propio supermercado y que su familia vivía con él. Todo estaba en regla. Luego de un año pudo obtener la carta y, con ella, el Documento Nacional de Identidad.
Ya en Buenos Aires, a fines de 2016 recibió la peor noticia: debía presentarse ante el registro civil para devolver el DNI por "irregularidades" durante el proceso de expedición de la misma. "Yu Nai no entendía el por qué. Se presentó, entregó el documento y comenzamos a trabajar con él para solucionar lo ocurrido. Pasó a ser una persona apátrida; es decir, a no ser considerado nacional por ningún Estado", explicó a Infobae Deborah Huczek, su abogada.
Huczek sostuvo que Feng es parte de un grupo de 400 extranjeros estafados. Hay una persona condenada. Se llama Olga Liliana Borneo Santillán, quien era la secretaria del juez Bustos Fierro; falsificaba su firma y la de un fiscal. Fue acusada de los delitos de supresión de documento público, falsificación de documento público y partícipe necesaria de falsedad ideológica.
A pesar de la injusticia -con la ilusión de que su caso y el de los demás se resuelva rápido- Feng aceptó estar "preso" en la Ciudad. No puede salir del país, ni ejercer el comercio. No puede votar, comprar, vender. Tampoco asistir a un médico. Sin embargo su drama se expresa desde lo emocional: su padre, a los 90 años, falleció en China y él no puede asistir al entierro. "Le pedimos a Migraciones una residencia precaria para que él pueda salir del país y regresar a los pocos días. Solo quiere despedir a su papá. Nos dijeron que responderían ante el consulado chino, pero la respuesta nunca llegó y Yu Nai no podrá ir a ver a su familia", dijo la abogada.
La estafa
Fueron más de 400 expedientes con común denominador: todos fueron estafados. Borneo Santillán falsificaba las firmas. Lo hizo durante cuatro años y, tras ser acusada por el Tribunal Federal N° 1 de Córdoba, aceptó su culpabilidad por esos 400 hechos en un juicio abreviado a partir de un acuerdo con el fiscal Enrique Senestrari. ¿La pena? Tres años de prisión en suspenso y una multa económica irrisoria: debió pagar solo 70 pesos.
El problema es que el Tribunal que juzgó a Borneo Santillán, además de aplicarle esa condena, anuló todas las cartas de ciudadanía "tramitadas" por la estafadora. "La convención sobre el estatuto de los apátridas obliga a los Estados a que, cuando ellos incurren en un error, negligencia o fraude, deben mantener la ciudadanía que el juez firmó. Si no se resuelve en el corto plazo, iniciaremos un juicio por mala praxis judicial, porque si Bustos Fierro no estaba enterado estamos ante una imprudencia nunca antes vista", concluyó Huczek.
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