Ingrid Beck: "No hay igualdad de derechos ni oportunidades si no podemos decidir qué hacemos con nuestro propio cuerpo"

La periodista y confundadora del Movimiento #Niunamenos es optimista respecto del futuro pero también advierte que sin aborto legal no hay igualdad posible para las mujeres

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Antes de leer la nota le propongo este ejercicio. Piense en un insulto ¿Lo tiene? Repitalo tres veces en voz alta. ¿Contiene alguna expresión violenta y denigratoria contra la mujer? El lenguaje también es una construcción cultural y la lucha de las nuevos feminismos exige que varones y mujeres revisemos y renegociemos pautas y conductas impuestas por nuestros géneros.

#Niunamenos hizo su primera convocatoria el 3 de junio de 2015. A través de las redes sociales, un grupo de mujeres periodistas encendió la conciencia de millones que se juntaron en las plazas de sus ciudades. Femicidios, Trata y explotación sexual eran los crímenes denunciados contra el Machismo y el Patriarcado. Y tal vez miles de mujeres pudieron ponerle nombre a eso que muchas veces no les permitió respirar, y aparecieron también los nuevos corsets culturales de lo que debemos liberarnos las mujeres del siglo XXI.

Ingrid Beck es periodista. Actualmente dirige la escuela de periodismo TEAarte y la revista Barcelona. También participa como columnista en distintas radios y medios nacionales. Cofundadora del movimiento #Niunamenos y coautora del informe de una encuesta nacional en la que 59 mil mujeres respondieron 150 preguntas sobre violencia machista.

En diálogo con Infobae asegura que la solidaridad entre mujeres es una herramienta política fundamental para dar batalla contra la cultura patriarcal, y es optimista al ver que los adolescentes miran el mundo de manera menos machista. Pero también advierte una deuda aún pendiente en muchos países: no hay igualdad posible sin legalización del aborto.

-El año pasado, desde #Niunamenos, hicieron la encuesta nacional "Argentina cuenta la violencia machista". ¿Por qué violencia machista y no violencia de género?

-Primero para que sea inequívoco. Si es violencia machista no hay opción de pensar que es mujer contra varón, ni nada por el estilo, violencia machista es claramente la violencia que ejerce el machismo contra las mujeres, los varones contra las mujeres. Así fue la idea, para no dejar lugar a ninguna ambigüedad en relación con lo que estábamos midiendo.

-¿Qué formas de violencia contra la mujer detectaron?

-Antes pensamos qué dimensiones íbamos a medir. Nos dimos cuenta que no había ninguna cifra oficial, y sigue sin haber, salvo el registro de la Corte. Tampoco había ningún registro ni dato de ninguna otra dimensión de la violencia. Se corría el riesgo de pensar que el femicidio era un hecho aislado del resto de las violencias que sufrimos las mujeres a lo largo de la vida y no lo es, forma parte de una cultura machista. Medimos quince dimensiones de la violencia machista que incluyen violencia sexual, violencia económica, violencia obstétrica, acoso en lugares públicos y privados, imposición sexual, control, estigmatización, discriminación, por ahí me olvido de alguno pero en principio son esos los ítems.

-¿Y en los espacios físicos, qué registraron?

-Cada una de las dimensiones tenía una serie de preguntas que ubicaba la situación en un espacio. Para saber sobre el acoso en lugares públicos y privados preguntamos si alguna vez te mostraron los genitales en la vía pública, si alguna vez te tocaron en un transporte, si alguna vez un compañero de trabajo te acosó, y en todas había opciones: una vez, más de una vez, etc. El resultado del acoso en lugares públicos y privados en la Argentina nos dio 97 %, casi 10 de cada 10 mujeres. Es decir todas las mujeres que contestaron la encuesta, que fueron casi 60 mil, sufrieron alguna vez una situación de acoso en espacios públicos o privados.

-¿Cuando vos contestabas la encuesta, qué te paso?

-Cuando me senté a contestarla en serio no fue igual que otras veces. Empecé a tomar dimensión de algunas situaciones que me habían pasado y que había olvidado y naturalizado. Situaciones de la pubertad, por ejemplo, como las de exhibicionismo, me había pasado más de cinco veces. Y después me llamó la atención de mí misma, advertir que había sufrido violencia obstétrica. En clínica privada con todo perfecto, con una hotelería maravillosa, pero había sufrido situaciones que figuraban en la lista, es decir, que eran violencia obstétrica.

-¿Se puede hablar de una cultura machista?

-Yo creo que sí. El machismo es una construcción cultural-económica y es contra lo que luchamos, que es enorme y nos va a llevar un montón de tiempo. Yo soy muy optimista en general con los cambios culturales del último tiempo.

-¿A veces con el lenguaje, incluso con los insultos, las mujeres naturalizamos la violencia machista?

-¿Cuando nosotras insultamos a otras mujeres? Sí, es posible. Porque el machismo no lo construyen solamente los varones. Está en todas nosotras también. Me parece que está bueno reconocerse y también desnaturalizar esas situaciones entre las mujeres, dejar de pensar en la otra como una rival, como una enemiga, y practicar la sororidad. Hoy está de moda, pero en realidad es un ejercicio político muy interesante.

-¿Qué es la sororidad?

-La traducción sería solidaridad entre mujeres pero me parece que hoy es la herramienta política más fuerte del movimiento de mujeres. Yo lo traduciría de manera sencilla, vamos a pelear todas juntas contra el machismo. Es entre nosotras. Enredadas es como vamos a poder pelear contra la cultura patriarcal. Eso no significa dejar a los hombres afuera, pero me parece que es una herramienta política de las mujeres.

-Dora Barrancos, en diálogo con Infobae, dijo que "el machismo tuvo sus cimbronazos pero que todavía goza de buena salud"

-Estoy de acuerdo. Hay una enorme batalla cultural que debemos dar con los varones aliados. Creo que hay varones que están repensando su propia historia y sus comportamientos. También hay que tener cuidado al construir los estereotipos de las masculinidades, porque ellos también viven según ciertos mandatos impuestos por el patriarcado. Así que también me parece que es una batalla muy interesante para dar. No es prioritario porque primero tenemos que proteger a las víctimas pero me parece que es muy importante tener aliados varones, aliados fuertes.

-Hay un movimiento que apoyas por las redes sociales que se llama Hombres por la igualdad.

-Hombres por la igualdad es una iniciativa de Naciones Unidas, un poco hereda de la campaña ÚNETE y HE FOR SHE. Es una iniciativa que lo que hace es convocar a varones que se comprometan con la igualdad de género y se han sumado unas cuentas figuras importantes e interesantes. La idea es empezar a debatir estos temas, los mandatos de la masculinidad, los estereotipos; y que trabajen por la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres y los varones.

-¿Y cómo ves eso?

-Soy optimista. Me parece que es una batalla muy larga y el triunfo no lo vamos a ver nosotras. Ya en los adolescentes se ve algo distinto, miran el mundo de manera mucho menos conservadora, mucho menos machista. Me parece que en estos años se transformó la sociedad civil. Hay chistes que ya no se toleran, hay declaraciones que ya no se toleran, hay cosas que ya no dan, que no pasan, hay un monitoreo muy fuerte de la sociedad civil sobre todas esas situaciones. Y entonces tienen que retroceder. Han tenido que bajar campañas publicitarias, eso no es menor, me parece.

-¿Como ves la situación de la mujer en el mercado laboral y la licencia por paternidad?

-Me parece que es una de las grandes cuestiones a discutir en la política: las cuestiones de las licencias por paternidad y por maternidad. Hoy la brecha salarial es enorme entre varones y mujeres, se le suma el trabajo doméstico no remunerado y eso incluye necesariamente la discusión de las licencias por maternidad y por paternidad. Nosotros avanzamos en declarar que hay que compartir el cuidado de los chicos, de los ancianos y las tareas domésticas. Tiene que ser 50 y 50 pero eso es imposible si los varones no tienen más licencia por paternidad y si esas licencias por paternidad no solamente se amplían para los que están en relación de dependencia sino para los monotributistas, para los trabajadores precarizados que hoy son muchos.

-¿También sería interesante que fueran obligatorias y no optativas

-Por supuesto. Con la falta de trabajo queda la especulación de si me tomo la licencia me van a reemplazar, que es lo mismo que especulamos las mujeres muchas veces. O cuando nos presentamos a un trabajo y si estás en edad fértil te preguntan si vas a tener hijos para ver si te toman o no.

-¿Esa es una forma de violencia?

-Absolutamente es un forma de violencia laboral total y de ahondar las diferencias.

-Muchas de las primeras feministas no podrían haber imaginado nunca un presente con tantas libertades y diversidad en materia sexual. ¿Cómo será la situación de las mujeres dentro de 40 años?

-Para mí una de las grandes deudas pendientes con los derechos de las mujeres es la legalización del aborto. Sin eso no creo que pueda haber igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres. Me parece que eso tiene que pasar antes de 40 años por un montón de razones, porque es un problema de salud pública y además porque no hay igualdad de derechos ni oportunidades si no podemos decidir nosotras que hacemos con nuestro propio cuerpo. Me gustaría que todo fuera 50 y 50. Igualdad de derechos y oportunidades en un mundo mucho más inclusivo y diverso.

-¿Lo llegaremos a ver?

-No. Yo creo que no.

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