Miembros y colaboradores del Museo Municipal Punta Hermengo de la localidad de Miramar encontraron fósiles correspondientes a un género denominado Toxodon chapalmalensis y cuya antigüedad estiman de unos dos millones de años.
El espécimen, del tamaño de un ternero, es un robusto notoungulado (animal con pezuñas), un orden de mamíferos placentarios extintos, nativos de Sudamérica. En concreto, dieron con la parte de la pelvis y una pata trasera.
El descubrimiento ocurrió gracias al derrumbe de un acantilado que dejó expuestos los fósiles, posteriormente observados y rescatados por Daniel Boh, director del museo local, y Francisco De Cianni, del Museo Argentino de Ciencias Naturales de Buenos Aires.
Los hallazgos se suman a la colección exhibida en el museo de la ciudad costera, integrada por los restos de distintos ejemplares, entre ellos un Toxodon platensis, del tamaño de un rinoceronte, localizados en sedimentos más "modernos" (de unos 500.000 años).
Miramar es una localidad especialmente ligada a la paleontología desde hace más de un centenar de años. De hecho, los restos localizados recientemente sucedieron muy cerca de un polémico y famoso descubrimiento, que se remonta a 1914.
A principios del siglo XX, en medio del debate sobre el origen del ser humano, se halló un fémur de Toxodon con una punta de flecha clavada en él. Desenterrado al norte de la ciudad, su antigüedad era en principio una prueba potable de la larga historia de los seres humanos en la región, contemporánea a aquellos animales extinguidos.
Durante años y entre opiniones entusiastas o críticas, el asunto fue tema de debate. Hasta que recientemente se realizó una tomografía al hueso, y se determinó que la flecha era en realidad una raedera, un instrumento para raspar, abundante en los yacimientos arqueológicos de la región. Y además se reveló que fue clavada cuando ya era un fósil.
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