Jane Goodall (83), la primatóloga y conservacionista británica declarada Mensajera de la Paz por las Naciones Unidas, llegó el pasado miércoles a Buenos Aires y realizó distintas actividades que incluyó una entrevista mano a mano con Infobae. Con el objetivo de seguir trasmitiendo su conocimiento de la vida animal estuvo en Argentina hasta el sábado 25, día en que realizó un encuentro con niños con el objetivo de promover una campaña a favor de los animales silvestres y puso especial énfasis en las especies amenazadas de nuestro país. Además presentó el documental que cuenta su fascinante vida. (Ver trailer a pie de nota)
En un encuentro a solas con Infobae, Goodall habló sobre su vida, de la situación critica del yaguareté en Argentina y opinó sobre los movimientos animalistas que proponen la liberación de los animales condenados al cautiverio y constante exhibición como los zoológicos y los acuarios.
Sobre este último punto dijo: "El tema de los zoológicos es muy complejo. Todo cambió mucho desde la primera vez que visité uno en Londres. Hay algunos con muchos recursos y que en determinados países se centra en el bienestar animal y allí el concepto de zoológico ha cambiado mucho, pero esto depende de cada lugar en particular. Lo que impulsan su permanencia, más allá de la legislación, es el público que asiste". En ese tono consideró que "hay determinados animales que jamás y bajo ningún punto de vista deberían estar en un zoológico, como los elefantes, los delfines, las ballenas".
Sin embargo, Goodall cree que "hay un prejuicio" de lo que es la vida de los animales en la naturaleza: "Se cree que siempre están mejor en ese contexto pero no siempre es así. Sí es mejor que estén en la vida silvestre cuando hay determinada protección, pero en algunos lugares del mundo desafortunadamente pueden quedar sometidos a empresas madereras que los invaden, que invaden su medio ambiente, o pueden quedar en manos de cazadores —sea que busquen alimento o la cabeza del animal como trofeo en sí—. Entonces depende de cada lugar en particular".
Jane, la protagonista del documental de National Geographic que se estrenará en Argentina en marzo de 2018, argumentó que "dependiendo de la especie, los santuarios son la mejor opción, por lo que diría que hay que evaluar caso por caso. Pero se tome la medida que se tome debe hacerse de forma razonable y la decisión debe ser la mejor solución para ellos".
Respecto de la situación crítica del yaguareté, en particular, aseguró que del mismo modo que ocurrió en África, es posible que la gente del lugar se involucre en la conservación de la especie trabajando para ello y generando su sustento ya que son ellos los que viven ahí.
Goodall en la Usina:"Argentina es el país que visité más veces"
En su sexta visita a Buenos Aires, Goodall brindó este jueves una charla abierta en la Usina del Arte donde llegó pasados 25 minutos de las 19, hora pactada para el inicio del evento que se extendió hasta las 20:30. Vestida con un traje negro con bordados azules, la mujer que durante 55 años estudió el comportamientos de los primates y cuya conclusiones hizo dar un giro a los científicos más destacados de la Universidad de Cambridge, ingresó al auditorio acompañada por el aplauso sostenido de la sala colmada. A su lado la traductora y entre sus brazos Mr H, un peluche que la acompaña desde hace 28 años y que representa para ella los más altos valores humanos.
El Instituto Jane Goodall Argentina fue el encargado de la organización del evento junto con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que idearon una entrevista abierta para que la mujer relate su vida.
Jane Goodall: “Siento que tengo una misión y un mensaje muy importante para compartir”
"Este es el país que más veces visité", dijo ante las más de 1.200 personas que esperaron varias horas para ingresar a la sala. De inmediato confesó: "Siento que tengo una misión y un mensaje muy importante para compartir" y comenzó a contar aquellos días de su infancia en los que, luego de leer la novela Tarzán, soñó con mudarse a la selva para convivir con los monos. Años más tarde partió asistida por su madre hacia la región africana de Gombe, actual Tanzania.
Emocionada por el recuerdo, Goodall agradeció a su familia por el apoyo que le dio cuando tomó la decisión de vivir entre los animales en su hábitat natural para estudiar su comportamiento. Casi justificando su decisión afirmó: "Nací amando a los animales. Salí del útero materno amándolos y encontré en mi familia apoyo para hacer esto. A los 10 años leí Tarzán y dije a mis padres que me iría a África a vivir con los animales y todos se rieron de mi, excepto mi mamá".
Al terminar sus estudios secundarios, Jane no tenía dinero para cubrir sus estudios universitarios, pero leía todo libro referente a la vida animal que encontraba. Pese a ello, logró que ese anhelo se haga realidad y pudo vivir en la selva e iniciar sus investigaciones, aún sin tener la carrera universitaria de la que luego obtuviera el doctorado: "De toda mi investigación, el hallazgo más importante fue demostrar que los chimpancés son muy parecidos a nosotros y que nosotros, como se creía hasta entonces, no somos los únicos seres con mente, emociones y personalidad". Ese hallazgo fue un golpe directo a la ciencia. En 1960, Goodall demostró que pese a no tener un uso completo del lenguaje, los chimpancés compartían otras cosas con el hombre como el armado de sistemas de sociedad, que eran capaces de sentir compasión y altruismo y que hacían cosas "que nosotros en nuestra arrogancia pensábamos que eran sólo propio de los humanos". Además, sus observaciones sobre la conducta instrumental de estos animales revolucionaron la biología y la percepción que hasta entonces se tenía de ellos que, además, eran capaces de comunicarse con más de 400 señales.
Sobre la contaminación al Planeta
Sin dar vueltas ni buscar introducción para el tema, tajante dijo: "Saben que estamos destruyendo el Planeta y hay que iniciar el cambio desde ahora". En ese sentido contó que desde el programa "Raíces y Brotes" de su fundación se trabaja y enseña a los jóvenes a cuidar el ambiente que se comparte con otras especies. "Todos los individuos son importantes y todos podemos generar un impacto con nuestras acciones", afirmó.
En ese contexto dijo que son tres las causas mayores de la contaminación en el mundo: "Llevamos estilos de vida que no son sostenibles, tenemos más cosas de las que necesitamos y el tercer problema es el crecimiento de la población humana. La combinación de estos tres factores nos llevó al Cambio Climático, que es una amenaza inmensa. Estamos metidos en ese circulo vicioso de consumismo y materialismo, así vivimos; y parece que el intelecto del ser humano se ha desconectado de nuestros corazones, de nuestro amor, de nuestra empatía y empezamos a medir el éxito en dinero o en poder y dejamos de pensar cómo las decisiones que tomamos pueden afectar a las generaciones futuras".
Continuó: "Alrededor del mundo cada vez más personas comen carne, entonces pasamos a tener distintos lugares donde se crían animales de manera intensiva y aunque no pensáramos en el aspecto de la crueldad que padecen esos animales tenemos que pensar en la manera en la que los alimentamos porque destruimos parte de nuestro hábitat para hacerlo: quemamos combustibles fósiles para poder llevarlos a los lugares donde se los va a alimentar y ellos mismos con ésos alimentos producen más gases a través de sus sistemas digestivos… Entonces llegamos a tener el gas más virulento que es el gas de efecto invernadero que sale de ése proceso".
Ante el asombro de parte de la audiencia, siguió: "Después tenemos el problema del agua: se está sacando agua de los acuíferos más profundos y con esos procesos se está vaciando las napas más profundas. Estamos gastando agua para hacer eso y también estamos generando otro problema: cambiar las proteínas vegetales para convertirlas en proteínas animales".
En tanto, consultada sobre la odiosa comparación que se hace entre si está bien ocuparse de animales cuando también hay personas con necesidades recordó que el objetivo que tiene desde que fundó el instituto que lleva su nombre, en 1977, es ayudar a la gente que vive en la misma zona donde están esos animales en peligro. "Si no los ayudamos a esas personas a tener una vida mejor nunca podremos hacer nada para salvar al chimpancé". Enumerando los logros en la región africana de Gombe señaló: "Logramos que los habitantes de esos pueblos sean socios de la selva. Aprendieron a usar sus smartphones y hacen tareas de conservación y están orgullosos de eso".
Jane Goodall se fue ovacionada por el publico que la despidió de pie. "¡Vivimos una época excitante… Quisiera volver a ser joven para vivir este mundo que es tan impresionante!", finalizó.
Durante la mañana del jueves fue recibida por el presidente Mauricio Macri en su despacho de la Casa Rosada.
Goodall es miembro de la Orden del Imperio Británico y fue condecorada con múltiples premios y distinciones, destacándose más de 35 doctorados honoris causa, otorgados por universidades e instituciones de todo el mundo. El programa Raíces y Brotes (Roots&Shoots) del Instituto Jane Goodall (IJG), fundado en 1977 y que tiene presencia en la Argentina desde 2011, busca concientizar a las generaciones jóvenes sobre el valor de los ecosistemas en los que viven.
Jane, el documental
Más de 120 minutos de película*, que se estrenará en Argentina en marzo de 2018, se resumen más de 100 horas de material fílmico inédito que estuvo guardado más de 50 años en los archivos del National Geographic. En "Jane" el director Brett Morgen narra la historia de la mujer cuya investigación sobre los chimpancés desafió el consenso científico dominado por los hombres de su tiempo y revolucionó la comprensión que hasta entonces se tenía de la naturaleza.
Con música orquestal de Philip Glass, la película ofrece un retrato íntimo y sin precedentes de Jane Goodall, la pionera que desafió las probabilidades convirtiéndose en una de las conservacionistas más admiradas del mundo.
*Este fin de semana podrá leer la nota sobre la intimidad del documental en Tendencias.
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