Desde los últimos años se escucha hablar cada vez más del veganismo aunque poco se sabe o se explica, en realidad, de qué se trata o qué lo hizo surgir. Lejos de ser una simple moda o una dieta, el término se acuñó en 1944 para diferenciarlo del vegetarianismo y quienes lo adoptan asumen la convicción de respetar íntegra y prioritariamente la vida de los animales y rechazan cualquier tipo de actividad, en cualquier contexto, que los someta, explote y mate. Desde el consumo hasta la experimentación para cosmética, los animales son utilizados y obligados a padecer vidas de sufrimiento y dolor; y a eso se opone esta elección de vivir. Infobae habló con la escritora de Veganismo, practica de justicia e igualdad, el único libro argentino escrito sobre el tema, y explicó cuáles son las bases de esta práctica.
Qué es el veganismo
"Definí al veganismo como una actitud de respeto hacia toda la vida animal no humana sintiente que implica un modo de vida en el que se evita voluntariamente su uso, consumo y la participación en actividades derivadas de su esclavitud, explotación y muerte. Suele pensarse que es una cuestión personal, pero no lo es", dijo Ana María Aboglio, abogada, especializada en filosofía del derecho y ética para los derechos animales.
Siguió: "Es necesario tener otra mirada que implique un pensar y un sentir que rescate a los animales de la situación de infravaloración en la que los hemos situado y logre movernos del paradigma de dominación (que gestiona su apropiación y uso) a un paradigma de convivencia y alianza con la vida animal no humana que por la extrema vulnerabilidad en la que se encuentra necesitaría tener toda nuestra protección. Pero esto no puede hacerse si no trabajamos para disolver el antropocentrismo moral, es decir, la discriminación que se hace de los otros animales simplemente por no ser humanos y que es la que sostiene la esclavitud de todos ellos".
Aboglio sostiene que a medida que se van disolviendo las estructuras que están en los dispositivos de poder habrá que centrarse para crear y propiciar nuevas ideas, nuevas imágenes que estén liberadas de la producción y el uso de los animales no humanos. "Si no, nos encontramos con que el veganismo termina siendo nada más otro consumo personal para disminuir el sufrimiento o porque ahora se puso la palabra de moda", sugirió, y señaló que lo que sucede es que "se produce un cisma entre lo que una persona puede hacer a nivel personal y entre la lucha por la liberación de los animales de esta opresión. La opresión de los animales que uno puede ver a diario implica que estamos hablando de evitar, condenar o denunciar el maltrato y la crueldad, pero esas son situaciones extremas que mal o bien están tipificadas en una ley y son delitos al lado de una sociedad que a diario trae al mundo y destruye miles de millones de animales sin ninguna necesidad. Este doble pensar acerca de los animales es lo que nos tiene que hacer pensar que el punto está en crear las bases para una sociedad en la que la opresión animal no sea posible".
Desde el veganismo se habla de la necesidad de practicar la empatía con los animales que diariamente son transformados en objetos de consumo para poder verlos de la misma manera en que se mira y considera a los animales domésticos. Al respecto Aboglio consideró que "es más fácil empatizar con las especies con las que tenemos relación de afecto y es mucho más fácil desvincularnos de aquellos que están siendo traídos al mundo para ser nada más que usados y destruidos". A este proceso lo llama "holocausto en su eterno retorno": "No podemos tomar conciencia de eso porque todos somos responsables, el que lo cría, el que lo mata y el que lo consume; y no tenemos necesidad de hacerlo. Nos hemos convertido en la especie dominante del planeta y el grado de vulnerabilidad de los animales es absoluto y los hemos metido en una situación de la que no pueden salir si no los sacamos nosotros. El movimiento de liberación animal no pueden iniciarlo ellos mismos".
Ni moda ni dieta: el veganismo es un estilo de vida que nació por la convicción de abolir la explotación animal
En 1944 el inglés Donald Watson inventó la palabra "vegan" para diferenciar el estilo de vida que adoptó del que tenía (el vegetariano), ya que su nueva convicción dejaba de lado el uso, consumo y matanza de todos los animales. Poco después fundó la Vegan Society y en homenaje a ese momento, y a él, desde 1994 cada 1 de noviembre se celebra en todo el mundo el Día Internacional del Veganismo para volver sobre los conceptos marcados de convicciones y para proclamar el respeto a la vida de cada animal.
Fue tanto el terreno que ganó el veganismo en los últimos años que por tanto hablar de éste se lo simplifica sin ahondar en la filosofía de vida que propone y que enfatiza en no discriminar a los animales según su especie. Ese tipo de discriminación es llamada "especismo". Así lo define Aboglio: "Desde el punto de vista individual, el especismo es un prejuicio por el cual desconsideramos los intereses de los otros cuando estos no son humanos, es decir, una discriminación moralmente arbitraria".
En ese sentido, entra el reclamo por el reconocimiento de los animales como sujetos con derecho a mantener su vida y en contraposición a los derechos humanos, ellos no tienen obligaciones. Pero ¿de qué derechos se los hace sujetos?
"¿Derechos a que se les dé agua antes de cortarles la garganta? ¿De lo que serían las obligaciones de la Ley 14.346? —se pregunta Aboglio—. No se les dan los derechos básicos a la vida, a la libertad y a no ser usados como recursos". La abogada considera que lograr esos reconocimientos dependerá directamente de un avance social desde las estructuras, sobre todo jurídicas. "Esto no va a llegar si la sociedad no cambia porque tienen que cambiar las estructuras sociales y de pensamiento; sino, se sigue pensando que son sujetos de los derechos que les da esa ley regulatoria. Por ejemplo, si dice que un animal no puede cargar más de 300 kilos, está diciendo que puede ser usado para ser cargado. Lo que necesitamos, entonces, es restringir los derechos de los seres humanos a oprimirlos, a esclavizarlos; sobre eso hay que trabajar, sobre esta libertad que nos hemos arrogado para usarlos".
Derechos animales no es lo mismo que derecho animal: la ley regula el uso de los animales, no lo prohíbe
Basándose en las diferencias de concepto, y de lenguaje (porque en inglés bien se diferencia animals rights de Animal Law), Aboglio explica que "cuando se trata de animales no humanos, el término 'derechos' sufre una gran acotación porque hablamos de un contexto legal donde se los considera como cuerpos comestibles, cuerpos para adorno o vestimenta, para entretenimiento o para experimentación. La regulación del uso de los no humanos se conoce como 'Bienestarismo Legal', el cual reconoce que los animales son seres sintientes y que tienen algún tipo de bienestar, pero justifica su uso como recursos por su calidad de 'inferiores', bajo el principio del 'trato humanitario'. La consecuencia implica que vamos a quitarles la libertad, la integridad psicofísica y la vida porque nos apropiamos totalmente de ellos. Esclavitud significa ser propiedad de otro".
“El Derecho es solo uno de los pilares en los que se sostiene la explotación animal. El uso de los animales está normalizado, además de legalizado”
A modo de ejemplo, el artículo 227 del Código Civil y Comercial considera que los animales son cosas, siguiendo la línea del Código Civil anterior, pero eso no queda allí. Detalla Aboglio: "Son muchísimas las leyes que regulan la explotación animal de los domésticos y de los silvestres. Algunos pocos ejemplos: la Ley 22. 421 de conservación de la fauna, que regula en su articulo 4 'la caza, hostigamiento, captura o destrucción de sus crías, huevos, nidos y guaridas, tenencia, posesión, tránsito, aprovechamiento, comercio y transformación de la fauna silvestre y sus productos o subproductos'. La Ley 7.473 de protección y bienestar de los animales de la provincia de Chaco tiene por objeto regular dentro del territorio 'la protección y el bienestar de los animales domésticos, bien sean productivos o de compañía, como los animales para experimentación y otros fines científicos' (art. 1°). La leyes nacionales, provinciales y municipales de fomento de la cunicultura… Así que el derecho, en Argentina, representa en relación a los no humanos: carácter de cosa, propiedad o recurso; falta de legitimación; discurso denigratorio (animales 'de producción', 'de laboratorio', plagas…); amplia discrecionalidad para la interpretación. En este contexto funciona la Ley 14.346 que, por supuesto, no puede hacer milagros. Porque además el derecho no es solo una ley".
Resaltando que la importancia reside no solo en modificar las leyes existentes, sino además en trabajar por un cambio de paradigma que genere una nueva consideración de los animales, Aboglio apunta que las normas vigentes forman parte de la misma estructura que los esclaviza, pero además destacó la importancia de que las causas contra la opresión se unan. "Es importante que el feminismo tome la postura del cuidado de los animales y que sea un feminismo por los derechos animales. No es posible que no veamos que la domesticación que lleva a la esclavitud de los animales comienza con la domesticación, el confinamiento y apropiación del ciclo reproductivo de la hembra. Hay que conectar las opresiones".
Sobre las normas vigentes remarcó que se limitan a regular las distintas maneras de utilización de los animales. "El derecho es solo uno de los pilares en los que se sostiene la explotación animal. El uso de los animales está normalizado, además de legalizado. Por eso necesitamos deshacer este entramado de dominación y opresión para transformar las relaciones que mantenemos actualmente con ellos. Podemos empezar hoy mismo, en nuestra vida diaria, a través del veganismo", finalizó.
"Si un ser sufre, no existe justificación para no tener en consideración ese sufrimiento. No importa la naturaleza del ser. El principio de igualdad requiere que el sufrimiento de uno sea valorado de igual forma que el sufrimiento del otro. El racista viola el principio de igualdad al dar mayor peso a los intereses de los miembros de su propia raza, cuando hay un conflicto entre sus intereses y los de otra raza. El sexista viola el principio de igualdad al favorecer los intereses de su propio sexo. Igualmente, el especista permite que los miembros de su misma especie sobrepasen los intereses de los miembros de otras especies. En cada caso el patrón es el mismo. Racismo, sexismo, especismo" (extracto del documental Earthlings).
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