El transeúnte que pasa por la esquina de Rioja y Costanera, cerca del puerto, no tendrá la menor idea de que la estructura emplazada en ese cruce es un monumento al general José de San Martín, nacido en Yapeyú, provincia de Corrientes, el 25 de febrero de 1778.
Se trata del primer monumento moderno al Libertador, no figurativo. Con diseño del arquitecto Miguel Rojas, fue construido en 1950, el año que fue declarado "del Libertador" por el entonces presidente Juan Domingo Perón, al cumplirse el primer centenario de la muerte de San Martín (17 de agosto de 1850, en Boulogne sur Mer, Francia).
"Es uno de los muchos monumentos que se levantaron en 1950, Año del Libertador, y que abandonaron el 'canon napoleónico' del general a caballo y señalando con el dedo. Su lenguaje expresivo prefiere la abstracción y la alegoría, ates que la figuración y el historicismo explícito", dijo a Infobae el doctor Oscar Andrés de Masi, especialista en Patrimonio, y la persona que más sabe sobre monumentos en el país.
Recientemente, la provincia de Corrientes restauró el templete que, en Yapeyú, protege los restos de la casa natal del Libertador. De hecho, allí tuvo lugar la conmemoración del 167° aniversario de la muerte de San Martín, el jueves pasado.
En marzo pasado, tuvieron lugar en Corrientes, como en todo el país, las jornadas por el monumento histórico. La ocasión fue aprovechada por la Dirección de Patrimonio del Instituto de Cultura de Corrientes, que dirige la arquitecta Marisol Maciel, para llamar la atención sobre el abandono en que se encuentra este monumento, recordar su sentido y la necesidad de revalorizarlo.
"Alguna vez, el sitio fue escenario de los actos y desfiles por San Martín; hoy, nadie tiene idea de lo que es y hasta hubo que poner unas rejas para que no lo usen como basurero", dijo a Infobae Antoliano Rojas, hijo del arquitecto que diseñó el monumento.
Nacido en Buenos Aires y formado en Rosario, el arquitecto Rojas (1909-1983) hizo toda su carrera profesional en Corrientes, donde goza de un enorme prestigio. Entre otras cosas, llegó a ser presidente del Consejo de Ingeniería, Arquitectura y Agrimensura, jefe de obras públicas de la municipalidad de Corrientes y titular de la Dirección de Vialidad. Varios edificios emblemáticos de la ciudad son de su autoría.
El monumento diseñado por Rojas simboliza, según la descripción de la arquitecta Marisol Maciel, el tránsito del Libertador por la vida ysu paso a la inmortalidad, a través de una cruz que se refleja en la piedra (piedra laja de Mercedes) y que se quiebra al sumergirse en el agua, dividiendo así la era mortal de la inmortal que culmina en el fuego eterno. O que debería culminar en él, ya que la falta de funcionamiento del conjunto –no están los grifos laterales que deberían regular el agua ni el recipiente de la llama votiva- priva en realidad al monumento de su sentido.
"Todo lo que era de bronce fue robado, como la placa con el nombre de mi padre", dice Antoliano Rojas. Queda la leyenda grabada en piedra.
"La gente lo toma por una rampa o separador de estacionamiento –lamenta el hijo del arquitecto Rojas-. Además, pintaron una parte de azul, quizá para evitar que arrojen allí basura. Y a los costados agregaron unos mástiles que no eran parte del diseño original".
Recientemente, el suplemento "Arquitectura y Construcciones", del diario local El Litoral recordaba que "el arquitecto Miguel Rojas tiene en su haber prolíficas obras en la ciudad de Corrientes, como el dispensario dermatológico en la esquina de calle La Rioja y Rivadavia y el proyecto original de la Comisaría Primera, además del Monumento a San Martín".
Entre los proyectos de quienes quieren revalorizar el monumento, está la realización de una muestra con los dibujos y perspectivas de Miguel Rojas. "La idea –dice su hijo- es que las nuevas generaciones de estudiantes de arquitectura conozcan además un tipo de representación excelente que ya no se usa".
A San Martín no le faltan monumentos desde ya. E incluso los tiene en casi todos los países del mundo. Pero el de la Costanera correntina es de un tipo muy diferente al que solemos ver, la clásica estatua ecuestre que, se nos suele decir, representa a San Martín señalando hacia la Cordillera. O, en otra versión, el momento en que ordena una carga de la caballería en Chacabuco.
Oscar de Masi desmiente esta versiones: "La tradición de que esa estatua retrata el momento decisivo de la batalla de Chacabuco y la intervención de San Martín es un 'relato' que postuló Bartolomé Mitre, ingeniosamente, en el discurso inaugural del monumento, como para justificar el gesto que, en realidad, es un modelo napoleónico y convencional. El escultor, el francés Louis Daumas, no debía tener demasiada idea de hacia dónde señalaba su estatua. De hecho, realizó una versión similar para Chile, aunque portando una bandera".
Oscar de Masi explica también por qué la estatua ecuestre de San Martín es la más difundida.
"El monumento de Daumas en que señala con el dedo índice es el primero que se levantó en el país, en la Plaza San Martín. Es, como dije, un gesto estereotipado y napoleónico. A comienzos del siglo XX, el gobierno mandó a realizar copias facsimilares de este monumento y se distribuyeron en las plazas de las capitales de provincias y en otros pueblos del interior. De ahí que nos resulte tan familiar. Pero luego hubo otros monumentos en los que se representó al Libertador con gestos más originales, como el caso del de Lima, obra de Beinlliure, o el monumento sanmartiniano de la Plaza Grigera de Lomas de Zamora, realizado por Ybarra García".
Es imposible enumerar todos los monumentos al Libertador, pero Oscar de Masi hace una breve enumeración de los que considera más originales y más logrados, aclarando que de los muchos existentes, "algunos son excelentes".
"El de Ybarra García en Lomas de Zamora –dice-, por su gestualidad, su escala y el tratamiento figurativo del conjunto ecuestre es excepcional. Fue declarado Bien de Interés Artístico Nacional. También es interesante otro monumento sanmartiniano realizado por el mismo escultor, Ybarra García, que representa a San Martín anciano en la Plaza Grand Bourg de Buenos Aires".
"Asimismo -agrega-, es interesante el monumento realizado por Allouard en Boulogne-Sur-Mer, la ciudad de Francia donde murió San Martín, y que sobrevivió al bombardeo durante la segunda guerra. De éste existe una réplica en la ciudad de La Plata".
"No puedo omitir –agrega el experto- el excelente busto del Libertador que ejecutó el casi desconocido escultor filipino-argentino, vecino de Adrogué, Félix Pardo de Tavera, y que se emplaza en la OEA. Hubo otro monumento a San Martín, lamentablemente perdido, que había realizado el escultor italiano Leone Tommasi -autor del monumento al Descamisado- para el programa de estatuas de la Fundación Eva Perón".
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