La jubilada que un día tuiteó que iba a dormir la siesta y ahora tiene 90 mil seguidores

Es mendocina, tiene 62 años y sus “nietitos twitteros”, como se autoapodaron sus fans, la quieren hacer famosa

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Mirna Lusso tiene 62 años, una hija y, al cierre de esta nota, 89.400 seguidores en Twitter. El 15 de junio pasado se acostó a dormir la siesta en su casa de Luzuriaga, Maipú, en Mendoza, como lo había hecho millones de veces, pero esta vez además lo tuiteó y ya nada volvió a ser igual.

"Yo soy real", fue lo primero que aclaró Mirna apenas empezó la charla con Infobae. Y es que muchos usuarios todavía no terminan de creerse que sea realmente una maestra jubilada de Maipú la que en un mes y sin ayuda de algún genio del marketing, un elaborado plan de comunicación, una costosa campaña publicitaria o un pariente famoso, se haya convertido en la nueva sensación de Twitter.

En abril abrió la cuenta @MirnaLusso55, resumió en su bio "Docente jubilada y bronceada" y lanzó un primer mensaje al mundo de los 140 caracteres: "Empezando la semana con metidas de pata".  Lo hizo desde una computadora y fue lo único que escribió ese día. Hasta el mes pasado tenía 22 seguidores y ahora son casi 90 mil.

Mirna ya tenía una vida activa en Facebook, donde confiesa que cada vez que ve una publicación sin un "Me Gusta", sea de quien sea, necesita ponérselo ella y además hacerle algún comentario.

Después de 40 años como maestra de primaria a Mirna le cuesta quedarse quieta. Hace gimnasia, estudia inglés, es secretaria del Centro Cultural Nº1 Dorita Pereyra de Maipú, se encarga de las tareas de la casa y los jueves está aprendiendo a hacer muñecas. La última Semana Santa su hija Elea le regaló un celular  nuevo y mientras la ayudaba a configurarlo le preguntó al pasar: "¿Querés que te baje Twitter acá?". Y ella respondió que sí, sin sospechar lo que vendría.

La siesta que lo cambió todo

"A mediados de junio estaba en cama con resfrío y escribí 'Durmiendo una linda siestita'. Me di vuelta y me dormí. Cuando me levanto alguien había respondido al mensaje preguntándome que cómo hacía para tuitear si estaba dormida, a lo que yo le contesté: '¿No leíste que soy maestra? Puedo usar las neuronas mientras duermo'", resumió entre risas Mirna el ida y vuelta que puede no parecer por demás especial en comparación a otros miles que circulan por la red social, pero que a ella la volvió viral.

El intercambio fue un golpe de efecto preciso para que varios retuitearan, pero por sobre todo para que muchos más llegaran a su perfil y empezaran a preguntarse quién era esa mujer, revisaran sus mensajes, sus comentarios, sus fotos, confirmaran que era de verdad; y quedaran cautivados por este personaje, que juraba no ser un personaje.

En un mundo en el que abundan los intentos desesperados por acaparar followers a base de cosas que no somos, Mirna se zambulló con la fuerza de las cosas reales en un mar de ficciones. Y no fueron pocos los que la quisieron adoptar como su abuela en Twitter.

"Una señora de 62 no es una abuelita todavía pero acá parece que sí, yo todavía no soy abuela en la vida real", aclaró Mirna refiriéndose a los #NietitosTuiteros, como se autodenominaron sus seguidores, que ya le crearon una club de fans oficial bajo el lema: "Protect Mirna Lusso at all cost" (Proteger a Mirna Lusso cueste lo que cueste).

"Es una alegría, una caricia al corazón, pero tengo clarísimo que es la teoría de Andy Warhol, son los 15 minutos de fama", le dijo a Infobae Mirna intentando bajarle el tono a tanta repercusión en tan poco tiempo, y acto seguido acotó con la misma espontaneidad con la que escribe sus tuits: "Pasa que como no los tengo acá en la puerta pidiendo autógrafos no lo sufro", y otra vez la risa y los nervios se le colaron entre las palabras.

Una jubilada perdida en Twitter

En la película de 1992 "Mi pobre angelito perdido en Nueva York" Kevin McCaliister (Macaulay Culkin) quedaba solo y a la deriva en una ciudad llena de luces y de colores, pero también de peligros que no conocía. Era el contraste, el choque de códigos, el mundo de los chicos y de los grandes, ese cruce que exponía dos formas de ver las cosas, lo que hacía en gran medida que la historia funcione.

Los "Nietitos tuiteros" fueron desde ese primer tuit con el que Mirna empezó a acumular al principio de a cientos y después de a miles de seguidores todos los días, los que se pusieron en el rol de maestros y la couchearon en la red social. Ella fue una alumna ejemplar y hoy usa memes, gifs y remata frases con su ya clásico "ahre". Un cocktail generacional que hace que la historia funcione.

"A mí me parecía que era lo mas normal que una persona de 62 años tuviera Twitter, pero al parecer no es así", comentó Mirna sobre la sorpresa que todavía le causa la repercusión por su llegada a Twitter. La que además admitió la puso en contacto con situaciones con las que no esperaba encontrarse.

"Muchos adolescentes están deprimidos, me cuentan sus problemas, me dicen que quieren suicidarse. Yo trato de darles ánimo, la mayoría los leo y les contesto, les pregunto qué les pasa. Ayer le puse a una chica que vaya a la peluquería, que las mujeres sacamos todo a través de un corte de pelo y un cambio de look", compartió Mirna sobre esa parte de la exposición que no se ve.

"Al ser virtual uno nunca sabe si es de verdad o si me lo dicen para reírse después con sus amigos. Yo confío mucho y trato de darles ánimo para que sigan adelante porque la vida es muy linda", dejó saber sobre esas charlas vía mensajes directos, que intenta responder siempre que puede, aunque últimamente se ve desbordada por la cantidad que recibe.

Mirna y Elea
Mirna y Elea

"Mi hija me recalca que tenga cuidado con lo que publico, que ahora tengo muchos seguidores y quizás en un tiempo me queden sólo cinco", contó. Y es que Elea teme que su mamá pueda deprimirse si eso llegara a pasar.

Tuitstar

"Yo menos en el Bailando me veo en todos lados, hasta hablando con el presidente Macri", sostiene Mirna, que sin embargo intenta no hablar de política en Twitter. "Demasiados problemas tenemos en la Argentina como para meternos", dice.

"Los chicos me han pedido que grabe un video para que vean que existo", insistió sobre uno de los temas que más la preocupa, demostrar que ella es real. Es por eso que mientras pasa unos días en Río Negro con Elea y su yerno Rafa, le adelanta a Infobae que piensa subir esta semana una grabación para despejar todas las dudas.

Mirna Lusso vive a los 62 años el sueño tuitero. Todos los días tiene algo nuevo para compartir: una salida con su familia, fotos de sus perros Roberto Jhon y Ñata Girl, alguna nueva ocurrencia mientras cocina un pastel de batatas. Una jubilada que pateó el tablero de las redes sociales y demostró que no hay fórmulas para el éxito, que viejos son los trapos y el mundo para los que se animan.

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