Cayó una poderosa banda de gitanos estafadores: la jefa tenía prisión domiciliaria

El clan familiar aplicaba el denominado "cuento del tío" a personas mayores o engañaba con falsos secuestros. Tenían autos y camionetas de alta gama, joyas y 500 mil dólares

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Cayó una banda de gitanos que engañaba a ancianos y hacía secuestros virtuales (Ministerio de Seguridad)
Cayó una banda de gitanos que engañaba a ancianos y hacía secuestros virtuales (Ministerio de Seguridad)

Un clan familiar que integra la comunidad gitana cayó este jueves, acusado de "asociación ilícita, robo, hurto y estafas reiteradas". La banda aplicaba el denominado "cuento del tío" para engañar a personas mayores y simulaba secuestros bajo la modalidad telefónica de "la llorona".

La particularidad de esta banda de gitanos era que su jefa cumplía prisión domiciliaria, por lo que permanecía en su casa con una pulsera de seguridad, pero de todos modos continuaba al mando de la organización delictiva.

El operativo dejó un saldo total de "ocho detenidos, cuatro hombres y cuatro mujeres, de apellido Miguel", detalló la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

Además de los apresados, se secuestró la valiosa flota de once autos y camionetas de alta gama que la banda tenía en su poder. Los vehículos fueron comprados en la provincia de Santa Cruz para blanquear parte del dinero robado, detalló el ministerio de Seguridad.  También se incautaron 500 mil dólares, 500 mil pesos, 36 celulares y medio kilo de oro entre joyas y alhajas.

Las víctimas del clan familiar eran personas de la tercera edad a las que engañaban con falsos servicios: "Llaman a las casas y les dicen que tienen dólares que van a salir de circulación, así que hay que cambiarlos inmediatamente. Otro método es ofrecer cajas de seguridad gratuitas con el argumento de que hay muchos ladrones y les dicen a la gente que prepare la plata que tienen guardada y la pasan a buscar", explicó la funcionaria.

Otro método aplicado era el de la famosa "llorona", es decir, los criminales llamaban a la casa de una familia y se hacían pasar por un hijo secuestrado. Ante la desesperación y la sorpresa, las víctimas desprevenidas entregaban el dinero exigido a los secuestradores virtuales.

La investigación fue llevada adelante por la jueza en lo criminal Alicia Iermini, con intervención de efectivos de la Unidad de Investigaciones Especiales de la Policía Federal, y la causa penal está caratulada "Asociación ilícita, robo, hurto y estafas reiteradas".

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